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Regístrate y accede a la revistaElizabeth Osorio, profesora de Artes.
“Mi experiencia ha sido muy grata y reconfortante, nosotros utilizamos una plataforma donde se realizan las clases online y el arte no ha estado ausente de esta modalidad. Yo realizo mis clases de forma sincrónica y asincrónica, lo que me ha dado la posibilidad de trabajar los contenidos y la experiencia previa a la clase en vivo utilizando para ello distintos medios para contextualizar el contenido, videos, recorridos virtuales a museos, reportajes, tutoriales, etc. Recursos que están al alcance de mis estudiantes y que utilizamos a favor de nuestro aprendizaje.
En la clase online aprovechamos de interactuar, lo cual es clave en el proceso, narrar nuestras experiencias, dudas, proyectando los trabajos que se transformarán en el registro de este caótico período, lo vivimos juntos.
Creo que hemos avanzado de forma más rápida que en un período normal y esto lo atribuyo a que el arte se ha transformado en un catalizador de emociones y nos ayuda a lidiar con la ansiedad y el paso del tiempo que se transforma en una experiencia surrealista”.
Samanta González,
profesora de Artes Plásticas y
Tecnología.
“En mi trabajo la virtualidad siempre fue un componente, hace más de diez años comencé a apoyar las clases presenciales con blogs, en donde se tenía acceso a material complementario, pautas de evaluación y galería de trabajos destacados. Posteriormente, desarrollé páginas web, y hasta el día de hoy esos sitios web son referentes para otros docentes y estudiantes. Me considero visionaria, ya que en su momento era extraño que trabajara extra haciendo páginas. Pero fue una gran ayuda, ya que el arte también implica trabajo autogestionado, y si no está el docente, estaba la compañía virtual. En consecuencia, la virtualidad fue un poco menos abrupta. El énfasis mayor está en el proceso (algo que siempre ha sido nuestro foco en las artes); sin embargo, la retroalimentación era acompañada de vínculo afectivo y eso cuesta desde una cámara”.
La Corporación de Empresarios del Maipo (CEM) junto con el Liceo Poetisa Gabriela Mistral lanzaron la iniciativa de cuentacuentos a distancia, donde cada semana, un voluntario lee un cuento a niños de básica. Aquí, su profesora ROSARIO VERA, profesora general básica, cuenta cómo ha sido la experiencia:
“Los videos de los cuentacuentos han sido un gran aporte, tanto para los estudiantes como para sus familias, y para el profesorado ya que se pone la parte lúdica en el aprendizaje. Los estudiantes y sus familias los han recibido muy bien, con mucha alegría. Ha sido positivo para los niños que los reciben muy contentos, con muchas ganas de participar en la actividad”.
Una muestra de esta experiencia son estos dibujos del libro “Travesuras del amarillo”. Una mezcla de literatura y arte, a través de una pantalla.
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