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Dic 2024 - Edición 289

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Proactividad y comunicación constante: Elementos claves para la tríada del mundo TP

Docentes del Liceo Crisol de Mulchén y del Instituto Don Bosco de Punta Arenas cuentan cómo han desarrollado alianzas con empresas y universidades. Destacan que es necesario una actitud proactiva, que ambas partes vean estos convenios como una oportunidad de mutuo beneficio, y mantener una continua comunicación para lograr vínculos exitosos claves para las trayectorias profesionales de los estudiantes.

Por: Paula Elizalde
Proactividad y comunicación constante: Elementos claves para la tríada del mundo TP

Tras 25 años trabajando en CMPC, Cristián Contreras, ingeniero industrial, se dio cuenta de que su verdadera vocación era la docencia, al igual que su hija. Renunció, y el año 2021 llegó a trabajar al Liceo Crisol de Mulchén, Región del Biobío. En ese entonces, según sus palabras, era un colegio de bajo perfil y estigmatizado, con una disminución en la matrícula y que había estado a punto de cerrar. 

Contreras eligió ese liceo municipal, el cual imparte cuatro carreras TP (Enfermería, Párvulos, Electricidad y Mecánica Industrial), para comenzar su carrera como docente, lo tomó como un desafío, y con esa energía llegó a ser profesor de la especialidad de Mecánica. De esa manera, le pidió a la directora analizar el liceo durante cuatro meses para elaborar un proyecto que levantara el colegio. 

“Y así, en septiembre de 2021, comenzamos un proyecto de alternancia con la Universidad Católica de Concepción, donde los alumnos, en plena pandemia, iban a la universidad a estudiar durante cuatro meses”, cuenta Contreras y añade: “Al principio costó hacer las alianzas porque no teníamos un enlace directo con empresas ni universidades. Llegué a un lugar súper complicado, donde era todo pasivo. Yo venía de la industria, del área de proyectos, venía con todo, y eso empujó”. 

Cristián Contreras, ingeniero industrial.

El proyecto con la Universidad de Concepción fue todo un éxito, según cuenta el docente. Luego sumó alternancia con la Sofofa y con la empresa H2Chile en temas de hidrógeno verde, para lo cual tuvo que solicitar al Ministerio de Educación una petición especial.

Tras estas exitosas experiencias, la matrícula comenzó a subir. “La comunidad se dio cuenta de que hacíamos cosas diferentes a los demás”, comenta. Así, pensando en qué más se podía hacer, siempre con el foco en desarrollar los talentos de los estudiantes, contactó a su antiguo empleador: CMPC, y con ellos hizo el proyecto Cauce, a través de Inacap.  

Esta iniciativa busca conectar a estudiantes TP con empresas. En este caso, 60 alumnos del Liceo Crisol —40 de la especialidad de Electricidad y 20 de Mecánica, de los cuales 28 eran mujeres— fueron todas las semanas, durante seis meses, a la planta de CMPC de Mulchén. “Los jueves de cada semana se dirigían a estudiar los procesos operativos, de mantenimiento y planificación. Y los viernes iban a clases en Inacap. ¿Cómo sale ese joven de cuarto medio el año 2023? Preparado”, afirma Contreras. 

Por otro lado, el docente cuenta que la empresa CMPC quedó contenta: “De los 60, becaron a 10 alumnos en el Duoc de Nacimiento; cinco alumnos se quedaron trabajando en CMPC y otros cinco como reemplazos a funcionarios. Además, 35 de ellos ingresaron a Inacap a estudiar, otros dos al Duoc de Nacimiento, seis a la Universidad Santo Tomás, tres a las Fuerzas Armadas y cuatro a la Universidad de Concepción”. 

Contreras también destaca que los estudiantes tuvieron un 98% de asistencia en el proyecto Cauce: “Yo quedé sorprendido, con un 80% habría quedado feliz. Fue muy emocionante ver cómo los jóvenes lo disfrutaran, no fallaban, fue una oportunidad para ellos”. 

El proyecto Cauce con CMPC e Inacap continuará el 2025. Este año, según explica Contreras, se está evaluando para mejorar, ya que los costos fueron altos. El docente peleó por que fueran los 60 alumnos, “iban todos, incluso los desordenados, porque Cauce es la oportunidad para que crean en ellos”. 

Tras tres años tocando puertas, Contreras cuenta que este 2024 ya cuenta con alternancias y diferentes alianzas, y señala que la proactividad ha dado frutos: “Hoy todos quieren hacer trabajos con nosotros. Ha sido una hermosa locura, estamos con una matrícula de 660 alumnos en el liceo, eso hemos crecido en cuatro años gracias a los proyectos” y añade: “Ahora somos el mejor colegio de la comuna, todos los niños quieren estudiar acá, le cambiamos la imagen al Liceo”. 

Cultivando relaciones de confianza y cooperación en Magallanes

Distinto es el caso del Instituto Don Bosco de Punta Arenas, donde el año 2019, como parte del compromiso del establecimiento de “vincular a los estudiantes con el entorno productivo y facilitar su inserción laboral”, comienza una búsqueda de relaciones con empresas de la zona, según relata Enrique Hernández, coordinador técnico profesional del establecimiento. 

Enrique Hernández, coordinador técnico profesional del Instituto Don Bosco de Punta Arenas.

“La relación con las empresas se gestó gracias a un trabajo colaborativo que incluyó reuniones entre directivos del colegio y representantes de la industria, donde identificamos necesidades y oportunidades de formación específica en el sector. A partir de allí, comenzamos a firmar convenios formales que garantizan la participación activa de los alumnos y docentes en el sector marítimo y pesquero”, detalla Hernández. Fruto de estas reuniones, actualmente cuenta con convenios de colaboración con Blumar, Ultraport y Cermaq. 

En concreto, estas alianzas permiten que los estudiantes accedan a prácticas profesionales, visitas técnicas y proyectos de aprendizajes vinculados con la realidad productiva de la región. El coordinador TP considera que han sido alianzas exitosas, donde los estudiantes, además de hacer sus prácticas, “han realizado proyectos conjuntos entre las empresas y el colegio, como programas de capacitación, visitas técnicas a instalaciones productivas y charlas de profesionales del sector. Todo esto ha fortalecido tanto las competencias técnicas de los estudiantes como sus habilidades blandas”, afirma. 

También, señala el coordinador, como establecimiento han aprendido que la educación técnico profesional no puede desarrollarse de manera aislada: “La retroalimentación de las empresas es fundamental para ajustar nuestros programas de estudio a las necesidades reales del mercado laboral”. 

La recomendación principal para que otros establecimientos tengan alianzas exitosas con empresas, según Enrique, es que “cultiven relaciones de confianza y cooperación a largo plazo con los sectores productivos que atienden. Es importante que ambas partes vean las alianzas como una oportunidad de mutuo beneficio, donde tanto la industria como el colegio se comprometan a mejorar la calidad de la formación y la empleabilidad de los estudiantes”. 

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