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Regístrate y accede a la revistaLuego de casi ya dos años de pandemia, a juicio de los expertos se ha evidenciado la importancia de trabajar las habilidades socioemocionales en los alumnos porque permiten el logro de aprendizajes más significativos, y por parte de los docentes, el cuidado y trabajo de su propio bienestar.
Cuando le preguntamos a Libertad Manzo, de Formación Continua de Educar Chile y psicóloga educacional, acerca de la importancia de trabajar el bienestar docente, nos explicó que es clave “ya que se trata de un proceso vinculado a emociones positivas y satisfactorias producto del ejercicio laboral desarrollado en el ámbito educativo, en el que inciden no solo factores individuales (psicológicos, formativos, socioemocionales), sino también otros externos, propios de la institución o comunidad educativa en que se desempeñan los docentes”.
En palabras más sencillas, nos dijo que se relaciona más bien con “una alta autoeficacia; es decir, la sensación de que pueden lograr que efectivamente sus estudiantes aprendan lo esperado, así como también con una percepción de que disponen de competencias técnicas y personales para enfrentar los diversos desafíos que se les presentan en el ejercicio, entre otros aspectos”.
—Justamente por eso es que, luego de casi dos años de pandemia, ese bienestar docente ha sido más difícil y complejo de trabajar. De hecho, para muchos docentes es de gran ayuda conocer algunas recomendaciones para trabajar en esta etapa del año…
—En el transcurso de esta pandemia por COVID-19, los docentes han implementado todo tipo de estrategias pedagógicas para dar continuidad a los procesos de aprendizaje de la mejor manera posible en función del contexto de sus escuelas.
De hecho, explica Libertad, a partir de la pandemia las instituciones y comunidades educativas evidenciaron la importancia de las habilidades sociales y emocionales como un elemento central del desarrollo y del aprendizaje integral, constatando cómo factores motivacionales, de vinculación entre pares, autopercepción, organización del tiempo, fueron claves en los estudiantes para continuar aprendiendo en las diversas modalidades que se fueron propiciando.
Según los datos de la encuesta Vinculando Aprendizajes de educarchile (2021), muchos de los esfuerzos docentes también han estado orientados al apoyo socioemocional de sus estudiantes, lo que sin duda ha generado un desgaste mayor, sumado a la apropiación de modalidades diversas de enseñanza.
—Así, en función de esta experiencia crítica, se volvieron a poner en el centro las habilidades del siglo XXI para enfrentar el entorno en permanente cambio: el valor de la comunicación e interacción cobró aún más relevancia a partir de la nueva forma de relacionarse por medio de plataformas virtuales o incluso asincrónicas. La creatividad se destacó entre docentes y estudiantes para encontrar nuevas alternativas para implementar la enseñanza-aprendizaje, así como también la realización de tareas, desafíos escolares y formas de participación y retroalimentación. Por su parte, el pensamiento crítico y la resolución de problemas emergentes se advirtieron como herramientas poderosas para las nuevas formas de participación ciudadana y cambio climático que amenazan el medio ambiente. Todas estas valoraciones componen aprendizajes que debemos aquilatar y mantener en el presente y futuro educativo que soñamos.
—Pero, el fin de año también es un estrés para los docentes…
—En efecto, luego del cierre de año, que siempre resulta arduo en el mundo educativo, lo prioritario es poder generar espacios de descanso en función de realizar cosas que les generen satisfacción y hayan debido postergar por temas de tiempo u otros factores: desde leer, ver series, compartir con familiares y amigos, pintar, hacer deportes, etc. Pero también es importante comprender que no es indispensable disociar de nuestra labor profesional las actividades que nos apasionan, por lo que también es recomendable para los docentes profundizar en ciertos temas vinculados al currículum, metodologías o experiencias pedagógicas que sean de interés personal y que les permitan enriquecer su labor docente.
—¿Algunas recomendaciones?
—En relación con las recomendaciones que se pueden realizar, atendiendo al carácter tanto personal como externo del bienestar docente, estas se orientan tanto a conductas individuales que los profesores pueden desarrollar, pero fundamentalmente a fortalecer una cultura de autocuidado en las comunidades educativas que pasa por organizar las prioridades y desestimar esfuerzos adicionales innecesarios, optimizar los tiempos de trabajo en horarios fijos realistas y acordados, proteger los espacios de desconexión laboral manteniendo pasatiempos gratificantes.
Así como también es importante el desarrollo de hábitos y rutinas de ejercicio, meditación y alimentación saludable, en complemento con instancias sociales enriquecedoras para favorecer el clima en la comunidad educativa, potenciar el trabajo entre pares que permita disminuir la carga laboral en la planificación de clases o elaboración de material y apoyarse como equipo, entregar retroalimentación constante a los docentes desde un enfoque apreciativo que destaque sus fortalezas y recursos para subsanar aspectos a mejorar y fomentar un clima de confianza que favorezca la autonomía en el ejercicio del rol docente.
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