Andrea Garrido, Directora ejecutiva de Chile Dual: 

“En el proceso de vinculación liceo-empresa, es clave que el director esté al tanto de la evaluación que tiene esta última respecto de la formación de sus estudiantes, pues es a través de este diálogo y feedback que pueden levantarse las brechas que existen entre la preparación que recibe el estudiante en el liceo y las demandas en formación que tiene el sector productivo en sus respectivas especialidades. Teniendo esto a la vista, el colegio puede ir sintonizando la preparación del alumno, haciéndola más pertinente y acorde a los requerimientos del sector productivo; este es uno de los beneficios directos en la virtuosa relación liceo-empresa.

Para que este proceso sea un continuo, es importante que el director tome el liderazgo de establecer esta vinculación con el sector productivo; debe ser él quien los convoque, defina las expectativas, establezca el mínimo de condiciones que debe cumplir esa vinculación, por ambas partes, y recibir feedback de lo que sucede con los estudiantes. Debe crear relaciones de largo plazo con socios clave, visitar a los estudiantes en la empresa y conformar un equipo de trabajo en torno a esta vinculación; de manera de asegurar el correcto seguimiento de este proceso en terreno. Y, adicionalmente, deberá empujar los cambios curriculares y de equipamiento en el liceo que sean claves para este cierre de brechas”.

Soledad Ortúzar, Directora del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo de la Universidad del Desarrollo: 

“A nivel de sistema, el rol de los directores es fundamental para el desempeño y logro de los establecimientos que lideran. Como condición inicial para un sistema de Evaluación y Retroalimentación en la EMTP, se deben crear estándares comprensivos respecto a las prácticas de liderazgo que se deben potenciar en los directores. El análisis de experiencias internacionales muestra que la mayor parte de los países han optado por establecer estándares o marcos de liderazgo que orienten e integren los procesos de reclutamiento, la trayectoria, la formación continua y la evaluación de equipos directivos (Pont et al., 2008; Vaillant, 2020; Darling-Hammond et al., 2022). 

A nivel de sus establecimientos, los directores deben liderar el proceso de diseño y planificación de la evaluación en sus instituciones, asegurándose de que esté alineada con los objetivos educativos y el enfoque pedagógico de la Educación Media Técnico Profesional. Esto implica definir los criterios de evaluación, establecer los instrumentos adecuados y asegurar la coherencia con los estándares educativos y las necesidades del sector profesional al que están orientados. Al mismo tiempo, los directores tienen la responsabilidad de garantizar que las prácticas evaluativas en sus instituciones sean efectivas y equitativas. Esto incluye asegurarse de que los docentes estén capacitados en técnicas de evaluación adecuadas para la formación técnico profesional, promover la diversidad de instrumentos de evaluación y fomentar una cultura de retroalimentación constructiva entre docentes y estudiantes. 

Finalmente, se debe velar por que los resultados de la evaluación promuevan la mejora continua de la calidad educativa en la institución. Esto implica analizar los resultados de manera sistemática, identificar áreas de mejora y establecer acciones concretas para abordarlas, ya sea a nivel curricular, pedagógico, de infraestructura o de apoyo estudiantil”.