Mario Barasorda, orientador y encargado de convivencia escolar del liceo, explicó: “Este modelo ha sido esencial para nuestro desarrollo. Actualmente, tenemos alianzas con más de 70 empresas nacionales e internacionales, lo que ha permitido que 200 estudiantes realicen prácticas formativas. Estas empresas no solo ofrecen experiencias prácticas, sino que también colaboran con un aporte mensual, garantizando un marco financiero que incentiva el crecimiento del programa”.

“Creemos firmemente que la educación dual es una herramienta valiosa para el desarrollo, aunque no es una solución única aplicable a todos los liceos técnicos. Sin embargo, estamos convencidos de que en cada ciudad grande debería existir un liceo dual de calidad, como se impulsaron los liceos bicentenarios”.

La alianza que sustenta este sistema fue posible gracias a un convenio firmado en 1993 con la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) y la Corporación Educacional Asimet. En 2003, el estado de Baden-Wurtemberg, en Alemania, se sumó a esta colaboración, lo que consolidó el carácter internacional del programa. “Este sistema se ha adaptado a nuestra realidad local. En Alemania, los estudiantes comienzan su formación dual desde el primer año, pero aquí lo hemos introducido en cuarto medio, cuando los alumnos son más maduros y tienen un mayor conocimiento de su especialidad, principalmente en áreas como la seguridad industrial”, añadió Barasorda.

Supervisión y evaluación constante

Uno de los pilares del éxito de la formación dual en el liceo es la supervisión constante por parte de los profesores de especialidad, quienes visitan regularmente las empresas para monitorear el desempeño de los estudiantes. Además, los alumnos utilizan un “cuaderno dual” en el que registran sus actividades en la empresa, el cual es revisado periódicamente en el liceo. Este método garantiza un seguimiento continuo y fomenta la retroalimentación entre estudiantes, empresas y la institución educativa.

-¿Cómo ha impactado la homologación del proceso formativo con el sistema alemán en la relación del liceo con las empresas chilenas y extranjeras?

 -Este es nuestro tercer año de homologación, y los alumnos de cuarto medio egresan con una certificación alemana en colaboración con la Cámara Chileno-Alemana de Comercio (AHK). Adaptamos nuestro currículo al sistema alemán, identificando perfiles que coinciden con nuestras cuatro especialidades. La certificación final incluye una prueba global de especialidad que no existe en Chile, pero es fundamental en Alemania. También hemos integrado una evaluación práctica como parte del proyecto de taller en tercero medio. Aquellos que aprueban este proceso obtienen una certificación internacional que les permite trabajar en Alemania y en toda Europa.

Este enfoque ha ampliado los horizontes de los estudiantes, permitiéndoles soñar con oportunidades internacionales, lo que ha sido muy valorado por las empresas, que reconocen la calidad de este proceso formativo.

Diversidad de empresas y aseguramiento de la calidad

El liceo colabora con empresas de diferentes tamaños y sectores, incluyendo grandes corporaciones, medianas y pequeñas empresas industriales. “Buscamos diversificar las oportunidades de los estudiantes, evitando concentrar a todos en una sola compañía. Las especialidades industriales como Electricidad, Electrónica y Automatización son algunas de las áreas con mayor participación empresarial”, explica Barasorda.

-¿Cómo se asegura la calidad del proceso formativo en estas empresas?

-El seguimiento constante de los profesores instructores es clave. Visitamos las compañías semanalmente para asegurarnos de que los estudiantes realicen tareas alineadas con su especialidad y mantengan comunicación directa con los jefes de taller. Además, organizamos sesiones de reflexión semanales en el liceo, en las que los alumnos pueden compartir sus experiencias y resolver cualquier inconveniente.

El sistema de evaluación implementado por el liceo incluye evaluaciones por competencias, así como certificaciones externas con instituciones reconocidas, como la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) para los alumnos de Electricidad y SANDVIK para los de Mecánica, entre otras.

Alta empleabilidad y desafíos

El liceo ha logrado mantener una alta tasa de empleabilidad, alcanzando un 93% en los últimos años. No obstante, Barasorda menciona que uno de los desafíos actuales es la inserción laboral. “Muchas empresas solicitan que los alumnos se queden tras terminar su práctica dual, pero algunos optan por continuar estudios superiores, a veces sin estar completamente preparados o sin claridad sobre su especialización. Hemos trabajado con las compañías para ofrecer horarios flexibles que les permitan estudiar en modalidades vespertinas”.

-¿Qué tipo de retroalimentación han recibido de las empresas?

-La retroalimentación ha sido muy positiva, tanto en términos técnicos como en el desarrollo de habilidades sociales. Las organizaciones valoran la responsabilidad y madurez de nuestros estudiantes, aunque hay aspectos que seguimos trabajando, como la puntualidad y la organización personal. Este es un esfuerzo conjunto entre el liceo y las empresas para formar profesionales integrales.

Proyección de la educación dual en Chile

En Chile, el Liceo Industrial Bicentenario Chileno Alemán está comprometido con liderar esta modalidad formativa en el país. “La formación dual está un poco estancada en Chile, pero creemos que es esencial para la integración de los jóvenes al mundo laboral”, afirma Barasorda. El liceo se ha posicionado como un modelo, compartiendo sus prácticas con otras instituciones educativas y capacitando a docentes y directivos en la implementación de este sistema.