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Regístrate y accede a la revistaEn abril de este año se incorporaron al borrador de la nueva Constitución chilena dos nuevas normas relativas al cuidado. Victoria Vázquez, profesora de Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia, se refiere a la Pedagogía y la Ética del Cuidado.
“Ser cuidadoso no es solo vital para la supervivencia en los bebés, en la primera infancia o en periodos de enfermedad o vulnerabilidad, sino a través de toda nuestra vida. Incluso cuando no estamos en situación de dependencia, necesitamos de otros porque somos seres relacionales y emocionales”, señala en una de sus tantas publicaciones la profesora de Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia, Victoria Vázquez, quien conversó con revista Educar sobre sus estudios dedicados a la Pedagogía y la Ética del Cuidado, propuestos en la década de los 80 por la filósofa y educadora americana Nel Noddings y que hoy cobran más sentido que nunca.
De acuerdo con la experta, la Pedagogía del Cuidado es una perspectiva filosófica y educativa que propone la creación de un currículum que afronte, entre otras cosas, la necesidad de incluir el reconocimiento de la interdependencia y los vínculos emocionales como parte de la vida humana y de la identidad moral. Plantea que el sistema educativo incluya contenidos curriculares que enseñen el valor y la práctica del cuidado como bien público, y contribuya a que estos se distribuyan de forma equitativa.
Pero ¿cómo se lleva a la práctica? Para ello se requiere usar los cuatro componentes que identificó Nel Noddings en su teoría: el modelado, la práctica, la conversación y la confirmación. A partir de estos se les muestra cómo relacionarse con las otras personas y el entorno que los rodea, y les ofrece oportunidades para que puedan practicar, repetir y afianzar el aprendizaje (y también equivocarse); participar de conversaciones donde cada quien puede expresarse, argumentar, interesarse por la otra persona, preguntarse; y devolverles a las personas imágenes positivas de ellas mismas, lo que aumenta el ideal ético y la confianza al sentirse capaz.
Según Vázquez, estas cuatro estrategias pueden parecer a primera vista simples o de poca importancia, pero son profundamente disruptivas porque son contrarias a las que hoy se suelen aplicar en educación. “En demasiadas ocasiones las pedagogías que utilizamos hoy están basadas en una cultura del miedo que, aunque pueden ser altamente eficaces, pueden provocar situaciones marcadas por rivalidades, molestias físicas o emocionales, rechazo a la autoridad, desinterés y apatía”, explica.
Ante la pregunta de por qué la Pedagogía del Cuidado es tan importante en la educación del siglo XXI, Victoria señala que siempre ha sido relevante, solo que ahora se necesita hacer un cambio de paradigma. “Cada vez más personas y más instituciones se están dando cuenta de la necesidad de cuidar del planeta y de las personas, y de que la situación en la que estamos es insostenible en términos medioambientales, pero también de la pérdida de bases emocionales. Cada vez somos más conscientes del falso mito de considerarnos seres autosuficientes. Somos eco e interdependientes y, por eso, es ahora el momento de transitar a otros futuros imaginables. Necesitamos utilizar otras metodologías, valores, conocimientos diferentes a los que nos han traído hasta la insostenibilidad que estamos experimentando hoy como sociedad”, advierte.
Sin embargo, aún cuando la lógica detrás de la Pedagogía del Cuidado parece racional y natural, todavía existen ciertas reticencias a enseñar en la escuela aquello relacionado con el cuidado, la dependencia, lo doméstico y lo femenino. “Por eso es un hito histórico que Chile apueste por el reconocimiento de las necesidades de cuidado de la ciudadanía”, agrega.
Y es que en abril y tras alcanzar el quórum de los dos tercios se incorporaron al borrador de la nueva Constitución dos nuevas normas relativas al cuidado. Por una parte, el Artículo 10 hace referencia a que todas las personas tienen derecho a cuidar, a ser cuidadas y a cuidarse desde el nacimiento hasta la muerte, y para ello, se obliga al Estado a proveer los medios para garantizar que este cuidado sea digno y realizado en condiciones de igualdad y corresponsabilidad. Por otra, en el Artículo 11, el Estado reconoce que los trabajos domésticos y de cuidados son socialmente necesarios e indispensables para la sostenibilidad de la vida y el desarrollo de la sociedad, que son una actividad económica que contribuye a las cuentas nacionales y que deben ser considerados en la formulación y ejecución de las políticas públicas.
Frente a este escenario, la experta propone y eleva la importancia de la institucionalización de la Pedagogía del Cuidado en las escuelas, ya que es ahí por donde pasa gran parte de la población. “El aprendizaje del cuidar y ser cuidado es un derecho de todas las personas; y el sistema educativo lo ha de garantizar. Si se institucionaliza, las personas de todas las edades y condiciones se verán beneficiadas, ya que a través de su aprendizaje se previene la violencia, la destrucción ambiental, la desigualdad, y se crean las condiciones para construir juntas y juntos realidades más habitables, inclusivas y amables”, concluye.
Victoria Vázquez Verdera es profesora y doctora en el departamento de Teoría de la Educación de la Universitat de València, secretaria del programa de Doctorado del Institut Universitari d´Estudis de les Dones y jefa de sección en el Vicerrectorado de Igualdad, Diversidad y Sostenibilidad. Su línea de investigación y docencia se articula en torno a la ética del cuidado.
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