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Regístrate y accede a la revistaRevisa quiénes han desarrollado buenas iniciativas en colegios técnico - profesionales en nuestro país y entérate cómo replicarlas en tu establecimiento. Aquí, sus historias y anécdotas de profesores y alumnos.
En el Liceo Técnico Profesional Santa Rosa que pertenece a la Red Educativa de la Fundación Irarrázaval, existen muy bajos niveles de repitencia. Este colegio Técnico-Profesional (TP) se ha destacado en la mejora de los talleres de administración y enfermería. Sor Claudia Muñoz, su directora, nos cuenta: “Somos un colegio de alta vulnerabilidad, y gracias a los aportes de la ley SEP y de la comunidad, logramos entregar equipos e internet a estudiantes que no tienen, con un plan de educación remota al inicio de la pandemia”.
Especialidades:
• Técnico en Enfermería con mención en adulto mayor.
• Técnico en Administración con mención en recursos humanos.
Sostenedor: Fundación Educacional Laura Leroux
Dato: El liceo presenta muy bajo índice de repitencia y desde el año 2016 que es un liceo gratuito. Tiene una matrícula de 184 alumnas.
–¿En qué consiste el proyecto educativo de su colegio?
–El Liceo Técnico Profesional “Santa Rosa” pertenece a la Fundación Educacional Laura Leroux, y nuestra misión es educar jóvenes integrales y competentes con valores, habilidades y destrezas técnicas, que puedan insertarse con éxito en el mundo laboral, con capacidad de ver, interpretar y valorar la vida; con un fuerte compromiso por la formación cristiana, franciscana y profesional.
Entre los años 2004 y 2005 debieron reiventarse y abrir un liceo técnico profesional para niñas vulnerables, provenientes de las zonas rurales, cuyas familias se dedican generalmente a la cosecha y recolección de frutas por temporadas. Actualmente cuenta con dos especialidades: Técnico en Enfermería con mención en adulto mayor y Técnico en Administración con mención en recursos humanos.
–¿Qué avances se destacan?
–Al ser un liceo que entrega solamente enseñanza media a estudiantes con alto índice de vulnerabilidad y desigualdad social y económica, quienes también viven violencia intrafamiliar y presentan consumo de alcohol y drogas, el establecimiento se destaca por mantener un clima de acogida y contención para ellas, proporcionando herramientas técnicas que las ayuden a insertarse en el mundo laboral o de educación superior, según sus aspiraciones.
El Liceo presenta bajo índice de repitencia, siendo ese uno de sus mayores avances, a pesar de las múltiples dificultades que deben sortear las alumnas, en cuanto a negligencia en habilidades parentales y la desventaja por su condición de vulnerabilidad socioeconómica. El Liceo recibe escasa subvención del Estado por su dependencia gratuita; los avances en infraestructura se deben a la importante y significativa ayuda entregada por Fundación Irarrázaval, que proporcionó los recursos económicos para modernizar los laboratorios de especialidad de Enfermería y Administración.
–¿Cómo trabajan con sus alumnas?
–Desarrollamos la contención emocional, propiciando un clima de acogida para que se sientan escuchadas y acompañadas para superar las complejas situaciones que viven a diario en sus núcleos familiares. Se enseña la autodisciplina, la autosuperación y la autonomía, invitándolas a finalizar el estudio de sus especialidades técnicas, para que puedan insertarse en el mundo laboral, como personas formadas en los valores de sencillez y respeto por la diversidad, siendo promotoras de la paz y el bien.
–¿Qué rol les asignan a los docentes?
–Los profesores son esenciales en el proyecto educativo, porque se requieren profesores comprometidos con las estudiantes, empáticos con sus dificultades y preparados profesionalmente para trabajar la complejidad de las vidas de las familias del Liceo.
Los docentes se sienten motivados con el proyecto educativo institucional y no miden esfuerzos ni tiempos para dedicarse a las estudiantes. En este tiempo en que nos encontramos como país, enfrentando esta crisis sanitaria, los docentes han adecuado sus metodologías para llegar a la mayoría de las alumnas, sorteando los problemas de equipo computacional y conectividad de la mayoría de ellas.
Comenzaron realizando clases a través de cápsulas de videos, publicadas en las redes sociales y en otros medios frecuentados por las mismas estudiantes y sus familias.
Liceo Bicentenario People Help People de Pilmaiquén / Región de Los Lagos
Un programa de pasantías de siete exitosos años ha permitido que los estudiantes del Liceo People Help People de Pilmaiquién descubran qué áreas les gustan y, al mismo tiempo, adquieran habilidades relacionales y una importante red de contactos. Por otro lado, el emprendimiento impulsado por el establecimiento es una gran herramienta para enfrentar una posible crisis económica.
Número de alumnos que cursen educación técnico profesional: 359 alumnos, desde I medio.
Especialidades:
• Gastronomía
• Agropecuaria
Sostenedor: SNA Educa
Dato: El 65% de los estudiantes se encuentra en régimen de residencia estudiantil (internado).
“Este sistema de pasantía, representa una valiosa oportunidad puesto que los y las estudiantes de ambas especialidades, Agropecuaria y Gastronomía, tienen su primer acercamiento al mundo laboral, ya sea en reconocidos centros gastronómicos como también en predios agrícolas ubicados dentro de nuestra zona”, afirma Francisco Manqui, director del Liceo People Help People de Pilmaiquén.
El director explica que cada semana asisten entre cuatro y seis estudiantes de cada curso a una empresa ubicada en la zona, donde experimentan distintos roles del rubro de acuerdo con su especialidad. “Este sistema es rotativo, de modo que cada estudiante cumple al menos tres semanas de pasantías durante el año y de este modo aplica y fortalece lo aprendido en el establecimiento”, agrega Manqui.
“Las pasantías son de suma importancia en nuestro proceso de aprendizaje técnico-profesional ya que, mediante ellas, los estudiantes descubren qué área de la especialidad es la que más les gusta para realizar una futura especialización en ésta. Otra de las ventajas que tienen las pasantías son las redes de contactos que generan los estudiantes para adquirir sus prácticas profesionales o futuros empleos”, asegura Francisco.
“Las herramientas que los estudiantes obtienen en este proceso no son solo competencias técnicas, sino también competencias genéricas, comunicativas y de trabajo en equipo, comúnmente llamadas habilidades blandas”, agrega el director.
El Liceo de Pilmaiquén pertenece a la red educacional SNA Educa y, como señala su director, los establecimientos de esta red promueven un acercamiento temprano de los estudiantes al mundo laboral como uno de los pilares fundamentales de trabajo. “De este modo, las estrategias que apunten a la vinculación empresarial fortalecen la formación técnico-profesional, puesto que es aquí donde nuestros alumnos y alumnas ponen en práctica conocimientos y habilidades que han adquirido en su proceso formativo. Además, nos permite retroalimentarnos como liceo de las competencias técnicas que debemos reforzar a nuestros futuros egresados”, reafirma Manqui.
Por otro lado, este tiempo de pandemia los ha hecho reinventarse, y prepararse y establecer protocolos para una eventual vuelta a las pasantías de manera segura. Y al mismo tiempo, a través de su proyecto educativo, han fortalecido el emprendimiento, como una forma de enfrentar una crisis económica: “Los planes y programas propios de nuestra Corporación, contemplan el emprendimiento como una asignatura que se imparte desde tercer año medio, la cual es clave y esencial para que los alumnos y alumnas asuman riesgos, sean independientes, tengan confianza en su futuro laboral y fortalezcan la construcción de su proyecto de vida. De esta forma, la recesión nos brinda una valiosa oportunidad, ya que nos incentiva a consolidar esta línea de trabajo y así centrar el proceso de enseñanza-aprendizaje en la capacidad de emprender con iniciativas ya sea en el mundo productivo o en proyectos propios. Por tanto, es una herramienta más, para desenvolverse en el mundo laboral”.
“Una de nuestras fortalezas y características como comunidad educativa es siempre visualizar los conflictos o problemas como desafíos y oportunidades y ésta no ha sido la excepción”. Francisco Manqui ha dicho.
Liceo Polivalente y Bicentenario Abdón Cifuentes / Conchalí
Hace más de 10 años que en el Liceo Polivalente Abdón Cifuentes, de Conchalí, tienen un equipo de robótica llamado Fénix, donde además de elaborar y diseñar robots, los alumnos, como señala su director, aprenden a trabajar en equipo, a resolver problemas y a respetarse, valores que sustentan el proyecto educativo.
Matrícula:
• Estudiantes Humanistas Científicos de 1º a 4º medio= 203
• Estudiantes Técnico Profesionales de 1º a 4º medio= 347
Total= 550
Más de 45 estudiantes, desde 7° básico a 4° medio forman parte del equipo Fénix, liderado por el profesor Luis Marcelo Pacheco del Liceo Polivalente Bicentenario Abdón Cifuentes de Conchalí. Y desde hace un par de años, como explica su director Raúl Astudillo, se han incorporado alumnos de preescolar y 1° básico, a cargo de la profesora Edulia Vergara. Y es que han visto cómo, a través de la robótica, se desarrollan muchas habilidades: “Mediante el diseño, la construcción y la programación de robots, los estudiantes pueden, por una parte, visualizar, explorar y comprobar conceptos de razonamiento de las áreas del conocimiento involucradas y, por otra, formular y experimentar alternativas para solucionar problemas o realizar tareas”, explica el director.
Por otra parte, agrega Astudillo: “Se busca, además, estimular el desarrollo de habilidades para trabajar colaborativamente con sus compañeras y compañeros, y para tomar decisiones de equipo. Esto último se refiere a poder escucharse, discutir y respetar la opinión e ideas de los otros. Tomar conciencia sobre el sentido del trabajo en equipo en cuanto a la generación de valores, no solo de respeto, sino de la solidaridad, el compañerismo, la lealtad, entre otros valores que sustentan nuestro PEI”.
En estos meses de educación a distancia, los alumnos de robótica han continuado preparándose: “Fuimos seleccionados por la Usach para ser parte del Programa de Innovación Tecnológica Escolar, por lo cual nuestros estudiantes se mantienen asistiendo de manera virtual a clases tres veces por semana, por medio de la plataforma Zoom con monitores de la Usach”, cuenta el director.
También hay estudiantes que se han preparado en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, en el Departamento de Electrónica, en la programación de Pepper, que es un androide con inteligencia artificial, también a través de Zoom. “Esta instancia tiene como objetivo preparar la segunda etapa de la Cumbre de Robótica a efectuarse en Japón; esta debió realizarse este año 2020, pero debido a la pandemia se suspendió para el 2021, donde debemos igualar o superar el 6º puesto obtenido el año 2018. Acá, la matemática, la mecánica y la electrónica han sido fundamentales en los aprendizajes de nuestros estudiantes”, señala Raúl.
Definitivamente, el trabajo ha continuado por igual, solo que de una manera diferente. Así ha sido también en el trabajo con Sambot, que también es un androide con inteligencia artificial. “Este fue adquirido por nuestro liceo por medio de recursos SEP, siendo el único colegio en Chile que posee esta tecnología. Hoy estamos desarrollando un proyecto que pueda ayudar a resolver los problemas de la pandemia, pero nos hemos encontrado con algunos inconvenientes ya que la programación es totalmente distinta al robot Pepper, lo que nos ha significado estar en contacto con los fabricantes en China”. Todo un aprendizaje: “Los estudiantes han sido capaces de ser constructores de sus nuevos conocimientos y han logrado desarrollar habilidades en la búsqueda de ellos”, asegura Astudillo.
Como muchos, el Liceo Abdón Cifuentes ha debido reestructurarse en días de pandemia. Su director cuenta que los alumnos sienten incertidumbre, angustia y temor a cómo enfrentar sus prácticas profesionales hoy: “Se sienten en desventaja por no poder acceder a la educación presencial y a la guía más constante del docente”. Frente a este panorama, Raúl cuenta que han diseñado un plan de trabajo que no solo involucra las clases remotas o guías de trabajo, “sino que, además, en la retroalimentación se acompañen rúbricas y pautas de corrección para resolver dudas, a lo cual hemos incorporado la posibilidad por medio de la plataforma web de que los alumnos puedan interactuar con sus docentes para resolver dudas y consultas”.
Más de diez años lleva la Corporación de Empresas del Maipo trabajando con los establecimientos técnicos profesionales de Buin y Paine, y el año 2018 comenzaron a realizar el programa Talentos del Maipo con el objetivo de potenciar las habilidades socioemocionales de un grupo de estudiantes de tercero medio que se destacaran por su rendimiento académico y actitudinal. Hoy, el exitoso programa abarca también a alumnos de cuarto medio, quienes cuentan con un tutor guía.
Cómo se implementa esto y cuáles son los logros, a continuación.
“Quisimos acercarnos a los estudiantes de la Red Técnica del Maipo a través de un programa más personalizado, que respondiera a la principal demanda que nos reiteraba el sector productivo: las habilidades ‘blandas’ de los jóvenes técnicos”, afirma Paulina Moreno, gerenta de la Corporación de Empresas del Maipo, quienes ya llevaban más de diez años trabajando con los colegios del sector. Ante esta inquietud nace Talentos del Maipo, primero como programa piloto el año 2018 y ya como programa oficial el año 2019.
“Tras finalizar el programa piloto y conocer a este grupo de 36 jóvenes, supimos que no podía terminar ahí. Sabíamos que tenían pocas redes de contacto y personas que los pudieran guiar para poder aterrizar sus sueños e incentivarlos para alcanzarlos. Así fue como nos vimos en la necesidad de concretizar un proyecto que como CEM teníamos hace tiempo: desarrollar tutorías a estudiantes. Nos lanzamos a la aventura buscando a los tutores que pudieran acompañar a los ‘jóvenes talentos’ en su último año de escolaridad, y a pesar de la contingencia debido al estallido social, los resultados del programa nos demostraron que íbamos por el camino correcto”, cuenta Paulina.
Así nace este programa de dos años de acompañamiento a los jóvenes de educación TP, de los seis colegios técnicos profesionales de la provincia del Maipo, el cual tiene como objetivo potenciar el crecimiento personal y social de un grupo de estudiantes, para que puedan discernir una ruta a seguir cuando egresen de la EMTP.
En la práctica, el programa cuenta con un determinado número de cupos distribuidos por liceo. Se da a conocer el programa a los estudiantes de tercero medio durante el primer semestre. Los profesores jefe postulan a los estudiantes que cumplen con los requisitos (académicos y actitudinales) y manifiestan interés en participar. Tras completar la pauta de evaluación por cada candidato, se asigna una puntuación a cada uno y los estudiantes con mayor puntaje quedan seleccionados (según la cantidad de cupos por liceo).
Estos jóvenes participan, durante el segundo semestre, en cuatro talleres experienciales y un campamento, que potencian sus habilidades socioemocionales (autoconocimiento, comunicación efectiva, trabajo en equipo, liderazgo, etc.). Cuando el grupo de estudiantes cursa cuarto medio, se le invita a recibir una tutoría. Ésta consiste en que ejecutivos de empresas de la zona Maipo acompañan y orientan a un joven, ayudándolo en su proceso de discernimiento vocacional, para que establezca una ruta a seguir, con metas y acciones, y que pueda mejorar las expectativas de su inserción laboral, como también de crecimiento personal y social.
“Este 2020 tenemos el desafío de desarrollar las sesiones virtualmente. En medio de la crisis sanitaria, el programa cobra más sentido, ya que nuestros jóvenes están viviendo situaciones más complejas y de mayor vulnerabilidad, que hacen que el acompañamiento del tutor sea más relevante”, señala Paulina.
La gerenta del CEM comenta que la acogida por parte de los estudiantes ha sido muy buena: “El ciento por ciento de los egresados del programa lo recomienda. Mencionan que han roto prejuicios y fue una oportunidad para aprender a relacionarse con otras personas e intercambiar experiencias. Así mismo, les sirvió para identificar sus fortalezas personales y visualizar acciones concretas para el cumplimiento de un proyecto de vida. Por otra parte, los ayudó en la toma de decisiones para su futuro profesional; también, a ampliar su red de contactos para realizar su práctica profesional y los hizo crecer como personas ya que tuvieron la oportunidad de compartir con alguien que ya había pasado por el mismo proceso vocacional”.
Por otro lado, “los colegios están felices de la oportunidad de que, aunque sean pocos jóvenes, formen este programa, aunque les gustaría poder escalarlo a más estudiantes. Además, que los vincula con las empresas, futuros centros de práctica para sus estudiantes”, afirma Paulina.
“A mediano plazo, nos gustaría poder llegar a todos los estudiantes de tercero y cuarto medio. Que no sea con cupos por liceo, sino una convocatoria abierta a todos los interesados en participar. En ese sentido, esperamos poder llegar a más empresas que se sumen al programa como voluntariado corporativo, como parte de sus políticas de responsabilidad social, donde tienen la oportunidad de conocer nuevas realidades, ejemplo de resiliencia de los jóvenes y que compromete a sus colaboradores con un sentido más profundo que lo solo laboral. A largo plazo, nos gustaría que pudiéramos instalar las capacidades en los liceos de manera que sean ellos mismos los que lo implementen como parte de su oferta programática”, reflexiona Paulina.
La Corporación de Empresas del Maipo es apoyada por la Fundación Irarrázaval, al respecto Paulina Moreno señala: “Ha sido la principal patrocinadora del programa. Gracias a ellos contamos con el financiamiento para implementarlo por tercer año consecutivo”.
“Cualquier liceo, red de establecimientos, fundación, corporación, DAEM, etc. puede implementarlo. Solo deben tener la voluntad del establecimiento para ejecutar el programa, la metodología (la podemos compartir), el presupuesto para desarrollar los talleres experienciales en tercero medio (o un psicólogo propio que pueda hacerlos), un espacio para realizar los talleres, los contactos para conseguir tutores (líderes/colaboradores de una empresa), estudiantes entusiasmados y comprometidos en participar, apoyo de sus familias y alguien que coordine el programa”, concluye Paulina.
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