Parte de este trabajo, explica Carolina Quintas, ha sido implementar decisiones planificadas que han permitido obtener indicadores de desarrollo personal y social significativamente mejores que los establecimientos vecinos y que el promedio nacional, según los resultados entregados por la Agencia de Calidad de la Educación. “En esta misma línea, el área de convivencia escolar tiene un protagonismo importante, gracias a lo cual nuestro liderazgo ha permitido generar espacios de diálogo, focus group, talleres, encuestas, para estar conectados con las necesidades de la comunidad, y trabajar directamente en base a esos datos”. 

-En mi experiencia como encargada de convivencia escolar hace algunos años, aprendí lo que reafirmé como directora; el hecho de que los niños y jóvenes son personas en formación que están aprendiendo a convivir, y en todo proceso de aprendizaje hay equivocaciones. 

En la opinión de Carolina, el colegio debe ser capaz de educar, apoyar y contener, generando oportunidades que todo ser humano necesita mientras progresa hacia la comprensión de los límites y el bien común. “Transitado ese periodo de aprendizaje y adaptación, las escuelas y las familias necesitan ser capaces de promover límites claros. En los colegios formamos futuros ciudadanos y la sociedad necesita comprender que las normas tienen un sentido y que las autoridades no podemos ser indolentes frente a la violencia deliberada”. 

Gracias a esas acciones han podido desarrollar, dice Carolina, “una cultura basada en el respecto y por sobre todo que nuestra gestión en convivencia sea percibida como justa y transparente, donde los profesores puedan trabajar en un espacio dignificante y los estudiantes en un lugar seguro”.

El colegio Bicentenario Aprender durante la pandemia destacó por su trabajo en el área socioemocional.

-¿De qué manera han implementado la mentalidad de crecimiento, es decir, la creencia de que, a través de la práctica, la perseverancia y el esfuerzo, todos tenemos potencial ilimitado para aprender y desarrollarnos?

-Nuestro proyecto educativo posee cuatros valores declarados que inspiran nuestro quehacer diario: protagonismo, creatividad, responsabilidad personal y responsabilidad social. Estamos continuamente trabajando en torno a ellos, pues para fortalecer la autoestima académica y la convicción de que nuestros estudiantes son capaces, debemos inculcar de forma permanente que ellos son los protagonistas de su historia y que los grandes y pequeños desafíos que enfrentan son parte del proceso de aprendizaje, y los pueden resolver con creatividad. 

 “Valorar a las personas y promover el autocuidado es algo que demostramos no solo a través de iniciativas constantes, sino también mediante un trato respetuoso y una gestión dialogante. Cuando esa valoración es recíproca, trabajar en una comunidad donde nos apreciamos y respetamos es motivante”. 

Nuestro colegio posee un 94% de vulnerabilidad en promedio. Si no tuviéramos la creencia de que la perseverancia y la responsabilidad les permitirán construir un proyecto de vida que los hará progresar a ellos y su entorno, no tendría sentido el funcionamiento de nuestra escuela. Estamos insertos en un contexto adverso y complejo, lo que se ha convertido en una inspiración para otorgar oportunidades y que nuestros estudiantes logren grandes metas, las que se han visto reflejadas en nuestros resultados de mediciones externas y la continuidad de estudios de nuestros egresados.

Explica Carolina que, al trabajar desde esa mentalidad, “podemos enfrentarnos a las diferentes desavenencias de la vida con aplomo, comprendiendo que los errores son parte del proceso de aprendizaje y, por lo tanto, nos ayudan a autogestionar mejores oportunidades de desarrollo; de ahí que el foco sea por medio de una evolución consciente y sistémica”.

-La Dra. Carol Dweck es la creadora de este concepto y de su implementación en los diversos campos de nuestra vida. Sin embargo, también existe otro tipo de mentalidad, la cual es llamada mentalidad fija. Ella se refiere a una creencia de que nacemos con una cantidad fija y limitada de inteligencia o habilidades. Es por esto que, cuando ejercemos desde esta mentalidad, tenemos una tendencia a escapar de los desafíos y dificultades, somos poco tolerantes a la frustración y al fracaso, robándonos, al mismo tiempo, la experiencia de aprendizaje de vida que propone el error.

-¿De qué manera implementan el bienestar y salud mental de los alumnos y docentes del colegio?

-En pandemia, nuestro colegio destacó por su pronta intervención en el área socioemocional. En nuestro caso, no fue algo que hayamos priorizado por la urgencia de las necesidades que comenzaron a desestabilizar a las comunidades, sino que fue una de las primeras preocupaciones que surgió dentro del equipo directivo y que nos permitió actuar de forma preventiva. 

“Nuestro proyecto educativo posee cuatros valores declarados que inspiran nuestro quehacer diario: protagonismo, creatividad, responsabilidad personal y responsabilidad social” . 

Hasta el día de hoy mantenemos acciones que han permitido mitigar el estrés laboral, ya que el trabajo en contexto escolar goza de muchas gratificaciones, pero es a la vez un desafío arduo y constante. Por ello, realizamos jornadas de autocuidado mensualmente con todos los funcionarios y los instamos a todos a participar de actividades escolares e institucionales, promoviendo el trabajo colaborativo y el sentido de pertenencia, que nos hace fortalecer nuestra identidad y sentirnos parte de este proyecto.