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Dic 2024 - Edición 289

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El poder de terminar lo que se empieza

Terminar una tarea o lograr una meta nunca es fácil. Requiere disciplina, constancia, motivación y una adecuada gestión del tiempo. En tiempos de pandemia muchos están dejando para “después” proyectos o compromisos. De esto nos hablan las cifras y el autor del libro “Estado de hibernación”.

Por: Ximena Greene
El poder de terminar lo que se empieza

La procrastinación es la tendencia a gastar el tiempo, demorar y aplazar de forma intencional algo que debe ser hecho, aun siendo consciente de las consecuencias negativas que ello pueda traer.

De acuerdo al estudio «Gestión del tiempo y procrastinación en la educación superior», escrito por la psicóloga e investigadora Angélica Garzón de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz en Colombia, la procrastinación afecta de manera crónica a entre un 15 y 20 por ciento de la población adulta, es endémica en el ámbito académico y juega un papel importante en la deserción universitaria.

Y más cifras refuerzan esa percepción. Una encuesta realizada en la Universidad de Calgary en Canadá y publicada en la revista de la Asociación Americana de Psicología, entre el 80 y el 95 por ciento de los estudiantes universitarios procrastinan, y más de la mitad de ellos lo hace de manera constante y problemática. Peor aún, un estudio médico llevado a cabo en personas de entre 14 y 95 años en Alemania durante 2016 relacionó la procrastinación con altos niveles de estrés, depresión, ansiedad y fatiga.

Desde falta de compromiso hasta miedo a fracasar

Existen múltiples razones por las que los jóvenes posponen sus compromisos. La falta de una planificación adecuada o rutinas de estudio poco eficientes son algunas de las más comunes, pero también están las redes sociales y los videojuegos, fuentes de adicción y procrastinación. Y en otros casos, detrás del no asumir las tareas puede haber un afán de perfeccionismo y miedo a no estar a la altura.

Según un artículo publicado en el New York Times titulado Por qué cada vez más los adolescentes americanos sufren de ansiedad extrema, equivocarse, no ser exitosos o no poder triunfar en la vida, son algunas de las razones por las que los jóvenes estadounidenses caen en un círculo vicioso de miedos y angustias que no los deja salir y en el que terminan abandonando o desertando del mundo académico.

Para Luis Vela, músico mexicano radicado en Barcelona y autor del libro «El estado de hibernación» (2020), que surgió como respuesta al intenso trabajo mental que requirió para no abandonar su sueño de dedicarse a la música, el perfeccionismo y el miedo son algunos de los “muros” más difíciles de sobrepasar cuando nos enfrentamos a una tarea.

“El miedo al fracaso, a no tener ‘talento’ o a decepcionar a otros por no cumplir con sus expectativas, así como el querer hacer todo perfecto con una rigurosidad extrema, nos controla y paraliza de tal manera que terminamos no haciendo nada de lo que nos habíamos propuesto”, señala.

De acuerdo a Luis, quien hoy se dedica a hacer clases de música a niños y jóvenes catalanes, una de las cosas que siempre le funcionan cuando ve que sus alumnos están flaqueando o a punto de abandonar, es decirles que nadie logra las cosas por sí solo. “Por muy lindo que suene decir ‘lo hice por mí mismo’, todos necesitamos la ayuda o la compañía de otros”, cuenta.

Para ello, Vela recomienda crear un “equipo de motivación” y rodearse de familiares, amigos o mensajes que nos recuerden el porqué de lo que nos hemos propuesto y para quién lo estamos haciendo. “Los invito a leer libros que los inspiren, a escuchar música que los motive y a encontrar autores que les hagan sentir que lo que están intentando hacer vale la pena”, señala.

Una vez que se han establecido las metas, que se encontró la motivación y se tomó la decisión de empezar, Vela señala que existen otros pequeños trucos para enfrentar los trabajos o labores pendientes. “Lo ideal es dividir las tareas grandes y complicadas en pequeños pasos, que las hagan parecer algo más posible y que nos den la satisfacción de ‘completar cosas’”, explica. El truco está en no intentar ver el final del largo camino, ya que eso causa mucha desesperación y frustración. “Mejor intenta ir disfrutando del trayecto y completar paso a paso esa gran meta”, concluye.

¿Quién es?

Luis Fernando Vela es músico profesional con más de 20 años de experiencia. Comenzó sus estudios en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (México), para luego completar cuatro años en el conservatorio del Liceu en Barcelona. Es autor del libro «El estado de hibernación» y creador de contenido en el blog www.luisvela.org.

 lecciones deja la enseñanza de “terminar lo que empezaron”

  1. Aprenden a planificar y gestionar mejor su tiempo, así también como a establecer prioridades.

  2. Se vuelven más selectivos; es decir, empiezan a elegir las cosas que les interesan o les llaman la atención.

  3. Aprenden a aceptar que existen días fáciles y otros difíciles como parte integral del trabajo, los estudios y la vida.

  4. Fortalecen el concepto de responsabilidad y compromiso, y aprenden a reconocer que sus actos tienen consecuencias en los demás.

  5. Adquieren más confianza y seguridad al saber que son capaces de terminar lo que se proponen.

Consejos para padres de hijos procrastinadores:

  1. Resiste la tentación de etiquetar a tus hijos como flojos o decirles: “Te dije que empezaras a trabajar antes, ahora no te pienso ayudar”.

  2. Cuando veas que tus hijos están posponiendo sus tareas, ayúdalos a empezar. Dales un empujón, especialmente si es un tema o ramo que no les gusta o que les cuesta.

  3. Reconoce el esfuerzo de tus hijos cada vez que puedas. Las palabras de aliento los ayudarán a sentir que todo su esfuerzo vale la pena.

  4. No los sobreprotejas. Enfrentar las consecuencias de la procrastinación ayudará a tus hijos a aprender de sus errores.

  5. Establece un límite en el uso de los celulares, computadores o videojuegos. Esos aparatos son una fuente importante de las distracciones y la evasión de responsabilidades entre los adolescentes.

  6. Muestra interés en sus proyectos y ayúdalos a planificar los pasos que vienen a futuro.

  7. Empatiza con tus hijos cuando se sientan frustrados. Ese no es momento para retos o castigos. Cuéntales de tu experiencia y ayúdalos a salir adelante.

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