En esta misma línea, comunicar es mucho más que informar o intercambiar palabras; implica una escucha activa y empática, donde se comprenden y se comparten los sentimientos del otro, creando así vínculos de confianza y respeto. La buena comunicación es, en esencia, una forma de vivir la solidaridad.

La comunicación efectiva entre las familias y el colegio es fundamental. En mi experiencia personal, he observado que el 85% de los padres que están bien informados sobre el progreso académico y emocional de sus hijos, así como sobre las actividades escolares, tienden a involucrarse más activamente en su educación. Esto se refleja positivamente en la actitud de los estudiantes hacia sus docentes y el colegio en general. Es crucial que los padres estén conectados con el colegio y trabajen en equipo, sumándose al proyecto educativo.

La comunicación efectiva y afectiva de los padres con sus hijos crea un ambiente de comprensión y apoyo, mientras que en la escuela permite a los docentes identificar y atender las necesidades individuales de los estudiantes. Es importante no dar nada por supuesto ni caer en la ilusión de que con solo informar es suficiente. Bernard Shaw lo expresaba bien: “El mayor problema de la comunicación es la ilusión de que ha tenido lugar”.

Cuando padres y colegio están alineados y colaboran, se crea un entorno propicio para una educación integral, garantizando la unidad en la misión educativa y en los valores compartidos tanto en casa como en la escuela. Aunque comunicar bien puede ser exigente y demandar tiempo y energía, vale la pena, ya que la comunicación abre un mundo de posibilidades y oportunidades.

Virtudes necesarias en los educadores

Los padres y los docentes, como formadores de mentes y corazones, deben ser modelos de las virtudes cristianas, ya que para poder dar, primero hay que ser. Algunas virtudes que inspiran y fomentan una comunicación integral y proactiva incluyen:

• Perdón y reconciliación: fomentan la unidad, sanan heridas del pasado y abren caminos hacia el futuro, facilitando la resolución de conflictos de manera constructiva.

• Respeto y dignidad: aseguran que todos sean valorados y tratados con justicia y equidad, respetando la diversidad de pensamientos.

• Humildad y servicio: inspiran a colaborar por el bien común, promoviendo el aprendizaje continuo y el deseo de ayudar a los demás.

• Honestidad y transparencia: construyen confianza, clarifican mensajes e intenciones, y privilegian la verdad.

• Amor y caridad: crean un ambiente de compasión y comprensión, siempre buscando el bienestar del otro. Como diría San Pablo, la caridad “es el vínculo de la perfección” (Col. 3:14).

Vale la pena

Antoine de Saint-Exupéry decía: “Si quieres construir un barco, no empieces por juntar personas y asignarles tareas y trabajos. Más bien, enséñales a anhelar la infinita inmensidad del mar”. La comunicación entre familias y colegio debe ser creativa, ingeniosa, humana y continua, fundamentada en valores cristianos. De este modo, la comunicación se convierte en una fuerza poderosa capaz de construir puentes y derribar muros.

Tips para lograr una buena comunicación entre padres y docentes

Para los padres:

1. Fomentar la confianza: mantener una actitud abierta y colaborativa, confiando en la experiencia de los docentes.
2. Conocer el entorno escolar: informarse sobre las propuestas pedagógicas y educativas, valores y metodología del colegio para comprender las decisiones tomadas.
3. Retroalimentación constructiva: expresar inquietudes o sugerencias en forma amable, respetuosa y constructiva, buscando soluciones que sumen. 
4. Fomentar el diálogo familiar: crear espacios de conversación sobre el día escolar para que los hijos cuenten sus experiencias y preocupaciones.
5. Participar activamente en la comunidad educativa: asistir a las actividades extracurriculares organizadas por el colegio para sentirse parte de la comunidad escolar.

Para los docentes:

1. Transparencia y consistencia: ser transparentes en la comunicación de los trayectos académicos, evaluaciones y expectativas, mediante mensajes claros y coherentes.
2. Comunicación proactiva: anticiparse a situaciones complejas y sostener un diálogo continuo para evitar enojos o malos entendidos.
3. Accesibilidad: estar disponibles para reuniones o consultas, mostrando apertura y disposición para escuchar y resolver conflictos.
4. Reconocimiento y aprecio: reconocer y valorar el esfuerzo de los padres en la educación de sus hijos para generar una relación colaborativa.
5. Promoción de eventos: organizar actividades que generen interés en los padres para fomentar en ellos el sentido de comunidad y familia.

Luis Tesolat, Director del colegio Familia de Dios, de la ciudad de Rosario, Santa Fe, en Argentina.

Bibliografía

1. Comunicación no violenta: un lenguaje de vida. Marshall Rosenberg.
2. Los cinco lenguajes del amor. Gary Chapman.
3. Cómo ganar amigos e influir sobre las personas. Dale Carnegie.
4. Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen. Adele Faber y Elaine Mazlish.
5. El cerebro del niño. Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson.
6. Los 4 acuerdos. Miguel Ruiz.