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Regístrate y accede a la revistaLa necesidad de potenciar procesos sustentables, además de los constantes avances tecnológicos, están cambiando las exigencias de las industrias para la formación TP, que requiere de técnicos cada vez mejor preparados.
“El mercado laboral para estudiantes que provienen del mundo técnico profesional, se ve auspicioso en los próximos años”, asegura Jorge Arismendi, subdirector corporativo de WorldSkills Chile (WSCH), organización internacional que contribuye a elevar los estándares de la FTP a través de capacitaciones y competencias en distintas temáticas. La principal razón serían los avances tecnológicos en áreas como la logística, la robótica móvil, la mecatrónica o las energías renovables, que exigen hoy al mercado contar con técnicos cada vez mejor preparados, que manejen en detalle las nuevas herramientas y procesos.
Así define Arismendi la proliferación de habilidades y especialidades relacionadas con el ámbito TP. “En WSCH, hoy la electromovilidad está tomando una importante notoriedad, producto del manejo sustentable de las energías renovables. Por otra parte, el tema del mejor uso del suelo y sus habilidades asociadas está teniendo gran impacto en nuestras temáticas anuales, destacando el ámbito del microrriego tecnificado para enfrentar las crisis hídricas. Junto a ello, las tecnologías asociadas a la agricultura también han alcanzado notoriedad, y hoy hablar del uso de drones en los campos para monitorizar los tractores ya es prácticamente un hecho”, explica.
Entre los cambios que trajo la pandemia, Arismendi destaca la mayor autonomía del estudiante TP que surge debido a que el estar desde sus casas, hace que el alumno deba buscar él mismo la mejor forma de ejecutar lo que su profesor le enseña digitalmente. “Son habilidades blandas de este tipo las que el mundo laboral valora hoy, además de puntualidad, orden y seguridad, responsabilidad, y por ende contar con futuros técnicos más autónomos capaces de desarrollar sus labores sin la necesidad de una supervisión constante, eso será muy bien recibido”, cuenta.
Por otra parte, las especialidades que dependen mucho de la tecnología en el mediano plazo se verán cada vez más obsoletas, aun cuando existan establecimientos que las impartan, augura el representante de WorldSkills Chile y detalla que “es el caso, por ejemplo, de habilidades industriales relacionadas con el torno y fresado, donde producto de la impresión 3D es probable que se vaya quitando su potencial. Algo similar ocurre con la Desabolladura y Pintura Automotriz, que podría ser reemplazada por la automatización de procesos y colorimetría totalmente computacional”.
Potenciar la vinculación entre la industria y el sector formativo es clave, dice Jorge, para que el estudiante se familiarice a temprana edad con el mundo laboral al cual se verá enfrentado una vez que egrese de cuarto medio. “Es indispensable que exista una retroalimentación constante y efectiva entre el sector productivo y el formativo, para que este último conozca de las nuevas tendencias en tecnologías, equipamiento y procesos de vanguardia”, cuenta Arismendi y destaca la labor del Ministerio de Educación, socio estratégico de WSCH, al potenciar las redes regionales, impulsar la FTP en los últimos dos años y acercar la industria al liceo para mirar juntos el futuro de los estudiantes TP.
Esta competencia es para el estudiante TP, según Arismendi, toda una experiencia para prepararlo para el mundo laboral. “En lo técnico, las pruebas de las competencias son escenarios reales no simulados, por lo que el estudiante vive en tiempo real y con tecnología de vanguardia, los mismos desafíos y presiones a los cuales se verá enfrentado una vez que egrese de su carrera. Además, la prueba es la misma a la cual se están enfrentando competidores en 85 países alrededor del mundo, lo que permite comparar destrezas a nivel regional y mundial”. Por otra parte, dado que WSCH es miembro de una organización internacional, el competidor y su profesor pueden desarrollar una trayectoria competitiva, ya que quien gana el torneo nacional, puede participar en el torneo regional y más tarde en el mundial.
Tknika es una escuela impulsada por el Gobierno Vasco de España que ha revolucionado la forma de trabajar en los centros profesionales de ese país, al poner por delante el trabajo en red y la colaboración tanto dentro como fuera de la institución, y el esfuerzo por buscar soluciones innovadoras a los problemas de las diferentes industrias, desde los más pequeños a los más grandes.
Gracias a un proyecto impulsado por la Fundación Irarrázaval, tres de sus sostenedores –SNA Educa, Belén Educa y Magisterio de La Araucanía– han podido enviar docentes a conocer el modelo de aprendizaje colaborativo basado en retos para ponerlo en práctica en sus establecimientos.
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