Orgulloso este profesor y director de la orquesta del colegio Bicentenario Nocedal, de la RED Irarrázaval, que por estos días está cumpliendo su 20° aniversario, se observa un claro ejemplo de cómo una actividad artística complementaria puede tener un impacto decisivo en la vida de un estudiante. “El proceso vivido como integrante de la orquesta de su colegio sin duda aportó en entrenar y agudizar la función auditiva”, señala muy contento Fernando.

—¿Cuánto ayuda la música a formar escuelas inclusivas?

—Desarrollar la actividad orquestal o coral a nivel escolar crea oportunidades para aquellos alumnos con NEE, ya que el aprendizaje musical resulta ser una terapia interactiva y complementaria al tratamiento de las NEE.

La música por naturaleza es inclusiva, por cuanto promueve en los alumnos valores trascendentales para la vida. El respeto por el otro, la mutua compasión, traducida en la capacidad de sentir empatía por mis semejantes; esto último nos mueve a poder expresar acciones solidarias. La música sitúa al alumno en una realidad colaborativa y de interdependencia, en donde todos se esfuerzan por lograr un resultado colectivo.

Sucede, asegura el director, que en la cotidianidad de esta orquesta se crea una dinámica muy especial, de compañerismo y de sentido de pertenencia. “Más importante que las dificultades personales o el talento individual, lo es el compromiso y la responsabilidad para con la actividad”.

—¿De qué manera la orquesta que está cumpliendo veinte años ayuda a formar escuelas inclusivas de alumnos con NEE?

—Lo principal es no discriminar. Se valoriza mucho el entusiasmo y el compromiso del niño y su familia con la actividad. Por supuesto, hay que anticipar ciertas problemáticas que pueden suceder, como, por ejemplo, para alguien con DV (discapacidad visual) procurar que el material (partituras) tenga el tamaño adecuado para que el niño puede leerlo correctamente. Cuando se da una indicación en el ensayo, estar atento al alumno con DA (discapacidad auditiva), para asegurarnos que haya escuchado correctamente, etc.

Fernando Saavedra,  director de orquesta del Colegio Nocedal, nos dice que “si nuestra alma fuera un violín, acaso ¿no nos esforzaríamos por extraer la más hermosa melodía?”. 

   “Quizás la lección más importante es inculcar en los niños el trabajo constante y paciente; el trabajo siempre le ganará al talento”, dice el profesor Saavedra.

En los ensayos de orquesta y clases de instrumento se les exige a todos por igual. El foco está en las capacidades actitudinales de los alumnos, es decir: responsabilidad con la asistencia y puntualidad y tener una actitud colaborativa para desarrollar las actividades. El resultado musical que tengas está muy relacionado con estos elementos de base.

—¿En la orquesta pueden participar alumnos con NEE?

—En nuestra orquesta han participado y participan actualmente alumnos con NEE. Quizás los casos más recurrentes en la orquesta han sido los de déficit atencional, pero también han pasado por la orquesta alumnos con MOT (discapacidad motora), y por cierto que la actividad ha terminado por ser un gran aporte a mejorar esa condición. El aprendizaje de un instrumento implica el desarrollo de la motricidad fina; ser capaz de tener conciencia y control sobre tu cuerpo; implica un esfuerzo por desarrollar la técnica necesaria para lograr hacerlo bien.

Hemos tenido alumnos aprendiendo a leer música, que tienen dificultades específicas de aprendizaje de lectura o dislexia. Aunque no es una NEE, sí está incluida en las DEA (Dificultades Específicas de Aprendizaje). Es un esfuerzo enorme, pero la experiencia nos dice que estos niños son capaces y pueden lograr los mismos resultados que alguien sin esa condición.