En el Liceo Bicentenario de Excelencia Nuevo Mundo, de Mulchén, si un alumno tiene problemas de conducta, es recibido en el Centro de Desarrollo Integral (CID). “No es una sala de castigo”, dice su director, Eduardo Fuentes. El Premio LED 2023, categoría Innovación Tecnológica, agrega que “no es una solución pedagógica suspender al estudiante. El alumno ve el beneficio cuando llega al lugar”.

El establecimiento está ubicado a orillas del río Bureo, treinta kilómetros al sur de Los Ángeles, Región del Biobío. Atiende a 450 alumnos de enseñanza media en modo politécnico: ofrece científico humanista y las especialidades de Administración, Programación y Gastronomía.

Se trata de un segmento que no estaba cubierto, explica Fuentes y enfatiza que el Programa de Integración Escolar atiende a alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE), pero el colegio no contaba con un lugar para aquellos que, por circunstancias emocionales, familiares u otra, estaban impedidos de dar el rendimiento óptimo. “Buscamos una fórmula que entregara un espacio donde pudieran cumplir con el currículum”, dice. 

¿Cómo funciona? 

Una psicopedagoga administra el Centro. Si un estudiante está teniendo problemas en clase, es enviado con una guía de trabajo al CID. Además, algunos docentes tienen horas asignadas para dar reforzamiento de lenguaje o matemáticas. De esta manera, el estudiante sigue aprendiendo, pero de una manera más personalizada. 

En dos años, cerca de 100 estudiantes han sido atendidos en lo que está pensado como un lugar temporal. “Inicialmente era una sala, pero nos hemos quedado cortos de espacio. Ahora usamos una frase: ‘Todos somos centro de desarrollo integral’”, expresa Fuentes, ya que actualmente este apoyo se realiza en otras partes del establecimiento.

Además, cuenta que la iniciativa permitió bajar los niveles de deserción y mejorar la convivencia escolar. El director da el ejemplo de un alumno de tercero medio con el que tenían muchos problemas en clases. Luego de una conversación con él y sus padres, se derivó un mes al CID, donde pasaba el horario completo. “Cambió mucho. Era lo que él necesitaba, un trabajo personalizado. Le gustó tanto que se quería quedar permanentemente”, agrega. 

Talleres de desarrollo integral

Como complemento al CID, el Nuevo Mundo ofrece gran cantidad de talleres dentro de la jornada escolar, durante las horas de libre disposición. 

En este horario los estudiantes asisten a robótica, debate, idiomas (chino mandarín, portugués e inglés), taller audiovisual, ballet, deportes, e impulsando que participen en competencias fuera del colegio. Esta variedad de alternativas se ha convertido en un sello para el colegio.

“Creemos que este tipo de actividades contribuyen a que los estudiantes puedan desarrollar mejor las competencias académicas”, dice Eduardo Fuentes. 

Además, el sentido de pertenencia y la mezcla de alumnos de diferentes cursos han impactado en una mejor convivencia escolar. Fuentes agrega que “nuestros estudiantes tienen harto movimiento. Queremos que salgan lo más posible del liceo”. 

Uno de los desafíos de impulsar esto es, según el director, “romper un paradigma. Creo que padres y estudiantes están muy convencidos de que lo más importante es la nota”.