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Regístrate y accede a la revistaQuisimos conocer el testimonio de una alumna y de profesores sobre la educación a distancia que se vieron forzados a realizar junto a sus estudiantes. .
Camila Ovalle, profesora de Lenguaje del Liceo Gabriela Mistral de Cañete.
“Para los alumnos ha sido muy difícil trabajar con este tipo de retroalimentación, no es fácil que el docente desaparezca de un día para otro y de pronto sea un computador el que te esté transmitiendo lo que deseamos que sepan”
—¿Cómo se organizaron para enfrentar como equipo docente estos nuevos desafíos?
—El establecimiento educacional, al igual que muchos del país, vio en el uso de internet una manera de poder realizar un intento para que los estudiantes no detengan su proceso aprendizaje, a pesar de que sabemos que esta es solo una manera y por ningún motivo es la solución a la brecha académica que ha quedado más en evidencia durante esta pandemia. Sabemos que existe un porcentaje altísimo de estudiantes que no cuentan siquiera con acceso a un computador o electricidad permanente, mucho menos a internet. Ante esto, el colegio optó por generar diversas metodologías, una de ellas es el uso de una plataforma drive en la cual los docentes subimos de manera periódica material, no con la finalidad de avanzar en el currículum, cosa que sabemos que es imposible en estas condiciones, sino que tiene un carácter formativo y enfocado en permitir que niños y niñas trabajen en sus hogares y a su ritmo. A la vez, se está entregando material impreso para aquellas personas que no cuenten con acceso a la plataforma virtual. Lamentablemente, como mencioné anteriormente, sabemos que esta no es la solución definitiva y que aún existen estudiantes a los que nos cuesta mucho llegar, allí es donde aparece la creatividad, por lo cual Instagram, WhatsApp, mensajes de texto, papinotas, llamadas telefónicas, todo ha servido a la hora de intentar contactarnos.
—¿Qué estrategias usan para realizar un feedback con los alumnos y sus familias?
—La forma de generar feedback con los estudiantes ha consistido de manera oficial en la devolución de las tareas revisadas por medio de correo electrónico. Sin embargo, como dije antes, este no es un canal de comunicación al que todos puedan acceder, por lo cual ocurre lo mismo que con el envío de tareas, a veces enviamos sugerencias y/o correcciones por redes sociales o llamadas telefónicas. Para los alumnos ha sido muy difícil trabajar con este tipo de retroalimentación, no es fácil que el docente desaparezca de un día para otro y de pronto sea un computador el que te esté transmitiendo lo que deseamos que sepan.
—¿Cuáles fueron las principales dificultades que debieron sortear?
—Es problemático pensar en una dificultad principal, ya que esta crisis ha sacado el polvo que había debajo de la alfombra y nos ha mostrado que la educación en nuestro país tiene un sinfín de problemas a los cuales no se les ha dado solución en mucho tiempo. Primero, puedo mencionar que a ningún profesor o profesora se le prepara para realizar clases a distancia, si en la sala de clases ya es difícil lograr que el ciento por ciento del curso logre un aprendizaje significativo, a distancia esto se vuelve una lucha diaria. Lamentablemente, hemos tenido que aprender en el camino, desde la experiencia de otras personas, desde nuestras propias vivencias, desde lo que creemos que puede servir, casi improvisando. La educación en Chile no cuenta con los recursos necesarios para implementar un sistema de aprendizaje remoto como un canal oficial, es imposible, eso sería desconocer la realidad de miles de estudiantes que no es que no quieran estudiar, es que no cuentan con las herramientas para poder acceder a este tipo de aprendizaje.
Margarita Naudón, profesora de Valores del Colegio Cree en Cerro Navia.
“Todas las profesoras siguen manteniendo una comunicación permanente con los niños y sus familias, de modo de seguir desarrollando un vínculo emocional con sus alumnos”
—¿De qué manera han trabajado la contención socioemocional?
—Nuestro colegio basa su educación socioemocional principalmente en cuatro valores –amamos, perseveramos, aprendemos y podemos–, y nueve fortalezas del carácter que derivan de esos valores –perseverancia, autocontrol, curiosidad, amor, inteligencia social, humor, gratitud y pasión–. Desde el primer momento de crisis, nuestro objetivo ha sido seguir formando el carácter de nuestros alumnos, y al mismo tiempo empujarlos a que usen estos valores/fortalezas como herramientas de contención emocional para ellos y sus familias en estos tiempos difíciles. En la práctica, hemos estado trabajando estos objetivos a través de dos líneas de trabajo: un video semanal de las fortalezas del colegio y las cápsulas de meditación.
En relación a lo primero, todos los lunes se envía a los alumnos y apoderados un video grabado por sus profesoras de Valores, invitando a los alumnos a conocer la fortaleza de la semana. En este espacio se reflexiona y profundiza sobre el sentido de la fortaleza y la manera de vivirla estos días en la casa. Luego se invita a los alumnos a desafiarse a través del Desafío CREE (#CREEChallenge). Este desafío es una actividad entretenida y diferente que, aunque de poco esfuerzo material, les permite trabajar la fortaleza de manera individual o en familia durante toda la semana.
Lo segundo son las cápsulas de meditación. Hace ya dos años que nuestro colegio implementa un programa de mindfulness para niños llamado Neyun. Este programa ha tenido resultados increíbles en nuestros alumnos y ha instalado en ellos la capacidad de reconocer el valor de la meditación como una herramienta para encontrar un espacio de tranquilidad al interior de cada uno. Por esto, todos los lunes junto al video de la fortaleza de la semana se les envía a los alumnos una meditación grabada para que puedan realizarla solos o con sus familias. La invitación es a que la repitan durante toda la semana de manera de ir desarrollando un hábito que les permita lograr una contención emocional en momentos como éste.
Por último, todas las profesoras siguen manteniendo una comunicación permanente con los niños y sus familias, de modo de seguir desarrollando un vínculo emocional que les permita seguir trabajando con ellos a la vuelta.
—¿Qué desafíos tienen como departamento de Valores?
—El primer desafío, y quizás el más evidente, está en el formato de trabajo. En el colegio hemos ido construyendo espacios y rutinas orientadas a desarrollar la formación socioemocional de nuestros alumnos. Todas las mañanas, en clases y al finalizar el día, nuestros alumnos tienen momentos de meditación y ejercicios de relajación. En CREE buscamos que todas las interacciones tengan un lenguaje del carácter que les permita a los alumnos ir formándose en las fortalezas/valores de manera continua a lo largo del día. Todo eso cambia cuando el panorama ya no son las relaciones personales, sino la plataforma online. Intentar traspasar habilidades que son propias de las relaciones personales a través de una pantalla, es un gran desafío. Como equipo de Cultura hacemos una invitación a nuestras familias a vivir la fortaleza de la semana a través de desafíos y ejemplos concretos, pero no podemos “controlar” que esto efectivamente suceda ya que nos enfrentamos ahora a espacios que no conocemos y no dependen de nosotros.
Un segundo desafío importante, y que se relaciona con lo anterior, es lograr ser metódicos y creativos en nuestra forma de trabajo. Para lograr que los alumnos se mantengan conectados y nuestro contenido sea efectivo, es fundamental que no se pierda la continuidad. Cuando estamos en el colegio son miles las interacciones que suceden en la semana que mantienen a los alumnos conectados con su desarrollo socioemocional. Hoy tenemos el riesgo de no poder mantener ese hilo conductor y que nuestros alumnos dejen de trabajar. Frente a eso, el desafío está en poder crear un material que sea formativo pero que, al mismo tiempo, tenga un diseño atractivo (muchas veces de carácter multidisciplinario), consiguiendo que los niños quieran seguir trabajándolo y sus apoderados viéndolo como una herramienta importante en la formación de sus hijos.
Mónica Rivera, profesora de Lengua y Literatura del Centro Educacional Federico García Lorca.
“Tuvimos que crear cuentas en Instagram porque observamos que la mayoría de los alumnos de enseñanza media usan ese medio para comunicarse”
—¿Cómo se organizaron para esto?
—Como contexto, nuestro liceo, Centro Educacional Federico García Lorca, queda al frente de la plaza de Renca. Para nosotros el mes de marzo estuvo lleno de convocatorias y paralizaciones a raíz del estallido social. Es por eso que el equipo de coordinación académica se reunió con el equipo docente para definir primero, los contenidos esenciales que abordaríamos basados en el decreto 67 (con evaluación de las clases que se pudiera) y, en segundo lugar, con guías o trabajos que pudieran entregarse a los alumnos con menor asistencia a clases. Fueron esas acciones las que nos permitieron afrontar la crisis sanitaria de forma clara y concreta. A través de la plataforma Papinotas hemos enviado tres guías que los alumnos nos entregarán cuando volvamos a clases.
—¿Qué estrategias usan para tener retroalimentación?
—En nuestro caso, lo primero fue verificar que las guías nuestras efectivamente llegaran a los alumnos. Para eso, los profesores jefe realizamos un catastro de todos los alumnos llamándolos uno a uno para verificar si les habían llegado las guías y cuál era su avance hasta ese momento, a inicios de abril. A partir de eso, se decidió enviar una tercera guía.
Otra de las estrategias que la mayoría de los docentes tuvimos fue crear cuentas en Instagram (yo ya la tenía desde el año pasado), porque observamos que la mayoría de los alumnos de enseñanza media usa ese medio para comunicarse. A través de mensajes directos solucionamos las dudas de los estudiantes y subimos material para que puedan entender mejor los contenidos. Además, decidimos hacer un ciclo de minitalleres de bienestar porque nos preocupa su salud mental en esta emergencia. También planificamos talleres con temáticas de asignaturas pero desde un enfoque más lúdico.
René Rojo, profesor de Matemática, Liceo Dr. Óscar Marín Socías, Viña del Mar.
“El principal canal de comunicación han sido las redes sociales, más concretamente WhatsApp. Resultan ser herramientas bastante útiles por su inmediatez y capacidad de compartir imágenes, videos y enlaces”
Desde su casa nos respondió René Rojo, profesor de Matemática del Liceo Doctor Óscar Marín Socías de Viña del Mar, quien dice que “me encuentro bien, tratando de cuidarme lo más que pueda”.
Nos contó que “las primeras semanas se pusieron todas las energías en el aseguramiento de la alimentación y el cuidado de la salud de los estudiantes y personal del colegio”.
—Luego, hicimos un consejo online y se nos comunicó la habilitación de una plataforma de aula virtual. Además, a través de redes sociales y WhatsApp hemos coordinado con nuestra comunidad en dónde hemos podido mandar material y generar retroalimentación constante de nuestros estudiantes.
—¿Qué estrategias usan para realizar un feedback con los alumnos y sus familias?
—Cómo ya comenté, el principal canal de comunicación han sido las redes sociales, más concretamente WhatsApp.
Resultan ser herramientas bastante útiles por su inmediatez y capacidad de compartir imágenes, videos y enlaces.
—¿Cuáles fueron las principales dificultades que debieron sortear?
—Las dificultades sean producido por el precario o nulo acceso de nuestras familias a internet, además de que muchos no se manejan en el uso de otras herramientas como correo electrónico, Word, Excel, Powerpoint, etc.
Catalina Ovalle, alumna de cuarto medio del colegio Padre Pedro Arrupe.
“No estábamos preparados para afrontar este nuevo sistema de educación, debido a que muchos estudiantes somos de clase baja o clase media y no tenemos un computador o internet de calidad para hacer clases online”
—¿Cómo ha sido este desafío?
—En mi caso no me ha gustado cómo se ha llevado la educación a distancia, dado que en el tiempo que llevamos con este sistema no he adquirido los conocimientos adecuados. Sé que nadie estaba preparado para esta situación, pero siento que, si seguimos con este método de aprendizaje, será un año perdido, ya que desde pequeños hemos tenido un sistema de aprendizaje que es muy diferente al actual; es decir, un profesor nos enseña y nos aclara todas la dudas al momento, pero ahora la educación que recibimos es muy distinta de aquella a la que estamos acostumbrados desde pequeños, y como consecuencia nos afecta en nuestro conocimiento y aprendizaje en casa. Como estudiante he presentado una variedad de dificultades con la educación a distancia, comenzando con que no tengo los conocimientos para realizar las tareas, debido a que no me logro concentrar en mi hogar para estudiar, me distraigo con la televisión, el celular o con los ruidos. Hablando con mis compañeros sé que muchos de ellos han presentado las mismas dificultades, y otros problemas como no tener acceso a internet o tenerla de mala calidad. A causa de ello no pueden aclarar las dudas, adquirir información o comunicarse con los profesores para solicitar su ayuda.
—¿Cómo calificarías esta experiencia, qué le agregarías o qué te gustaría que fuese distinto?
—Esta experiencia no ha sido buena personalmente, ya que no estábamos preparados para afrontar este nuevo sistema de educación, debido a que muchos estudiantes somos de clase baja o clase media y no tenemos una computadora o una internet de calidad para hacer clases online o adquirir información. Cada estudiante tiene que aprender por sí mismo, con la ayuda que le dan los profesores a través de mensajes. Por lo que dije antes, no se pueden hacer clases online, y a mí como estudiante me gustaría que tomaran medidas en todo el país, que a través de la televisión nacional se hagan clases para que todos los alumnos aprendamos de la misma manera y todos tengamos los mismos conocimientos. Hay que tomar conciencia y quedarnos en casa, pero aun así tratar de seguir para que no sea un año escolar perdido. El objetivo es aprender y ver que, como país, podemos salir adelante aprovechando la tecnología que tenemos.
Patricia Rivera, educadora de párvulos del Colegio Cree en Cerro Navia.
“Optamos por realizar los videos educativos, ya que es el medio por el cual la mayoría de nuestros niños están conectados a diario”
—¿Cuáles han sido las principales dificultades que has debido sortear?
—La verdad, pensé que podía ser mucho más complejo de lo que ha sido. Primero, el cuestionarme antes de hacerlo, cuestioné mucho lo que nos estaban pidiendo, estaba aterrada cuando nos informaron que debíamos hacer clases a través de videos. Decía: pero, cómo les explicamos si nosotros ocupamos muchos materiales, hacemos muchos movimientos, gestos para explicar algo, realizamos muchas preguntas, ese pimponeo constante con los niños. Pensaba que jamás íbamos a poder llegar a todos los niños, que no nos iban a ver en los videos, que el trabajo que estábamos realizando era casi perdido. Pero la principal dificultad que he tenido yo es estar la mayor parte del día sentada con el computador y teléfono, tener por todos lados materiales que utilizo en los videos; al fin, es convertir mi casa en mi sala virtual.
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