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Dic 2024 - Edición 289

Familia y colegio unidos en el aprendizaje

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Por qué desarrollar programas de formación del carácter en los colegios

Porque son claves para apoyar la disposición al aprendizaje, porque si no se tiene un programa sistemático, constante, es difícil que sea parte de la cultura y permee en los establecimientos y porque, en definitiva, el potenciar fortalezas del carácter, permitirá que los estudiantes tengan vidas más plenas, con propósito y plan de vida.

Por qué desarrollar programas de formación del carácter en los colegios

Lo primero, ¿es lo mismo hablar de formación de valores, formación de carácter o desarrollo de habilidades socioemocionales? Según Trinidad Montes, quien fue parte del equipo que desarrolló el programa Fortalezas del Carácter para los colegios de la Fundación Astoreca y es socia fundadora de Red Directiva,

existen muchos términos distintos para conceptos similares como virtudes, valores, habilidades socioemocionales o fortalezas del carácter. Lo cierto es que no existe un maco teórico único. En definitiva, “tiene mucho que ver con desde dónde te estás aproximando al tema. Si te estás aproximando desde la filosofía, desde la antropología moral, desde la sicología positiva, a mi juicio no importa tanto cuál es tu aproximación, hay colegios que les quieren llamar valores, no importa, mientras tú tengas muy claro qué es lo que quieres promover”. 

“El programa ‘Fortalezas del Carácter’ surge de la necesidad de los profesores de abordar de una manera más sistemática, coherente y consistente el aspecto formativo”, señala Trinidad Montes.

Trinidad añade: “¿Qué dice la evidencia? Que al final tienes que tener una agenda muy explícita respecto de qué promover y una clara estrategia para hacerlo”. Y así lo hacen en los tres colegios de la Fundación Astoreca a través del programa “Fortalezas del Carácter”, el que surge de la necesidad de los profesores de abordar de una manera “más sistemática, coherente y consistente el aspecto formativo”, según cuenta Trinidad. 

Si bien en los colegios de la Fundación Astoreca abordaban la parte académica y formativa de la mano, vieron que era necesario sistematizar la parte formativa y hacerla más explícita, y para ello empezaron a investigar distintos programas de educación del carácter a nivel mundial, sobre todo los enfocados en la sicología positiva: “Es esta aproximación de que las personas tenemos fortalezas, tenemos recursos que podemos potenciar”, en vez de enfocarse en lo que no se tiene, explica Trinidad. En base a una conversación participativa con profesores, estudiantes, miembros del directorio, acordaron trabajar nueve fortalezas del carácter “y quisimos que sea un sello de todo lo que se hace en nuestros colegios”, destaca.  

Para desarrollar este programa, se empezó a construir un lenguaje común, a intervenir la cultura escolar y hacer que en todo lo que se realiza en los colegios se pueda ver la presencia de las fortalezas. “Una presencia visual y en contenido”, detalla Trinidad. Hay carteles y también reconocimientos. “Hoy día hemos avanzado, nos costó. El tener una semántica, significados compartidos. Si estamos hablando de ser responsable, estamos hablando de que el niño tome buenas decisiones y de que, si no toma buenas decisiones, se debe hacer cargo de las consecuencias”, ejemplifica.  

“En el colegio Cree estamos convencidos de que la felicidad pasa del encuentro con otros, por eso nuestra visión como colegio es que nuestros niños entren a las mejores universidades, para que sean agentes de cambio”, señala Margarita Naudon.

Además de la presencia en la cultura del colegio, también se necesita una instrucción directa, cuenta Trinidad, y para eso se realizan sesiones donde se habla de por qué es importante desarrollar las fortalezas y se enseñan habilidades.

Para medir sus resultados han realizado evaluaciones del programa, de su implementación, autoevaluaciones a los estudiantes, a los docentes: “Los profesores reportan que este es un programa valioso”, señala la fundadora de Red Directiva, y cuenta que también los estudiantes lo valoran y que por ejemplo, en la pandemia, las fortalezas los habían ayudado:  “Los niños reportan cómo el conectarse con el ‘tener propósito’ los había ayudado a decir, ‘esto vale la pena’, también el ‘soy responsable’, en términos de ‘tengo que pensar en el largo plazo y elijo sostener el esfuerzo’”. 

Incluso les han pedido el programa de otros colegios. Hace unos años empezaron a asesorar a cuatro colegios municipales, este año se sumaron más y el próximo comenzarán dos establecimientos, en Llanquihue y Aysén. 

Agentes de cambio

En el caso del colegio Cree, de la comuna de Cerro Navia, y que forma parte de la RED Irarrázaval, el tema de la formación de valores fue parte del modelo que se siguió como proyecto educativo, el modelo norteamericano Keep. Si bien no es una implementación de este modelo al 100%, sí se tomaron elementos, entre ellos parte del desarrollo socioemocional de los estudiantes, así lo explica Margarita Naudon, quien fue profesora del curso Valores en el colegio Cree y hoy asesora al mismo establecimiento. “La propuesta que estos colegios tienen es que para que los niños puedan aprender bien, y eventualmente puedan llegar a la universidad, deben tener una predisposición emocional que les permita el aprendizaje. Por eso nuestros dos grandes focos son la excelencia académica, y la formación del carácter y habilidades socioemocionales”, afirma. 

Con esta premisa formaron el curso Valores, donde desarrollan un currículo de formación del carácter (basado en ocho fortalezas del carácter que propone Keep, más una propia Cree) y habilidades socioemocionales, basado en la sicología positiva: “Es un currículo de creación Cree, que nosotros hemos ido implementando. Es el fuerte del desarrollo socioemocional, pero la propuesta del colegio es que esto sea un aspecto cultural, también”, explica Margarita. Y es por eso que, además del curso Valores, el desarrollo de las fortalezas del carácter se permea en la cultura del colegio, y para ello se capacita a todos los profesores, equipos directivos, tutores. “Es súper transversal”, señala.

En definitiva, como explica Margarita: “La propuesta de este programa es formar estudiantes que sean buenos ciudadanos, éticos, responsables y que esas habilidades les permitan desenvolverse en la sociedad, ser un aporte, ser agentes de cambio”.

Incluso, a fin de año, entregan a cada alumno un “informe de carácter”: “Les damos a los niños y papás un reporte, explicándoles cuáles son las fortalezas del carácter más potentes que ese niño tiene, ‘este año destacaste por tu autocontrol y fortaleza de amor, y que lo vimos en tales casos, practíquenlo en la casa’. Ahí va la propuesta de la psicología positiva”. 

A través de diferentes encuestas de clima escolar, de habilidades y también de evaluaciones, en este ramo han obtenido retroalimentación del desarrollo de su programa de valores, y si bien es un programa establecido, Margarita asegura que existe la flexibilidad para abordar nuevos temas que aparecen con el paso de los años. Hoy, los alumnos mayores del colegio Cree están en II medio y han aparecido nuevos temas a abordar por la edad de ellos. “Nosotros buscamos que los alumnos puedan armar un plan de vida. Por eso, la hora de Valores va muy vinculada en enseñanza media, a la clase de Orientación. Hay que pensar que son niños que muchas veces tienen muy poca visión a largo plazo, poca visión de su plan de vida”. 

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