Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaNelson Vásquez, rector de la Universidad Católica de Valparaíso. “La formación de profesores se ve como barata, pero para que sea de calidad, debe ser tan importante y cara como la de un médico”
“Las carreras de Pedagogía y la formación de profesores son definiciones estratégicas para el país”, asegura Nelson Vásquez, rector de la Universidad Católica de Valparaíso y presidente de la Red de Universidades Públicas no Estatales G9 de Chile.
El también licenciado en Historia y doctor en Didáctica de la Historia y las Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona, participó del Plan integral para la recuperación educativa en la Región de Atacama. Además, Vásquez lideró una comisión de análisis sobre la situación de las pedagogías de todas las universidades que reúne el Consejo de Rectoras y Rectores de Chile (CRUCh).
-¿Cuál es su balance respecto de la relevancia de las carreras de Pedagogía hoy, para los estudiantes actuales?
-Creo que, en materia de políticas públicas, hay momentos en los que ha habido un descuido de esto. En segundo lugar, percibo desconfianza de si las universidades estamos formando bien a los profesores. Por último, se ha simplificado la complejidad de formar buenos profesores para el sistema escolar, como si fuera simplemente un problema de la admisión.
Por lo anterior, promoví al interior del CRUCh, y hubo gran aceptación, que teníamos que hacer un estudio en profundidad de la situación actual de la formación de profesores, con una proyección y una mirada de futuro. Abordamos los puntos críticos e hicimos 24 recomendaciones.
-¿Cuáles son esos puntos críticos?
-Yo diría que tienen que ver con la política de incentivos que existe actualmente para atraer el talento temprano. Siempre hay vocación de profesor, otra cosa es que sea canalizada por parte de las instituciones y sea atractivo. Hay muchos jóvenes que quieren ser profesores, pero por las condiciones socioeconómicas, materiales, las sobreexigencias que hoy está teniendo un profesor y la excesiva burocratización del sistema escolar, descartan esa posibilidad y finalmente optan por una profesión más segura.
Luego, tenemos la calidad de la formación universitaria. Ha habido una gran heterogeneidad de proyectos y el Estado ha invertido muchos recursos en los últimos quince años en materia de formación de profesores, que valoramos, pero no siempre ha habido la voluntad para poder avanzar en los cambios más efectivos en los planes de estudio.
-¿Qué solución puede haber para mejorar esto?
-Lo que sabemos hoy en Chile, con la investigación actual, es que uno de los componentes decisivos es la calidad de la formación práctica. Si no se mejora, no tendremos futuros profesores con las condiciones, habilidades y capacidades para enseñar en diversos contextos escolares. Es importante que el practicante esté en varios cursos, niveles distintos y en más de un establecimiento escolar. El ejercicio profesional de un profesor ocurre en numerosos cursos y, a veces, en varios colegios.
La práctica final debe acercarse lo más posible al ejercicio profesional de un profesor real y concreto, y estamos muy distantes de ello.
-En ese contexto, ¿qué rol juegan las mentorías?
-Son un aporte. Los programas más eficientes son aquellos que han logrado instalar lo que se llama la “tríada formativa”, que replica de algún modo el modelo clínico de los médicos: el estudiante, el profesor del colegio y el profesor de la universidad. Es una metodología muy eficaz, pero tiende a ser muy cara, porque exige horas hombre de ambos docentes. Por lo tanto, solo se ha podido implementar de manera marginal. La formación de profesores históricamente se ha visto como barata, pero para que sea de calidad, es tan importante y cara como puede ser la de un médico. La diferencia es que, a un mal médico, el paciente se le muere en el momento. Para un profesor, la muerte del paciente no es en el momento, es en 5 o 10 años, cuando ese alumno sale de la secundaria o deserta antes de tiempo y no tiene las condiciones mínimas para acceder a un desarrollo profesional posterior.
-¿Cuál sería su opinión respecto del Plan Nacional Docente?
-Que se haya puesto el tema me parece relevante e importante. Otra cosa es que aborde la complejidad del asunto. En ese sentido, yo no he visto aún un programa que haya tomado en consideración todas las aristas. ¿Cuáles son las materias que en mi opinión aún no se han tocado? En primer lugar, se requiere sistematizar e integrar las fuentes de información relativa a la formación de profesores, porque está todo fragmentado. Luego, si no se aborda el rol de la Comisión Nacional de Acreditación y se incorpora al debate para definir criterios y exigencias propias del aseguramiento de la calidad de la pedagogía, el tema va a estar cojeando.
-¿Cómo recibir de mejor manera a los docentes en sus primeros años de trabajo?
-Los equipos directivos del colegio deberían hacer esa primera inducción al profesor principiante. Cuando vemos en la literatura, el primer año los problemas no son de tipo disciplinario, sino de adaptación al colegio, de convivencia profesional con otros profesores, de relacionamiento con los alumnos o apoderados. Es la experiencia que tiene el profesor al llegar. El único que puede hacer ese trabajo con los profesores es el equipo directivo del establecimiento. El primer año de inserción laboral es eso. Y si no pasaste eso, da lo mismo lo demás.
La PUCV ha realizado algunas acciones para que los estudiantes de Pedagogía se sientan más valorados y comprendan la importancia de su labor. El rector Nelson Vásquez comenta algunas:
1. Mantener el vínculo universidad y egresados: dándole un sello profesional al estudiante desde el principio, cambiando el concepto de “estudiante de Pedagogía” por el de “profesor en formación”.
2. Reconocimiento de buenos alumnos: “En esta casa se forman profesores”, dice un cartel en la puerta de la Casa Central. “Tiene que ver, sobre todo, con darles dignidad y representación social. Entonces, deben sentir que lo que están haciendo es muy importante”, añade Vásquez.
3. Valorar a sus profesores: El rector asegura no perderse nunca la ceremonia de graduación de Pedagogía, “para dar una señal a los jóvenes, de que esas tareas importan muchísimo para la sociedad y el país”, explica. En esa instancia, los egresados realizan, además, un reconocimiento a los profesores que los formaron.
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.