El arte y las nuevas ciudades verdes 

Friedensreich Hundertwasser.

Friedensreich Hundertwasser (Austria, 1928-2000), un artista visionario nacido en Viena en 1928, se destaca por su enfoque único tanto en la arquitectura como en el arte. Su obra no solo desafía las convenciones estéticas, sino que también aboga por una simbiosis entre el ser humano, la naturaleza y la ciudad. Los espacios urbanos concebidos por Hundertwasser representan un crisol de colores vibrantes, formas orgánicas y una filosofía que busca la armonía entre el ser humano y su entorno construido.

Sus proyectos arquitectónicos son auténticas obras maestras, representando su característico estilo lúdico, su devoción por las curvas y su rechazo a las líneas rectas y uniformes que dominan la arquitectura convencional. Sus edificios a menudo desafían la monotonía, celebran la individualidad y la conexión con la naturaleza. 

Las ciudades creadas por el artista son un verdadero festín para los sentidos. Las fachadas irregulares y coloridas, las ventanas asimétricas, los tejados ondulantes y los jardines en azoteas son solo algunos de los elementos distintivos que las componen. Estas creaciones arquitectónicas despiertan una sensación de alegría y vitalidad, desafiando la uniformidad de las construcciones convencionales.

La naturaleza ocupa un lugar central en sus ciudades. Él promovía la integración de la vegetación en sus diseños, ya sea a través de árboles plantados en azoteas o la incorporación de espacios verdes dentro de los edificios. Para él, la presencia de la naturaleza en esos entornos no solo embellece, sino que también restaura la conexión perdida entre el ser humano y el mundo natural.

Además de su enfoque en la estética, Hundertwasser se preocupaba por el bienestar de quienes habitaban en sus construcciones. Promovía la idea de que todos tienen el derecho a tener una ventana propia para personalizar y una conexión más profunda con su hogar. Su filosofía se refleja en la creación de viviendas más humanas, donde la creatividad y la individualidad son fomentadas, brindando un sentido de pertenencia y, por ende, de cuidado a sus habitantes. Con ello, nos invita a reflexionar sobre nuestro modo de habitar la ciudad y como sí es posible convivir en armonía con la naturaleza. Su visión aún inspira a arquitectos, urbanistas y artistas, desafiándolos a repensar la creación sustentable como una manifestación de un mundo ideal. Una visión de mundo que se entrelaza en una danza armónica y sumamente significativa, de cara a un futuro marcado por las grandes crisis medioambientales.

Casa Hundertwasser, Viena.

Actividad sugerida: 

Reunir a los estudiantes para observar algunas fotografías de las creaciones del artista motivando el diálogo mediante algunas preguntas, tales como: ¿cómo imaginan que es la vida en estos espacios? ¿Les parece una solución parcial a las crisis medioambientales? ¿Cómo pueden ser sustentables estos lugares?, entre otras. 

Posteriormente, invitar a los alumnos realizar un diseño utilizando lápiz grafito de su “ciudad ideal”, que incorpore conceptos como sostenibilidad, interacción con la naturaleza, calidad de vida, tecnología, etc. Pueden tomar algunas ideas de dibujos arquitectónicos para inspirarse. Al terminar, colorear utilizando lápices de colores o acuarela. 

Para finalizar, reunir a los estudiantes y observar las obras realizadas, para hablar sobre ellas y las decisiones que tomaron para crear sus diseños.