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Regístrate y accede a la revistaEn la ciudad de Talca conocimos la historia de un establecimiento que se interesa por trabajar por una sana salud emocional de su equipo de profesores con acciones concretas. Estrategias de autocuidado, como “pausas activas”, valoración laboral y celebraciones del día de la familia son algunas de las que se destacan.
Sobre la salud emocional de los docentes, en el Liceo Monseñor Carlos González Cruchaga, en Talca, establecimiento que pertenece a la Red de colegios de la Fundación Irarrázaval, dicen que están trabajando el tema. Su directora, Isabel Margarita Barberis, muy convencida señala que “la salud emocional de los docentes, es un aspecto que impacta en los aprendizajes de los estudiantes de manera positiva o a veces negativamente, porque no hay que olvidar que los profesionales que enseñan también son seres humanos, y su estado de ánimo también impacta sus prácticas pedagógicas y los resultados de aprendizajes de sus estudiantes”.
Cuenta la directora que en su establecimiento han trabajado el tema porque “es importante tener una positiva salud emocional, ya que aquello impacta en los aprendizajes de los estudiantes. Un docente alegre, con amor por su trabajo, apasionado por lograr aprendizajes, exigente con ellos y comprensivo con sus estudiantes, siempre va a tener altas expectativas de aprendizaje de sus estudiantes”.
“Un docente alegre, con amor por su trabajo, apasionado por lograr aprendizajes, exigiente con ellos y comprensivo con sus estudiantes, siempre va a tener altas expectativas de sus estudiantes”
El problema es que, tal como advierte la directora, es frecuente encontrar docentes estresados en la actualidad, por “la sobrecarga de trabajo al laborar más de 44 horas, corriendo de un establecimiento hacia otro para tener sustentabilidad económica, o bien la carga de trabajo administrativo e incluso problemas de convivencia escolar asentados en los colegios y liceos de nuestro país, generan un estado de salud emocional negativo, con baja autoestima de los docentes por su trabajo, malestar no solo con sus colegas, sino además con los estudiantes; permiso a médicos, tomas de medicamentos, licencias prolongadas y llegadas tarde a su lugar de trabajo”.
Señala Isabel Barberis que la clave para abordar el tema a nivel gubernamental, parte por mejorar los niveles de ingresos de los maestros y las políticas de desarrollo docente no solo profesional, sino también de convivencia, y formación docente.
“Al interior del establecimiento, fortalecer las estrategias de autocuidado, como pausas activas (desactivar tensiones); valoración laboral (diplomas, evaluaciones de desempeño, carta de felicitaciones); celebraciones del día de la familia para compartir y conocer el lado humano de la comunidad; talleres de convivencia escolar entre profesores y alumnos; autocapacitación interna para apropiarse de métodos y procedimientos de otros docentes sobre manejo de cursos y alumnos conflictivos que disminuya los estados de ansiedad”.
Barberis cuenta que en la actualidad en su establecimiento existen actividades que mejoran la salud emocional de los docentes, “entre las cuales se mencionan jornadas de autocuidado, talleres de autocapacitación, celebración de cumpleaños, actividades de compartir, organización del bienestar que va en apoyo de nuestros colegas, talleres de convivencia entre estudiantes y docentes.Todas estas actividades tienen por finalidad mejorar el estado emocional de docentes, asistentes y estudiantes porque todos representamos parte de una identidad comunitaria”.
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