¿Es posible plasmar el concepto del vacío en el arte? Y, aún más allá de eso, ¿qué importancia tiene el vacío, lo que no se ve en las obras de arte? Aunque podamos considerar que lo que está pintado, es decir, las formas, figuras, colores, personajes u objetos de una obra, son aquello que nos transmite una idea; muchas veces los artistas, mediante diferentes recursos (que dependen de la época en la cual se encuentren o de su estilo artístico) utilizan el vacío como un modo de generar en los espectadores diferentes sensaciones... entonces, si lo que existe y vemos puede expresar, lo que no existe también puede hacerlo.  

La melancolía de las ruinas es una de las bases de la inspiración de las obras del artista alemán Anselm Kiefer, quien las utiliza tanto en los espacios arquitectónicos abandonados y derruidos que pinta, como en los materiales poco comunes que incorpora en su pintura, tales como flores secas, plomo, fragmentos de vidrio o ceniza, y que hacen referencia a diversos aspectos sociales y políticos de la historia de su país natal. Su propuesta se sustenta en una idea que puede parecer contradictoria y es que “en el presente habita el pasado”. Aquellos lugares abandonados y semidestruidos que no logran definirse entre lo abstracto y lo figurativo, nos hacen pensar en los hechos que allí ocurrieron, el vacío se impregna de la historia pasada dejando una huella fantasmal de terribles hechos vividos, como por ejemplo el Holocausto.

Su obra “Espacio interior” (1981), es una escena enmarcada en las ruinas del edificio de la Cancillería del Tercer Reich, lugar que había servido como residencia oficial de Adolf Hitler. En su momento, el espacio tenía una grandeza clásica y gran pomposidad como todos los edificios diseñados con ese fin; sin embargo, la pintura lo muestra como un lugar desolado y en descomposición, luego de que fuese gravemente dañado durante la Batalla de Berlín en 1945. Existe entonces una cierta relación entre la forma en que Kiefer se relaciona con el pasado traumático de su tierra natal y el vacío que dejó el nacionalsocialismo en las tradiciones culturales alemanas. Este duelo constante en la sociedad es una ruina con fantasmas atrapados en él, un vacío cargado de significado. En este caso, lo que no existe se expresa al mismo nivel de lo existente, pues es una muestra del paso del tiempo, espacios vacíos que reflejan un tiempo que no es estático, sino que modela tanto esos mismos espacios como a las personas que los habitan. La obra de Kiefer es inquietante, profunda y cargada de simbolismo, propia de un artista que considera que la labor principal del arte es ser subversivo y destruirlo todo para luego construir algo nuevo con los pedazos.

Actividad plástica para educación media

Se invita a los estudiantes a observar algunas imágenes de la obra del artista. Para propiciar la observación y diálogo se sugiere comenzar con algunas preguntas con respecto a su apreciación de las obras y del contexto en que fueron realizadas. 

Luego se entregará a cada estudiante un concepto abstracto, tales como el amor, la paz, la libertad, entre otros. Con ello realizarán obras abstractas dibujando con lápiz de cera o pastel de color blanco sobre papel. Luego, aplicarán una capa aguada de acuarela sobre lo anteriormente dibujado, utilizando uno o más colores si lo desean. Mediante la reserva que produce el material graso del lápiz, el dibujo emergerá entre el color de la acuarela. 

Para terminar, los estudiantes expondrán sus obras dando importancia al relato de sus apreciaciones del traspaso de contexto a obra plástica y los sentimientos que hayan surgido en ellos al realizar la actividad.