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Regístrate y accede a la revistaUna de las críticas que se reiteran es que los docentes no cuentan con formación en esos temas; sin embargo, conocimos experiencias concretas que sí trabajan en formación cívica de sus alumnos. Con ese antecedente, seleccionamos tres facultades de pedagogía y les consultamos sobre las modificaciones en estas materias en la formación de los profesores.
Convencidos de la importancia de la formación ciudadana para que los alumnos “vivan en un ambiente democrático, lo que significa interactuar con el otro, organizarse para lograr un objetivo en común”, es que en el colegio Padre Pedro Arrupe, que pertenece a la Red de colegios de la Fundación Irarrázaval, desarrollaron el proyecto Juegos de Ciudad y Experiencia Empresas que les permite a los estudiantes vincularse con los vecinos y generar proyectos comunitarios para mejorar su entorno.
A cargo de esta iniciativa están los profesores Margarita Lizza y Eduardo Faúndez, quienes nos contaron que el objetivo es “fortalecer el capital cultural de los alumnos, promoviendo el conocimiento de los distintos espacios cívicos de nuestra
ciudad, así como también el desarrollo de habilidades genéricas como: toma de decisiones, capacidad para resolver problemas, exponerse ante otros, facilidad de comunicación, escucha activa, trabajo en equipo, adaptación al cambio, creatividad, optimización del tiempo, actitud positiva, entre otros temas”.
Este proyecto, dijeron, está orientado a robustecer áreas del currículo, como lo es formación ciudadana. “Asimismo, fortalece habilidades que se debieran desarrollar y potenciar en los estudiantes, ya que son las herramientas que les permitirán desarrollarse de manera exitosa en el siglo XXI. Como colegio creemos que es necesario desarrollar en nuestros estudiantes
habilidades que les permitan desenvolverse en el mundo real, fuera del colegio; el desarrollo de valores y potenciar los talentos de los alumnos es clave para que ellos se desenvuelvan participando de manera activa en un ambiente democrático. De esta forma se sentirán comprometidos para construir una sociedad más justa, fortaleciendo el bien común y el desarrollo sustentable, habilidades que se encuentran en las Nuevas Bases Curriculares de 3° y 4° medio en la asignatura de Educación Ciudadana”, señalan los docentes del Padre Pedro Arrupe de Quilicura, en la Región Metropolitana. En San Carlos también han trabajado en estos temas, nos contó la Hermana Dina Villarroel, sostenedora del Liceo Polivalente María Ward, de la comuna de San Ignacio, Región de Ñuble, que es parte de la Red de colegios de la Fundación Irarrázaval, quienes desarrollaron una instancia de diálogo abierto con los alumnos. “Los estudiantes se organizaron e informaron al resto de la comunidad y realizaron reuniones y encuentros. Se crearon espacios de comunicación donde los alumnos se reunieron con los directivos de cada curso. Luego, nació la idea de que debían organizar una cámara como en el Congreso y, de esa forma, implementaron interesantes nexos entre las demandas de los compañeros versus la comunidad educativa”.
Porque se trata de un tema crucial, para la decana de la Facultad de Pedagogía de la Universidad del Desarrollo, Josefina Santa Cruz, “la formación ciudadana promueve competencias que permiten relacionar los intereses individuales con los intereses de la comunidad, para construir el bien común. Educar en valores democráticos e incentivar una participación activa e informada y estimular que los estudiantes puedan comprender y analizar la realidad (personal, familiar, escolar, del barrio, país y mundo) con el propósito de generar acciones y medidas para solucionar problemáticas tales como el medio ambiente y la discriminación a los inmigrantes”.
Justamente, luego de que los hechos observados desde el pasado 18 de octubre revelan, a juicio del decano de la Facultad de Pedagogía de la Uandes, Ignacio Illanes, “carencias educacionales muy amplias, no solo de educación ciudadana. Por ejemplo, la destrucción de obras patrimoniales revela un desprecio y/o desconocimiento de nuestra historia”.
Señala Illanes que puede parecer muy básico, “pero creo que hay una necesidad de mejorar nuestra educación en general. ‘El baile de los que sobran’ se produce principalmente por un fracaso en aspectos básicos de la educación, como la lectura, las matemáticas. Sin ellas, no hay oportunidades de desarrollo personal y social, que a la postre se convierten en frustraciones y desarraigo”.
En opinión de Lorena Medina, decana de Educación de la PUC, “la contingencia nos obligó a darnos cuenta de que estamos en gran deuda respecto de esa formación. Por ello, se hace urgente reconceptualizar y repensar de un modo más amplio la formación escolar y la inicial docente, hoy más que nunca en medio de una crisis que nos manifiesta nuestra falta de formación acerca de cómo convivir de modo respetuoso, participando activamente a través del ejercicio de una ciudadanía crítica y responsable. Es urgente comprender que necesitamos de una formación para la vida y el convivir en el ejercicio de esa ciudadanía que esperamos en diversas dimensiones de la vida en sociedad y de modo democrático”.
Pareciera, dice Illanes, que lo más importante y urgente ahora es asegurar una enseñanza efectiva de aquello que es básico en la educación. “Sin eso, no habrá buenos procesos de enseñanza-aprendizaje y el sistema les seguirá fallando a miles de jóvenes que no tendrán las mismas oportunidades que otros. Por eso no creo que el foco de la formación de los futuros docentes deba cambiarse, sino profundizarse”.
En ese sentido, para la decana de la PUC es posible interpretar este tiempo como una oportunidad de aprendizaje para repensar “la gran tarea que tenemos por delante
respecto de una educación ciudadana amplia, que involucra formar para la cohesión social y para un país menos desigual. En la Facultad de Educación de la UC hemos incorporado cursos de Diversidad e Inclusión como ramos mínimos en los currículos de formación inicial; hemos rediseñado los cursos de teoría y política educativa, de modo que incorporen temas contingentes en estos asuntos. Además, venimos desarrollando hace tiempo un certificado de oportunidades de aprendizaje en contextos vulnerables, de carácter interdisciplinario, no solo para nuestros estudiantes, sino para los de toda la Universidad que quieran seguirlo”.
Coincide Josefina Santa Cruz: “La formación ciudadana permite desarrollar habilidades de pensamiento crítico, creativo y de resolución de problemas para fortalecer la democracia, participación, responsabilidad y la justicia social”.
Y nos revela algunos cambios en la malla de los futuros docentes, como la incorporación de esos temas en la formación de los educadores de párvulo. “Quisimos darle un espacio propio, único y exclusivo a la formación ciudadana en la malla de Pedagogía en Educación de Párvulos. Al mismo tiempo, la nueva mención de esta carrera –Aprendizaje al aire libre– tiene como fundamento el desarrollo sostenible en el entendido que no se trata solo del cuidado del entorno natural, sino también del entorno cultural y social en el que estamos insertos. Recordemos que la política nacional de desarrollo sustentable y las bases curriculares de la educación parvularia, ponen énfasis en la creación de un entorno natural y social que permita a los niños desarrollar una identidad”.
Nos explica la decana de la UDD que ahora, con los cambios en tercero y cuarto medio, “la principal modificación está en que las habilidades de las disciplinas de historia, geografía y ciencias sociales, pasan a ser parte de un ramo más especializado, en donde se prioriza el análisis y el trabajo con fuentes. Lo relevante es que el pensamiento crítico, que es una de las principales habilidades de la asignatura, sigue estando presente en la asignatura de educación cívica, pero, más aún, es reforzado con el marco general de habilidades para el siglo XXI, que es un eje transversal del currículo, y que en estas nuevas bases es un énfasis –junto con el pensamiento creativo, la resolución de problemas y la colaboración– que deben desarrollar todas las asignaturas”.
Para Josefina Santa Cruz, la educación cívica debiese ser parte de la cultura y aprenderse desde que los alumnos entran a la escuela.
“Esto no quiere decir que deba existir siempre una asignatura, pero sí que en la escuela se vivan los valores de ciudadanía. Para generar una educación para la ciudadanía democrática y cosmopolita la escuela debe ser entendida como un espacio de participación y construcción de ciudadanos. Se debe promover una participación activa en el entorno y realidad local, país o mundial. Idealmente, se debe promover la solución de problemas globales a nivel local tales como el cambio climático, igualdad de género, participación política de los jóvenes, probidad”, señala la decana de la UDD.
Porque, como indica Lorena Medina, formación ciudadana debe ser parte de la cultura de la institución, “y no es posible ser agente y parte de una sociedad, no ejerciendo la ciudadanía en los diversos espacios y esferas sociales en los que nos toca convivir, y la escuela, el liceo, el colegio, son parte fundamental de la historia de vida de cada uno y cada una. Si ese derecho de ejercer la ciudadanía no comienza desde las primeras interacciones de una persona en sociedad, es complejo pensar que con cursos teóricos podamos avanzar”.
Además, de hecho, la ley 20.911 establece que la educación parvularia, básica y media deben contar con un Plan de Formación Ciudadana, “que permita justamente dar oportunidades de aprendizaje para que nuestros estudiantes puedan vivir de modo responsable, concibiendo y participando de una sociedad que tiene como su fin último ser más libre a través de una educación también libre y democrática, preocupada por el bien integral de todas y todos sus habitantes. Solo así lograremos una verdadera democracia”, explica Medina.
De hecho, termina Ignacio Illanes, “la formación ciudadana es algo transversal, que se debe atender desde el principio. El respeto, la consideración a los otros, saber resolver pacíficamente las diferencias, no se pueden enseñar solo al final de la etapa escolar. Sería tardío e inefectivo”.
Ignacio Illanes: Decano Pedagogía Uandes
“Lo más importante es asegurar una enseñanza efectiva de aquello que es básico en la educación, porque sin eso no habrá buenos procesos de enseñanza-aprendizaje y el sistema les seguirá fallando a miles de jóvenes”.
Josefina Santa Cruz: Decano Pedagogía UDD
“El pensamiento crítico sigue estando presente en la asignatura de educación cívica, pero, más aún, es reforzado con el marco general de habilidades para el siglo XXI”.
Lorena Medina: Decana Pedagogía PUC
“Se hace urgente repensar la formación escolar y la inicial docente, hoy más que nunca en medio de una crisis que nos manifiesta nuestra falta de formación acerca de cómo convivir de modo respetuoso”.
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