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Jul 2024 - Edición 284

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Celulares en el colegio: Cómo pasar de la prohibición al cambio de cultura

Soledad Garcés, directora ejecutiva de Fundación para la Convivencia Digital, entrega consejos sobre cómo implementar un plan que dure en el tiempo y se apoye en el sentido de pertenencia de la comunidad educativa.

Por: Verónica Tagle
Celulares en el colegio: Cómo pasar de la prohibición al cambio de cultura

-¿Qué opinas acerca de los distintos planes de regulación de uso de celulares en los colegios?

-La evidencia científica muestra que los planes de tolerancia cero no son efectivos a largo plazo, porque se centran en el castigo y no en la adaptación de la nueva norma. Debe haber un plan de formación, adaptación, marcha blanca y comunicación de este proceso. Al solo prohibir, lo más probable es que en dos o tres meses empiece a dejar de funcionar. ¿Buscamos que no usen el teléfono o buscamos un cambio de conducta? Debes dar el espacio para que ese cambio de conducta ocurra, y eso toma 12 semanas, no menos. 

-¿Qué recomendaciones darías tú para armar un plan?

-Lo hemos abordado desde lo positivo. Evitamos la palabra prohibición, y nos centramos en el bienestar emocional y salud mental. Para eso, el primer paso es que el colegio levante información sobre el tema a través de encuestas, por ejemplo. A partir de ahí generas una propuesta que debe ser consensuada con alumnos, apoderados y profesores. 

“Primero se capacita bien a los docentes, después a los apoderados y en último lugar, a los alumnos”.

-¿Es necesario quitar teléfonos o dejarlos en la entrada?

-Soy muy contraria a quitar teléfonos. Creo que eso no cambia la conducta. Lo mejor es que esté en la mochila, apagado. En caso de que el estudiante no cumpla con el acuerdo que ha firmado, debe haber un protocolo para conversar y entender lo que le está pasando. Luego se puede citar a entrevista, derivar a convivencia o mandar a inspectoría.

También es importante que el alumno sepa que existen canales alternativos para comunicarse con la casa, en caso de necesidad. Puede ir al teléfono de la entrada o que haya un espacio pequeño, con un adulto a cargo, delimitado, donde pueden entrar cinco minutos y salir. 

-¿Cómo capacitar a los docentes? ¿Es necesario que cumplan las mismas normas?

-Hay que entender que el profesor no es estudiante y que no se pueden aplicar las mismas normas. Un docente tiene responsabilidades que el alumno todavía no tiene. Sí les pediría ser muy conscientes y que entiendan su rol de formador de personas. 

-¿Es entonces, el sentido de pertenencia, la primera prioridad dentro de esta estrategia?

-Si vamos a la estadística, el uso del teléfono no afecta a todos los alumnos, sino a un porcentaje que en general son los más desvalidos. Entonces, ¿cómo convenzo a ese estudiante que no se desconcentra en clases por el teléfono, que debe adherir a la norma para proteger y ayudar a sus otros compañeros? Si no es con sentido de pertenencia, no lo vamos a lograr. 

-¿Cómo sumamos a los apoderados a esta estrategia?

-Realizamos un encuentro padre e hijo, donde vemos que la asistencia es mucho mayor. En esa instancia, juntos van logrando acuerdos con el especialista. Una vez que están los acuerdos de familia, puedo lograr acuerdos de curso. Luego, el colegio sigue trabajando los acuerdos de curso junto con el centro de padres.

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