“Tanto la literatura como el arte son manifestaciones culturales que nos permiten enriquecer nuestra vida a través del eco que provocan en nuestros sueños, pasiones, intereses, interrogantes… Permitir su desarrollo en la enseñanza conlleva buscar sentidos más allá de lo utilitario. Tiene que ver con hallar respuestas para la vida”, cuenta la profesora Daniela Muñoz, del Colegio Don Orione, establecimiento que pertenece a la Red Educativa de la Fundación Irarrázaval.

Cuando le preguntamos cómo trabaja junto a sus alumnos el tema de la literatura, nos contó que junto a su compañero de trabajo y también encargado del CRA (Centro de Recursos del Aprendizaje), Jaime Cárdenas, “hemos querido fomentar la lectura teniendo como foco principal su goce estético y, por ello, todas nuestras actividades giran en torno a esa premisa. Apelamos a que los estudiantes se encanten con ella y la disfruten, y les pedimos a los demás profesores que recomienden libros a los alumnos, colocando la portada y una breve reseña en el muro principal del patio”.

Además, explica Daniela Muñoz, “participamos en los concursos de Santiago en 100 palabras, promoviendo la lectura y la escritura de los microcuentos. Celebramos la semana del libro en el mes de abril. Recomendamos libros todos los lunes en nuestra cuenta de Instagram (Bibliotecra.Orione). Incluso hoy, ante el confinamiento, realizamos Café Literario semanal con los docentes vía Zoom”.

Explica la profesora Daniela Muñoz que el libro no es un objeto muerto y que “cada lectura resulta ser un proceso personal, una obra que se completa con cada lector. Por lo tanto, no dudo de que transforma la vida de los estudiantes”.

–¿Cómo trabajas la lectura en estos tiempos junto a tus estudiantes?
–De manera individual, realizo Tertulias Literarias, Pijamada Lectora, Café Literario, Lectura Libre y Lecturas Dramatizadas con mis alumnos en la hora de Lengua y Literatura. ¡Es fundamental exponer a los estudiantes a diversas y placenteras experiencias en cuanto a la literatura y el arte!

–¿Qué avances has podido observar en los alumnos que trabajan con la lectura y literatura?
–Privilegiar el goce estético me ha permitido desmitificar varias ideas; por ejemplo, que los alumnos no leen, que no están dispuestos a leer textos extensos o que no disfrutan los clásicos. Incluso, ellos se han sorprendido a sí mismos. Creo que la clave está en la mediación. Es menester abrir espacios a la lectura libre. Permitir que el alumno descubra aquellos libros que removerán su ser, como también aquellos que no impactarán lo suficiente.

–¿De qué manera la lectura y la literatura pueden transformar la vida de los alumnos?
–La literatura nos permite dialogar con nosotros mismos. Y, a pesar de la comunicación a distancia que nos posibilita internet, muchos alumnos se sienten solos, incomprendidos, angustiados y confundidos ante lo que estamos viviendo a nivel país (desde la crisis sanitaria hasta la crisis social que se generó en octubre del año pasado). Y en este sentido, no hay ninguna realidad que esté fuera de la literatura.