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Regístrate y accede a la revistaAplicar metodologías modernas para la lectura de los clásicos puede ayudar a que los jóvenes conecten mejor con textos que a primera vista parecen lejanos y ajenos. Conversamos al respecto con la Fundación Kopernikus, que promueve la creatividad y la innovación pedagógica.
“Profesora, Calisto estaría funadísimo hoy día”, dice un alumno de segundo medio a Paloma Mas, profesora de Lengua y Literatura del Colegio Kopernikus, luego de leer y analizar La Celestina. El texto escrito hace más de 500 años aborda temáticas aún vigentes. “Es muy interesante cuando llegan a esas conexiones. Uno ve que, por un lado, esta obra literaria interpela con un romance adolescente, pero, por el otro, el cómo se acercaban los hombres a las mujeres en esa época era muy distinto”, explica Mas.
Durante la vida escolar, los jóvenes se enfrentarán sin duda a libros clásicos, pero ¿cómo lograr que los disfruten? Según Paloma, quien además es creadora de la iniciativa Cuatro Ojos (https://cuatrojos.cl/nosotras/), existen muchas maneras de hacerlo y se parte por abrir ojos y oídos. “Hay que escucharlos, ver las nuevas formas en las cuales ellos se acercan a la literatura. Porque ya no es solamente ir a la biblioteca y sacar una novela. Hoy hay un montón de otras formas de leer y es parte de nuestra responsabilidad como educadores conocerlas y hacerles un espacio dentro de la sala de clases”, asegura.
En el aula de Paloma se lee a veces en solitario, y otras en voz alta. Mezclando clásicos con libros actuales y orientando la conversación. “Hay que abrir espacios de diálogo entre los chicos y uno ser una mediadora que vaya guiando esas reflexiones. En el caso de los adolescentes, ellos están formando su camino de vida y necesitan referentes y que los ayuden a diferenciar, a tomar decisiones y a conocerse a sí mismos. Es una tarea desafiante y emocionante para todos los que estamos en el mundo de la educación”, explica Mas. Al final de la unidad del Siglo de Oro en España, los estudiantes de segundo medio son invitados a escribir un ensayo para responder ‘¿Por qué seguimos leyendo a Garcilaso de la Vega? ¿Qué tiene de importante o por qué nos sigue interpelando?’ ”.
A la luz de la Pedagogía de la Creatividad
El enfoque pedagógico impulsado por la Fundación Kopernikus busca reencantar a docentes y estudiantes a través de experiencias de aprendizaje memorables que ponen al centro la curiosidad, la colaboración y perseverancia en los desafíos.
Desde hace cinco años, mediante Kopernikus Lab, se ha trabajado en replicar este modelo en establecimientos educacionales de las regiones de Los Ríos y Los Lagos. Rolf Hitschfeld, director ejecutivo de la fundación, cuenta que han visto “cómo esto se puede implementar en todo tipo de establecimientos sin necesidad de recursos caros ni tecnología”. El rol de mediador del docente es clave, quien hace preguntas y presenta desafíos a los alumnos. “Se requiere liderazgo, harto esfuerzo y tiempo. Se pueden ver resultados a corto plazo, pero si uno quiere que esto quede instalado para que los docentes lo dominen bien, se necesitan años. Esos son los tiempos de la educación”, dice Hitschfeld.
La literatura y las humanidades en general no quedan fuera. “Hay cosas que con la tecnología se facilitan, y otras que con los años no van cambiando mucho. Es natural que nos preguntemos qué es obrar bien, qué es la verdad, lo bueno, la belleza. Esas preguntas siguen rondando la cabeza a pesar de que uno esté rodeado de pantallas. Verse reflejado en algo que se ha escrito hace 500 años puede ser interesante para los jóvenes. La Pedagogía de la Creatividad trata de dar ese espacio para hacerse preguntas y darles un rol protagónico”, explica Rolf.
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