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Regístrate y accede a la revistaRecientemente se anunció el primer Marco de Cualificaciones para el sector TP. Sobre esta iniciativa y otros desafíos conversamos con el secretario ejecutivo de Educación Media Técnico-Profesional (EMTP) del Mineduc, Andrés Pérez Nicolas, y con Álvaro Silva, director del Liceo Polivalente Rafael Donoso, uno de los nuevos Bicentenario TP.
Para el Ejecutivo, la educación técnica es prioridad en la agenda educativa y es parte del programa de gobierno. Andrés Pérez Nicolas, Secretario Ejecutivo de EMTP, nos cuenta que se trata de “una prioridad en la agenda educativa que nos ayuda a redoblar los esfuerzos por mejorar su calidad, que es lo que finalmente queremos”.
—¿Cuáles son los desafíos de la educación TP para estos dos años?
—Son muchos los desafíos que la formación técnico-profesional tiene, no solo por estos años. Sin embargo, el mayor es responder a la promesa de formación de calidad que les hacemos a miles de jóvenes que eligen ser TP, cuando optan por ella tempranamente, incluso antes de los 15 años.
Por eso hemos puesto recursos específicos para apoyar a los liceos que están categorizados en Insuficiente por la Agencia de Calidad, así como para crear redes de articulación TP a lo largo de todo el país.
—El pasado 30 de mayo el Gobierno dio el puntapié inicial para la creación del primer “Marco de Cualificaciones Técnico Profesional de Chile”. ¿Qué beneficios significa aquello para la educación TP?
—Para decirlo en términos coloquiales, hasta hoy las competencias que un estudiante adquiere en un liceo TP son como una especie de ahorro para su futuro. Sin embargo, al decidir continuar estudios en la educación superior se da cuenta que ese ahorro no vale porque es dinero de “otro país”. En ese sentido, el Marco de Cualificaciones actúa como moneda de cambio permitiendo que exista un tránsito fluido entre los diferentes momentos formativos y laborales.
Explica Andrés que era necesario para contar con un instrumento que asegure la articulación, promueva la generación de trayectorias y reconozca aprendizajes previos, en acuerdo de todos los actores, “es un anhelo del cual tenemos muchas expectativas. El país necesitaba que el sector técnico-profesional comenzara a mostrarse como un sistema y este es un impulso concreto para comprometer una visión común”.
—¿Qué aporta esta medida al estudiante?
— El beneficio concreto para un estudiante TP es que sus aprendizajes en el liceo traducidos por medio de las competencias serán reconocidos si continúa estudios superiores TP, lo mismo pasará con un trabajador que adquiera competencias en el mundo del trabajo. La puesta en marcha del Marco de Cualificaciones cumple con el mandato de la Ley de Educación Superior y con la agenda de Modernización de la Formación TP lanzada por el presidente Piñera.
Este instrumento, alejado del vocabulario común, nos servirá para asegurar la articulación y la generación de trayectorias formativas y laborales concretas, y estimulará el trabajo conjunto de los actores que forman parte del sistema TP.
—En esa oportunidad el subsecretario de educación, Raúl Figueroa señaló la importancia de reforzar la articulación entre el mundo formativo y el sector productivo, ¿Qué desafíos existen?
—Llevar a cabo políticas educativas que fomenten la articulación entre el mundo formativo y el sector productivo es un foco concreto de este gobierno y el primer punto de la agenda de Modernización TP. Existen muchos desafíos sobre el tema, por cierto, que nos obligan a generar más espacios de colaboración, convenios entre liceos y empresas para promover la formación en alternancia, entre otras; pero la señal es que las empresas están comprendiendo que al ser parte del proceso de formación mejoran su productividad y ese ímpetu es el que tenemos que aprovechar.
Cuenta el secretario ejecutivo de EMTP que desde la media TP “estamos fortaleciendo lazos con empresas clave de algunos rubros como el de Telecomunicaciones, por ejemplo, y el convenio que estamos desarrollando con Cisco Systems, al disponibilizar para todo el sistema recursos tecnológicos para las especialidades de Telecomunicaciones, Programación y Conectividad y Redes, además de un software de alfabetización digital. También es importante el trabajo articulado entre las instituciones públicas y en ese sentido nombrar el trabajo que estamos realizando con SENCE y su programa Aprendices que desde este año es reconocido como contrato de práctica profesional para los alumnos que egresan de cuarto medio puedan titularse, lo que facilita una mejor inserción laboral de los alumnos de liceos TP en el sector productivo”.
Los profesores, pieza clave
Cuenta Andrés Pérez Nicolas que junto al CPEIP vienen trabajando en abrir más espacios de aprendizaje docente, enfocados en profundizar las habilidades relacionadas con las distintas especialidades de la educación media TP. “Creemos que la actualización de contenidos en esta área es vital para que los alumnos tengan formación de calidad que responda a las necesidades del sector productivo. En ese sentido, seguiremos en el camino que proyectamos. Este año por primera vez se dicta un programa pensado en directores de liceos TP”.
—¿Se ha avanzado en materia de articulación de los colegios TP con las empresas?
—Hay muchos ejemplos virtuosos de articulación entre liceos y empresas, gestionados desde los establecimientos, porque los acompaña un buen sostenedor y también porque muchas empresas están entendiendo que involucrarse en el proceso formativo es clave para sus propósitos de producción. Lo que estamos empujando a través de las redes territoriales es fortalecer esos lazos para que estas relaciones de articulación se mantengan en el tiempo.
—¿Y la malla curricular?
—Existe un desafío común que es la constante actualización de contenidos, tal como lo estamos haciendo con los docentes TP. Sin embargo, no solo el currículum es el que debe estar conectado con esta realidad que es mucho más dinámica, sino que también es el sector formativo superior, las empresas, el mundo del trabajo y la capacitación.
—¿Qué modelos extranjeros se están observando en educación dual?
—Hay experiencias muy interesantes en liceos TP duales en donde la articulación con empresas clave es fundamental para el desarrollo de los alumnos que cursan cualquier espacialidad. Casos de liceos TP duales (o con algunas especialidades duales), de formación en alternancia, con presencia activa de la empresa o que están articulados con la educación superior, forman mejores estudiantes. También está la estrategia con Tknika de España de capacitación docente, la participación como país integrante de la Alianza del Pacífico, compartiendo experiencias con los otros miembros, el trabajo de desarrollo del marco de cualificaciones TP, donde se ha mirado la experiencia en otros países, como Australia o Colombia.
Liceo Industrial Rafael Donoso Carrasco de Recoleta Perteneciente a la Red de colegios de la Fundación Irarrázaval, el Liceo Industrial Rafael Donoso Carrasco de Recoleta fue uno de los 40 liceos que se transformaron este año en Bicentenario. Sobre sus logros y desafíos conversamos con su director, Álvaro Silva.
Se trata de un liceo de 552 estudiantes, de administración delegada que en el año 2018 había postulado al Programa Liceos Bicentenario, de Excelencia con foco en la Educación Media Técnico-Profesional, y quedó seleccionado dentro de los 40 liceos, con un muy buen puntaje.
“Los estudiantes que ingresan a primer año medio provienen de 55 establecimientos educacionales de nueve comunas cercanas. En octavo año básico obtienen 230 puntos en lenguaje y 248 puntos en matemática en sus colegios de origen, los mismos estudiantes avanzan 24 puntos en lenguaje y 35 puntos en matemática Simce 2° enseñanza media”, dice su director.
—¿Cuál es el sello propio del establecimiento?
—En el Liceo Polivalente Rafael Donoso Carrasco buscamos una “formación para la vida”, centrada en la apropiación de los valores contenidos en el proyecto corporativo; en el desarrollo de una armónica convivencia escolar y en una forma de vida en equilibrio físico, intelectual y espiritual. Asimismo, una “formación general” que privilegie el razonamiento y creatividad, con énfasis en el manejo del lenguaje, la comunicación y el pensamiento lógico matemático y que se ocupe también el desarrollo científico, físico y artístico de la persona; y una “formación técnico-profesional”, que fortalezca aprendizajes significativos que permitan desarrollar competencias requeridas.
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