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Regístrate y accede a la revistaEl “sentido de pertenencia” es un valor esencial e indispensable para la convivencia social y, por ello, la nueva asignatura de educación ciudadana pasa necesariamente por esta condición: que hijas e hijos, alumnas y alumnos sientan que pertenecen a las comunidades en que viven e interactúan diariamente.
Conceptos como patria, nacionalidad, fronteras… muchas veces no son reconocidos por adolescentes y jóvenes. Han crecido en un mundo globalizado, multicultural y multirreligioso, y son testigos o protagonistas de migraciones, lo que implica desprenderse de afectos, paisajes, ritos y hasta del idioma. En este sentido, el concepto tradicional de ciudadanía les puede parecer lejano: cuestionan sus deberes por vivir en un país o ciudad y tampoco se ven a sí mismos como sujetos de derechos.
Sin embargo, el “sentido de pertenencia” es un valor esencial e indispensable para la convivencia social. Sin sentido de pertenencia es muy difícil construir sociedad. José Miguel Hirmas Stark, profesor y director de Educación de Actitud Lab, señala que los profesores “tenemos el tremendo desafío de involucrar a los apoderados en todos los procesos de aprendizaje de sus hijos”, y para desarrollar el sentido y valor de pertenencia en adolescentes y jóvenes enumera las siguientes ideas:
• Que el aprendizaje de este valor sea más de práctica que de teoría: que vean a los adultos vivirlo, preocupándose y participando en ese entorno.
• Que estrechen vínculos con las personas que habitan su entorno: hogar, barrio, escuela… Que conozcan sus nombres y sepan detectar sus necesidades.
• Que apenas tengan una edad suficiente y dependiendo de la madurez de cada hijo, puedan participar con ideas o proyectos para solucionar problemas concretos de su hogar: desde reutilizar objetos y ahorrar agua hasta pintar la casa o arreglar el techo, por poner ejemplos”.
—¿Qué experiencias han tenido en Actitud Lab al mejorar el sentido de pertenencia y de participación de los adolescentes?
—El aprendizaje basado en proyectos da excelentes resultados. Mediante programas como “Yo Me Hago Cargo” y “Yo Me La Juego”, los adolescentes se vinculan con diferentes realidades y problemáticas de su entorno, generando conciencia social, trabajo en equipo y sentido de pertenencia.
Gracias a este tipo de programas, los estudiantes participan y se comprometen más con estas necesidades, entregando soluciones concretas para después implementarlas. Toman un rol protagónico en el proceso.
En niños pequeños tenemos otro programa (puede ser inspirador para las familias) que se llama “Ahorronautas”: enseña a integrar hábitos de reutilización y conductas relacionadas con el ahorro, a través de experiencias significativas de aprendizaje en el aula, junto con la vinculación de la familia. Este programa además aborda el sentido de pertenencia y el trabajo en equipo, por lo cual también aporta a una buena convivencia escolar.
—Cuando ustedes han trabajado con “ninis”, jóvenes que no estudian ni trabajan, ¿cómo intentan desarrollar su sentido de pertenencia?
—Con ellos es fundamental generar espacios seguros. Esto es lo primero que debemos desarrollar para avanzar con cualquier objetivo que se proponga. Para poder llegar a eso, es importante construir vínculos entre ellos, vínculos con los profesores, con sus establecimientos educacionales, todo influye. Trabajar con los jóvenes el propósito es fundamental, preguntas como: ¿por qué hago lo que hago?
—¿Cómo puede colaborar una familia a enseñar y aumentar el sentido de pertenencia de sus hijos?
—La familia es esencial. El cómo nos vinculamos con otras personas responde a cómo nuestra familia nos ha enseñado a hacerlo. Es muy importante que la familia se involucre en el proceso de formación de los niños y niñas. Que pregunte, que participe. No queremos decir que vaya a todos los actos académicos si no puede ir, esa es una realidad que viven muchos padres y madres, pero si pueden conversar sobre lo que hicieron en el colegio durante la jornada, tener una comunicación directa con los docentes y estar activos, fortalece el sentido de pertenencia de los niños y niñas. Cuando las familias participan, los estudiantes adquieren un mejor compromiso con el aprendizaje. Tenemos un tremendo desafío de involucrar a los apoderados en el proceso de aprendizaje de sus hijos.
—¿Qué ideas concretas pueden implementar en las casas para sumarse a la formación de este valor?
—Nosotros utilizamos una metodología de aprendizaje basada en la práctica más que en la teoría, y eso va de la mano con el aprendizaje invisible. En esa línea, nuestros programas promueven la participación del estudiante como un factor clave. Las iniciativas tendientes al cuidado del medio ambiente (reciclaje, reutilización, cuidado del agua) son ideas a las que los adolescentes responden positivamente y a las que los hijos pueden sumarse también en sus casas. Tenemos otros programas de vinculación entre establecimientos educacionales y empresas, donde los colaboradores son tutores de los estudiantes y ellos visitan la empresa; de esta forma buscamos motivar con el mundo laboral y que los estudiantes comprendan el sentido de la empresa y rompan ciertos paradigmas que tienen asociados a esto. Con esto buscamos entregar estrategias que les permitan estar mejor preparados para su futuro laboral y herramientas socioemocionales para la vida.
Finalmente, es importante que los adolescentes y jóvenes, hijos e hijas, cuenten con espacios para conversar tras estas experiencias de vivir proyectos en común para que vayan tomando conciencia de que ellos también reciben mucho al construir y mejorar su entorno y la sociedad.
Trivia para incentivar el sentido de pertenencia a la familia
Este es un juego entretenido que permite conocer mejor a las personas con quienes vivimos en nuestro hogar.
Escribe en tarjetones muchas preguntas de este estilo y, luego, cada persona debe ir sacando una tarjeta y responder. El que más acierta, gana.
1. ¿Cuál es el color favorito de la persona que está sentada a tu derecha?
2. ¿Cuál es la película con que más ha llorado, el papá, la mamá, la abuela o el abuelo?
3. ¿Cómo se llamaba la primera mascota que tuvimos en la casa?
4. ¿Cuál es la frase típica de quien está sentado a tu izquierda?
5. ¿Cuáles serían las vacaciones soñadas de quien está sentado al frente?
6. ¿Quién es el actor favorito de quien está a la izquierda?
7. ¿Cuál es el trabajo doméstico que “no soporta” quien tienes al frente?
1. Hacer juntos una cápsula del tiempo a comienzos del año escolar. Adentro de una caja se deben guardar propósitos, proyectos, metas, sueños, incluso bromas…, para leer a fin de año.
2. Crear una alcancía común de monedas para ir al cine todos juntos cuando se logre la meta.
3. Plantar y cuidar juntos hierbas para usar en la cocina.
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