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Regístrate y accede a la revistaLa directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia entregó las claves para una relación exitosa entre colegio y familias. La académica participó en Chile del Congreso Infancia y Familia, organizado por la Universidad de los Andes en noviembre pasado.
Para hablar de los principales retos de las familias en Europa y traspasar conocimientos a la experiencia chilena, participó la académica de la Universidad de Catalunya, Montserrat Gas, en el Congreso Interdisciplinario Familia e Infancia. El encuentro, organizado por el Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad de los Andes, se realizó el pasado 6 y 7 de noviembre.
-Según su experiencia, ¿cómo evaluaría la relación actual que tienen familias y escuela? ¿Ha cambiado en los últimos años?
-Tanto la familia como la escuela tienen como punto en común el bien del niño. Eso es algo muy positivo y debería ser la base de toda la relación familia-escuela. Sin embargo, con cierta frecuencia se observa que ambos se miran con desconfianza. Creo que hoy se ven más como “enemigos” que como aliados en la educación.
“Los protagonistas de la educación de los hijos son sus padres, y en esta tarea es de gran importancia el papel de la escuela, que puede ser un lugar en el que los padres se sientan verdaderamente acompañados en su rol”.
La escuela y los profesores han perdido autoridad moral, al menos en general, a nivel de consideración social. Eso lleva a ver a las familias como clientes a satisfacer. Cuando hay problemas educativos, que es casi siempre, los profesores temen a los padres, que aparecen como una especie de cliente insatisfecho. Estos últimos, por su parte, acuden a la escuela no para colaborar con ella en la educación de sus hijos, sino para exigir resultados. Antiguamente, los padres miraban a los profesores como como autoridad educativa y respaldaban su actuación. Hoy, cuando hay dificultades, tienden a pedir explicaciones, más que buscar ayuda para resolverlas conjuntamente.
-¿Cómo impacta en el desarrollo y aprendizaje de los estudiantes el que las familias estén comprometidas con el proyecto educativo?
-Los padres son los primeros educadores. La escuela es una institución nacida para ayudarles en esta compleja tarea. Por ende, creo que no se trata tanto de que los padres “se comprometan” con el proyecto educativo del colegio. Es más bien al revés: optar por un modelo de escuela familiar, con un proyecto educativo que les dé protagonismo, debería ayudar a desarrollar su proyecto como familia.
-¿Cuáles son para usted las claves de una relación exitosa entre colegio y familia?
-La confianza y colaboración mutuas. Las ideas clave es reconocer que los protagonistas de la educación de los hijos son sus padres, y que en esta tarea es de gran importancia el papel de la escuela, que puede ser un lugar en el que los padres se sientan verdaderamente acompañados en su rol de ser los auténticos protagonistas de la educación de sus hijos.
-¿Qué acciones pueden realizar los directivos para construir confianzas con las familias y apoderados? ¿Y los docentes jefe (tutores)?
-Las familias, en general y como punto de partida, confían en la escuela, ya que dejan a su cuidado a sus hijos, que es lo más precioso que poseen. Esto es una base importantísima para dar un paso más desde la escuela, que es procurar construir un vínculo específico de confianza con cada familia que forma parte.
Ese vínculo se construye como cualquier otro, conociendo a cada familia, dando respuesta a las tareas formativas, poniendo de manifiesto que, igual que los padres, la escuela, y más concretamente cada tutor o tutora, cada maestro o maestra, desea lo mejor para sus hijos.
Evidentemente, eso es una tarea que podríamos denominar artesanal, ya que requiere tratar a cada familia como única y eso implica ocasiones de encuentro concretas, tiempo y diálogo.
-¿Cómo trabajar con las familias de estudiantes que se encuentran en escuelas del tipo internado?
-En un internado la familia está más lejos, también físicamente. Por eso es más importante, si cabe, que la escuela trate de acercarse a ella y de acercarla, lo más posible, a la tarea común que tienen entre manos, que es la educación de su hijo. En estas circunstancias especiales y excepcionales, la escuela debe tratar de suplir en lo posible, la lejanía familiar. A la vez, debe procurar ayudar a la familia para que no plantee el internado como institución que la sustituye en la tarea de educar a su hijo. Hay que evitar una desvinculación de las familias respecto a su tarea como primeras educadoras de sus hijos. La escuela debería apoyar que, en los tiempos de convivencia, la familia asuma plenamente su rol educador y personalizador, que nunca podrá dar plenamente.
-En el escenario en que un alumno no tiene familia, o esta no está en capacidades de involucrarse con su desarrollo, ¿cómo pueden los colegios suplir, de alguna manera, esa carencia?
-Si, en el caso anterior, decíamos que la escuela no puede suplir el papel de la familia, aquí cabría decir lo mismo. Los vínculos de incondicionalidad que allí se dan son difícilmente sustituibles. Ciertamente, en situaciones excepcionales como estas, cabría confiar en que otros miembros de la familia (tíos, hermanos mayores, abuelos) puedan suplir de algún modo las relaciones parentales. Y cuando tampoco sea posible, entonces la escuela puede de algún modo intentar ofrecer soporte para que estos niños se desarrollen en las mejores condiciones. Quizá propiciando el apoyo y participación de otras familias de la escuela. Siempre partiendo de la base de que no es su papel sustituir a la familia.
Fortalecimiento del vínculo entre familia y colegio
Estrategia: Comunicación abierta y regular
Descripción: Crear canales de comunicación efectivos entre la escuela y las familias (por ejemplo, boletines, plataformas digitales, reuniones periódicas) para fomentar un ambiente de confianza y colaboración.
Estrategia: Programas de capacitación para padres
Descripción: Organizar talleres y capacitaciones que ayuden a los padres a entender el proceso educativo y a mejorar su rol en el apoyo a sus hijos.
Estrategia: Participación en actividades escolares
Descripción: Invitar a las familias a participar en actividades escolares y eventos comunitarios para que se sientan parte activa del proceso educativo.
Estrategia: Espacios de escucha y diálogo
Descripción: Fomentar espacios donde las familias puedan expresar sus inquietudes y necesidades, y ser escuchadas por el colegio. Esto permite adaptar mejor los apoyos según cada realidad familiar.
Estrategia: Apoyo psicosocial y emocional
Descripción: Establecer redes de apoyo psicosocial que incluyan a profesionales que puedan atender problemas emocionales o sociales que impacten el aprendizaje de los estudiantes.
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