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Regístrate y accede a la revistaDos establecimientos, dos proyectos de innovación distintos que buscan los mismos objetivos: por un lado, que los estudiantes desarrollen aprendizajes y habilidades que no estaban adquiriendo y al mismo tiempo, enfocar estos aprendizajes en un apoyo o solución a un problema de la comunidad escolar.
El año 2019 el Colegio San Esteban Mártir, ubicado en la comuna de Lo Barnechea, perteneciente a la RED Irarrázaval, comenzó a implementar el Modelo Pionero, sin embargo, llegó la pandemia y recién el año 2021 fue la primera experiencia presencial de los estudiantes con este modelo.
La iniciativa, como explica Macarena Lazo, directora académica del establecimiento, es un programa que busca transformar la escuela en centros de innovación y que potencia el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) que den solución a problemas reales de la comunidad. Este modelo está basado en cuatro pilares: aprendizaje activo, alternancia interactiva, apropiación tecnológica y proyecto de vida.
En definitiva, como explica Macarena, “donde esto se puede concretizar es en la implementación de proyectos, en aprendizaje sustentado en ABP y en la incorporación de electivos dentro del plan curricular de cada alumno del colegio”. Sin duda, ha sido un desafío implementarlo. “La experiencia es bien desafiante porque toda la estructura escolar está diseñada de una manera que cada asignatura tiene sus objetivos y se trabaja de una determinada forma. Trabajar sobre la base de proyectos implica interdisciplinariedad, aprender a identificar problemáticas y a diseñar ellos un producto o un proyecto que viene a dar soluciones y donde los objetivos son curriculares”, afirma.
Es una forma distinta de aprender, como asegura la directora académica: “A los estudiantes al principio les cuesta, porque no entienden lo que tienen que hacer, porque es un sistema distinto. Pero cuando ya empiezan a experimentar el trabajo colaborativo, a tener mayor injerencia en la toma de decisiones, a hacer propuestas y ver que esas propuestas son consideradas por sus profesores e incorporadas en el diseño del proyecto, se comienzan a encantar y a darse cuenta de que esto que parece ser algo incierto, sin mucha conducción, se plasma en proyectos de los que terminan sintiéndose muy orgullosos”.
El primer proyecto que impactó en la comunidad escolar fue un libro que realizaron alumnos de primero medio. El proyecto ABP tenía objetivos en la asignatura de ciencias sociales, donde se abordaba el aprendizaje de derechos humanos, y se enfocaron en el tema de la migración. También tenían objetivos curriculares de Lenguaje, y para lograr ambos objetivos, los estudiantes decidieron realizar un libro testimonial de los migrantes pertenecientes a la comunidad escolar. “Entonces, aprendieron a escribir y se dieron cuenta de que es un proceso que requiere tiempo, que tiene una estructura; aprendieron a ponerse de acuerdo en el tipo de diseño, cómo querían que fuera este texto. Cuando vieron el libro finalmente publicado, se llenaron de orgullo, y cada vez que ellos cuentan sobre este proceso creativo, dicen que es lejos la huella de aprendizaje más importante que les ha dejado el colegio”, explica Macarena.
En el caso de los estudiantes técnico profesionales, un ejemplo que destacar es el proyecto realizado por alumnos de la especialidad de Gastronomía, donde organizaron una cena a sus familias: “los estudiantes eran conscientes de que faltaba cohesión como curso y que tenían problemáticas también con sus familias, que se vinculaban poco. Además, sus papás tenían pocos espacios de recreación y de descanso. Es por esto que decidieron organizarles una cena”, agrega la directora.
Según cuenta la directora académica, los alumnos hicieron un presupuesto, un menú, de alto nivel, y como el colegio tiene un restorán, aprovecharon las instalaciones. Durante la cena, ellos mismos atendieron a sus papás. “Fue algo muy bonito y que cumplió con el vínculo de la comunidad de generar más que un aprendizaje muy técnico, sino que en verdad estar al servicio de la comunidad”.
“En el caso TP, los jóvenes, al tener experiencias de práctica y de mayor autorregulación, tanto estudiantes como profesores viven la implementación del proyecto con mucha complicidad, entonces se da una relación mucho más de colaboración, porque el profesor pasa a ser un tutor que efectivamente va guiando a los niños, y se genera una complicidad muy rica con los profesores”, asegura Macarena.
Fue en marzo del año 2022, mientras estudiantes de cuarto medio del Liceo Politécnico Pueblo Nuevo, ubicado en La Araucanía, desarrollaban actividades de la especialidad de Mecánica Automotriz, cuyos docentes del Liceo detectaron la necesidad de reforzar habilidades prácticas que se habían perdido por la pandemia.
Así lo cuentan Marcelo Cofré, ingeniero en Máquinas, y Viviana Antilef, ingeniera en Administración, ambos profesores del Liceo Politécnico Pueblo Nuevo: “Fue ahí cuando empezamos a enfocarnos en distintos proyectos asociados a satisfacer requerimientos habituales en las comunidad estudiantil, por ejemplo, confeccionar mesas de juegos para sus compañeros más pequeños, mantención de vehículos propios de los estudiantes y funcionarios del establecimiento”, señala Viviana.
Con eso en mente, según cuenta Marcelo, se crearon los contenidos para preparar a los estudiantes en el desarrollo de esas habilidades. Y así, al poner en práctica el tema de la mantención preventiva, por ejemplo, se dieron cuenta de que los estudiantes debían comunicarse con los docentes, confeccionar un documento con las características de los vehículos, etc. “Entonces detectamos la necesidad de articular la actividad con la especialidad de Administración y así también, favorecer los aprendizajes asociados a los módulos de esa especialidad”, agrega Marcelo.
El proyecto, al que llamaron Mecánicos en Acción, fue tomando forma, incluso generaron un convenio con Easton Mall Temuco: “Es la actividad más potente de Mecánicos en Acción. Para la actividad se instaló una carpa de 108 m2, con cuatro puestos de trabajos en área técnico automotriz y un stand de atención de público, que se encarga de la recepción, distribución del trabajo a los mecánicos y emanar el informe con el diagnóstico realizado por ellos. Durante esta actividad, se atiende alrededor de 50 autos de usuarios del mall, específicamente vecinos del sector Pueblo Nuevo de la ciudad de Temuco”, cuenta Viviana.
Desde entonces, decidieron implementar de forma constante el proyecto Mecánicos en Acción, en la especialidad de Mecánica y Administración en los niveles de 3° y 4° medio. “Nuestro foco principal ha sido promover la innovación temprana de nuestros estudiantes, valorando la expertise y motivación que tenemos como docentes. Es así como ofrecemos talleres de emprendimiento abiertos a todos los niveles del establecimiento, de séptimo básico a cuarto medio, con grandes logros también, y que nos ha permitido postular y ganar concursos a nivel regional y nacional. También, como acciones que son propias del PME, realizamos ferias de emprendimiento, en las que los estudiantes tienen la posibilidad de crear, dando respuestas a las problemáticas del entorno social”, relata Marcelo.
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