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Dic 2024 - Edición 289

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Los niños aislados necesitan apoyo, pero pasan desapercibidos

Acá les destacamos un artículo del Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey en el cual definen la importancia de prestar atención a los alumnos aislados por sus compañeros. Ellos necesitan ayuda; sin embargo, son confundidos con niños rechazados.

Por: Artículo de Paulette Delgado y editado por MM
Los niños aislados necesitan apoyo, pero pasan desapercibidos

Aunque parecen términos similares debido a que se consideran formas de marginación social, “los niños que son rechazados por sus compañeros y los que son aislados son dos términos distintos, esto según un estudio publicado en el Journal of Youth and Adolescence”. 

La investigación se basó en el seguimiento de 1.075 estudiantes de quinto, sexto y séptimo grado durante dos años, en el cual a los alumnos se les preguntaba cada semestre quién de sus compañeros de clase les simpatizaba menos para identificar a aquellos niños que eran más rechazados. 

Los autores descubrieron que existen muchas distinciones entre los niños rechazados y los niños aislados. Una de las autoras del estudio, Kate Norwalk, explica esto diciendo que “hubo muy poca superposición entre los dos grupos, la mayoría de los niños que eran menos queridos en una clase todavía pertenecían a algún tipo de grupo y los niños que no tenían un grupo de compañeros no eran especialmente desagradables”. De hecho, una de las pocas similitudes entre los dos grupos era que esos niños rechazados o aislados tienen mayor riesgo de victimización, es decir, sufrir algún tipo de intimidación o bullying. 

La publicación también describió que hay muy poca investigación sobre los niños aislados, pero mucha sobre niños que son rechazados por sus compañeros. Incluso, Norwalk señala que realmente no se les ha prestado atención a los niños aislados, especialmente porque muchos psicólogos consideran a los dos como sinónimos. Entre las más grandes diferencias entre ambos está que aquellos estudiantes que son rechazados tienen mayores probabilidades de tener comportamientos disruptivos como ser agresivos, interrumpir la clase o intimidar a otros. También eran menos propensos a ser amables o tener un buen desempeño escolar.

Los autores del estudio concluyen que hace falta más investigación sobre las diferencias entre ambos grupos para poder dar una mejor atención a los niños que son aislados y evitar problemas de salud mental en un futuro. Aunque ambos tipos se pueden ver como formas de marginación social, las trayectorias de ajuste social y comportamiento que presentan los alumnos que son rechazados por sus compañeros y los que están aislados son distintas, por lo cual necesitan ser apoyados de diferente manera.

En el caso de los alumnos aislados, señala el estudio, es común que se presenten comportamientos de internalización como inseguridad, timidez, tristeza, preocupación, inestabilidad del estado de ánimo, entre otros. “Este estudio muestra que los estudiantes que enfrentan el rechazo de sus compañeros y los estudiantes que enfrentan el aislamiento social tienen diferentes perfiles y enfrentan diferentes riesgos”, dice Norwalk. “Es más, es más probable que los niños aislados pasen desapercibidos precisamente porque no causan problemas en clase ni intimidan a otros niños”.

Aunque ambos necesitan apoyo, las particularidades de cada grupo hacen que se requieran estrategias específicas para intervenir en cada uno. Según el estudio, el comportamiento de aquellos niños más bien aislados a menudo presenta síntomas tempranos de problemas de salud mental como depresión o ansiedad. Y debido a que se apartan de otras personas, es menos probable que reciban ayuda de maestros o de sus padres ya que no causan problemas ni intimidan a otros compañeros.

Además, otra de las grandes diferencias entre niños rechazados y niños aislados es que se espera que el rechazo de los compañeros se mantenga a lo largo del tiempo, mientras que el aislamiento representa una dimensión distinta y depende del ajuste social y conductual de los jóvenes. Debido a que el estudio se realizó a niños de quinto a séptimo grado que es un periodo de transición de la niñez media a la adolescencia temprana, la posición de estatus social o popularidad puede cambiar a cada grado.

Aunque se cree que los estudiantes que fueron identificados como rechazados o aislados tienen características de victimización, solo los niños aislados reportaron que, en caso de sufrir algún tipo de acoso o victimización, sus compañeros no los iban a apoyar o ayudar.

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