Pese a las dificultades que hemos enfrentado en el último tiempo, al cierre de los colegios y al esfuerzo de docentes y alumnos por seguir aprendiendo, hay elementos que han seguido presentes. La música, el arte y la literatura han sido testigos del enorme potencial en niños y adultos y del impresionante efecto que tienen sobre el aprendizaje.
Hemos visto cómo las bandas y orquestas juveniles e infantiles siguen sonando. Hemos sido partícipes de alumnos desarrollando preciosas obras de arte y de expresiones artísticas que revelan cómo, pese a las dificultades, se sigue trabajando.

Ya lo han dicho investigadores y expertos en el mundo. El poder del arte, la música y la literatura es impresionante. Cuando en una oportunidad le preguntaron al genio de Bonn, Ludwig van Beethoven, qué era la música, él respondió: “La música es una revelación más alta que la ciencia o la filosofía”. Siglos antes, Platón, el gran filósofo griego, había señalado algo similar: “La música es un arte educativo por excelencia, se inserta en el alma y la forma en la virtud”. Y, en otras palabras, Elton John explicaba: “La música tiene poder sanador. Tiene la habilidad de sacar a las personas fuera de sí mismas durante unas horas”.

En esta edición mostramos que, en nuestro país, también existen historias de alumnos y docentes que se han transformado gracias a las artes. Resulta muy conmovedor conocer el caso de alumnos y jóvenes que han visto en carne propia el desarrollo y su formación integral gracias a la música. Patricio Toro, Paolo Latorre y Sebastián Vásquez son solo algunos de esos ejemplos. Pero hay muchos más…

Los invitamos a conocer esos testimonios y a revisar cómo la música, el arte y la literatura siguen transformando la vida de alumnos y docentes.

Marcela Paz Muñoz Illanes
Directora Revista Educar