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Dic 2024 - Edición 289

Familia y colegio unidos en el aprendizaje

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Un antes y un después de la música y la literatura

Juntas, la música y la literatura, han transformado la vida de los alumnos, ahora y siempre. Testimonios de cómo algunos alumnos lograron torcerle la mano al destino, junto a la lucha incansable de sus profesores, quienes pudieron crecer y formarse como personas íntegras.

Por: Marcela Paz Muñoz I.
Un antes y un después de la música y la literatura

 

 Patricio Toro (18) forma parte de la Orquesta Sinfónica Estudiantil Metropolitana y también de la Orquesta Sinfónica de San Miguel, y no solo eso: es un destacado estudiante de interpretación musical en viola en la Universidad de Chile. Fue parte de la primera orquesta de su colegio, el Jorge Alessandri, ubicado en un sector vulnerable de nuestro país.

Para Pato, como le llaman cariñosamente sus amigos, existe un antes y un después de insertarse en el mundo de la música.
“Yo era muy tímido, pero me cambió mi vida. La música me ayudó a desenvolverme más, a navegar por el buen camino, alejado del mundo de las drogas, por ejemplo. Mi colegio está en un barrio vulnerable y el entorno te hacía caer en eso. Pero la música te ayuda a salir y crecer como persona. Te cambia la vida y el enfoque que tienes de ella”.

Recuerda los primeros años, cuando se inició en el taller de música de su colegio, en cuarto básico, dice. “Era algo nuevo y desconocido, pero muy atractivo. Me hizo clases la profesora Margarita y así empecé a tocar el violín”.

“Mi vida se transformó por completo. Se abrió en mí la posibilidad de una vía de conocimiento personal muy grande. Ahora puedo decir con más claridad quién soy”.
Patricio cuenta que al principio su familia se asustó, “cuando les dije que quería estudiar eso. Era algo normal que tuviesen miedo, porque muchas veces es la misma sociedad la que nos señala que no podemos vivir una vida digna de la música. La sociedad no valora todavía lo que es estudiar una carrera artística”.

Patricio Toro hace un homenaje a los profesores de Chile: “Mi profesora jefe, Paula Barza, de cuarto medio A, me apoyó durante toda la enseñanza media. Quisiera, a través de ella, hacerles un homenaje a los profesores de Chile que luchan por sus alumnos y nos ayudan a salir adelante a pesar de todas las dificultades. En mi caso así ocurrió”.

Ahora que Pato,cursa primer año de universidad, las cosas y la percepción de su familia han cambiado. “Yo luché por lo que quería, mi pasión no me ha abandonado nunca”. Nos cuenta que su familia es muy vulnerable, pero gracias a la música ha podido recorrer lugares de Chile. “Conocí Panguipulli y otras ciudades del sur de Chile. Sin la música no hubiese podido hacer eso. Además, se me han abierto puertas nuevas y he tenido la posibilidad de conocer personas nuevas. El lazo que se forma es muy fuerte. Todavía hablo con las personas que conocí allá”.

Y en pandemia, ¿cómo has practicado? le preguntamos: “Por Zoom lo hacemos, nada ha dejado de hacerse. No se ha paralizado y seguimos practicando por Zoom. Pero, desgraciadamente, sí se han cancelado algunos conciertos, como el hecho de que iba a tocar en Lollapalooza con Los Pulentos en Kidzapalooza, y estamos esperando a ver si lo reagendan”.

La formación de la música es clave

La experiencia de Patricio, la conoció de cerca Francisca Illanes. Ella fue quien creó la Orquesta del colegio Jorge Alessandri. Francisca es profesora de música. Fue la creadora de la orquesta del colegio de Patricio, Jorge Alessandri, y reconoce en cada uno de sus alumnos, su pasión y vocación.

Sobre el rol de la música y las artes en la formación de las personas nos dijo: “Las considero fundamentales. Por un lado, cooperan de manera significativa en el desarrollo y la personalidad del niño y joven, mostrándoles la belleza y generando en ellos el poder de la admiración; al mismo tiempo, acrecientan la autoestima al ver resultados en el aprendizaje en un instrumento o un coro”.

Pero existen más beneficios. Explica que en el trabajo musical y de las artes se valora el trabajo en equipo, “se enseña a ‘abrazar el error’ –cuando no se consiguen resultados– y a seguir adelante hasta conseguir logros; aumenta la concentración, la vincula con las matemáticas y genera una mejora en la comprensión lectora al verse el alumno enfrentado a comprender el lenguaje musical, entre otros”.

El doctor Daniel Levitin, explica la profesora, neurocientífico especializado en la música, plantea en su libro “Este es tu cerebro en la música” que esta disciplina actúa sobre muchas partes del órgano vital, de manera muy profunda, y logra cambios positivos en las personas.

Justamente, parte de estos beneficios hemos podido observar en tiempos como los que estamos atravesando. “Absolutamente, en un país como el nuestro, donde existe un alto porcentaje de niños que no comprenden lo que leen y muestran un precario dominio de las matemáticas, se entiende que las autoridades del Mineduc –a las cuales admiro mucho– prioricen el lenguaje y las matemáticas por sobre las artes en la malla curricular. Sin embargo, en los países desarrollados como Finlandia, Alemania y Estados Unidos, los niños reciben una educación musical de excelencia, todos tocan instrumentos y cantan en un coro, porque está como asignatura obligatoria dentro del currículo y no es una coincidencia que esta asignatura forme y complemente las demás”.

Francisca Illanes

Francisca Illanes, profesora de música, creadora y directora de orquestas: “Un buen proyecto educativo no es más que el desarrollo de las virtudes humanas, y ya lo decía Platón: La música es el arte educativo por excelencia que por medio del sonido se inserta en el alma y la forma en virtud”.

Advierte Francisca Illanes que la clave sería que, por ejemplo, existieran en nuestro país “más y mejores escuelas de música en Chile (las dos universidades más importantes del país no imparten la carrera de Pedagogía en Educación Musical), que eduquen buenos maestros que “enseñen” música. Se agradece a la Fundación Ibáñez Atkinson que, con un esfuerzo enorme, tiene un programa de capacitación para profesores de música en todo el país, porque ellos sí creen en esta disciplina como fundamental”.

La literatura contribuye al desarrollo interior de las personas

En la misma línea que la música, para el destacado poeta, narrador, antologador y traductor Armando Roa, también reconocido con el premio Pablo Neruda y el Premio de la Crítica, “el mundo de las humanidades y la cultura es esencial no solo por el aporte que significa a la capacidad analítica, el pensamiento crítico y la sensibilidad estética y creativa de los alumnos, sino además porque les estimula el desarrollo de la vida interior, abriéndolos a las dimensiones donde se juegan los sentidos más trascendentes y enriquecedores de la vida”.


Es clave incentivar y trabajar este aspecto con alumnos y docentes; particularmente, indica Armando, porque, “como explicaba George Steiner, un libro es ‘una patria’. Cuando se logra abrir en el alumno esa dimensión afectiva de la lectura, ya el libro no resuena como una imposición, sino, por el contrario, como una posibilidad hospitalaria, como un amigo”.

Precisamente, el aporte de la lectura y de la literatura es ahora aún más necesario. Dice Armando: “En estos tiempos tan complejos es más necesario que nunca contribuir a la formación de una ciudadanía reflexiva, sensible, atenta a los demás, con visión de mundo y riqueza espiritual. Ahí la presencia del libro y, en general, de las artes y la cultura es indispensable”.

Armando Roa

Armando Roa también realiza cursos de rock con sus alumnos. “Hago cursos de rock y poesía en los cuales analizamos el diálogo que hay entre las letras de las grandes bandas y solistas –The Beatles o Bob Dylan, por ejemplo– con la gran poesía y la literatura universal. Es interesante porque la música es una herramienta percibida por muchos estudiantes como más familiar, cercana y estimulante en su acercamiento a la lectura”.

Por ello es que, desde el 6 de mayo pasado, Armando dirige el programa “Formación de Mentores de Academias Literarias”, un proyecto por medio del cual la Fundación Irarrázaval busca familiarizar a los profesores con la literatura, entregándoles además a los docentes las herramientas necesarias para implementarlas de manera exitosa.
Esta capacitación se suma a otras iniciativas de formación que la Fundación Irarrázaval pone a disposición de su Red Educativa para incentivar el gusto por la lectura entre los estudiantes. Armando se reúne, semanalmente, de manera online con los 40 participantes. Cada uno representa a un colegio de la red y están divididos en dos grupos de trabajo.

Pensamiento con el cual coincide el profesor de Lenguaje del Liceo Técnico Profesional Ernesto Pinto Lagarrigue de Rancagua Nelson Figueroa, para quien la literatura y la lectura son “vitales, necesarias, al ser el espacio que permite abrir la mente y el espíritu. Posibilita los sueños y la libre expresión”.

Explica el docente que la lectura y el arte en la formación de los alumnos son claves ya que “nos conducen por caminos no establecidos y porque nos hacen mirar y mirarnos, replantear cómo vemos el mundo o la realidad. Diría que aquello de ‘más libros, más libres’ puede tener su correspondencia para el arte y la creatividad como un elemento fundamental en una formación integral.
La condición de alumno (que en su origen significa ‘sin luz’) debe ser eterna y una señal de humildad. El arte es reflejo hondo de una época; no transita atado necesariamente, sino libre; completa el sentido del mundo y de nosotros; va más allá y también más acá, hacia lo cotidiano, el aquí y el ahora”.

Nelson Figueroa

Nelson Figueroa: “El leer no deja incólume a un alumno que entra de lleno a un texto (o a ninguno de nosotros). Siempre se puede notar que su pensamiento, expresión y sensibilidad se tornan más ricos y flexibles. Además, fomenta su afán por conocer y encontrar, también, su propia expresión. Todo gran escritor ha empezado y continúa siendo un tremendo lector”.

Para el docente, la literatura y el arte debiesen ser, “según lo siento y creo, un hecho que se completa gracias al lector, cada uno de nosotros que se reconoce, se ve reflejado o se replantea, crece en ámbitos diversos. Somos, seremos más después de leer. Hemos sido tocados, por ejemplo, por aquellos versos del poeta chileno Manuel Silva Acevedo: ‘La poesía (un texto, una obra de arte, etc.) es una bomba de racimo’ ”.

Para el profesor de Lenguaje, en las circunstancias por las cuales atravesamos, “la lectura pasa a ser parte de una forma de remanso, un espacio semejante al oasis para el sediento extraviado en el desierto y una posible lucidez y sintonía que lo lleve más allá del enclaustramiento. Aclaro que sería ideal el texto físico porque se activa cada vez que se desea y no si existe conexión o señal en un teléfono o pantalla. Esta lectura, al modo clásico, en el bien entendido de aproximarse al objeto libro o página, genera una experiencia sensible, sensual, a la cual se le puede agregar la confirmación reciente de las neurociencias, que nos dicen lo benéfico de esta ‘agitación-revolución’ de los procesos del pensamiento. Ya de antiguo se habla de lo sanador del lenguaje, las palabras, y, por extensión, de la literatura toda, incluidas las canciones y la música de todas las épocas y culturas”.

Sebastián Vásquez
“La música me inspira y me ayuda a no darme por vencido”

Sebastián Vásquez es actualmente estudiante de quinto año de la carrera de Ingeniería civil en Electricidad en la Usach. Su amor y pasión por la música siguen vivas, tanto que continúa participando como exalumno en la Orquesta de la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP). Aquí, un poco de su historia.

—¿Qué ha significado para ti la música?
—La música para mi vida ha representado gran parte de mi formación como persona, esto es debido a que, aparte de poder tocar algún instrumento, la manera en que uno aprende es importante, dado que debe ser perseverante, responsable para lograr los objetivos. Es así como la música me inspira y me ayuda a no darme por vencido en la mayoría de los aspectos hasta el día de hoy, tanto académico como social.

—¿Cómo y por qué te dedicaste a la música?
—Un día mi madre estaba haciendo “zapping” en la televisión y se quedó en un canal con un concierto, y yo dije: Qué lindo suena ese violín. En ese momento mi mamá y mi papá decidieron comprarme un violín para mi cumpleaños. Eso fue a los 10 años. Luego, estuve con varios profesores, buscando que me enseñaran hasta que llegó la oportunidad a mi excolegio de una beca de la FOJI. Ahí llegaron profesores e instrumentos, y se podría decir que todo lo que aprendí se lo debo a ellos y a los que hicieron posible que se formara la orquesta en mi excolegio.

—¿Cómo la música transformó tu vida y lo sigue haciendo hasta el día de hoy?
—Cada vez que uno siente una emoción puede transmitirla a través de la música; entonces, es una vía de escape por si estás triste o estresado, o si quieres festejar alguna buena noticia, también lo puedes hacer. Hasta el día de hoy continúo aprendiendo música, no como antes dado que estoy en la universidad y esta consume bastante tiempo, pero trato de darle su espacio en mi día a día. Pretendo retomar mis estudios de música una vez que termine la universidad y ser de algún programa u orquesta de algún nivel medio.

—¿Cuánto influyeron en tus decisiones tus profesores?
—Mis profesores de instrumentos como Mario Castillo Rosende y Margarita Valderas Erber formaron muchos aspectos en mi persona, como el compromiso, la responsabilidad.

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