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Dic 2024 - Edición 289

Familia y colegio unidos en el aprendizaje

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¿Cómo trabajar una sana educación socioemocional en los alumnos?

Señalan los expertos que una adecuada formación en el carácter de los alumnos contribuye a una sana convivencia escolar. En Fundación Astoreca vienen hace años trabajando un programa gratuito –“Soy Astoreca”– sobre la formación de la personalidad de los alumnos. Conversamos con una de sus gestoras, Trinidad Montes, asesora académica de Fundación Astoreca y coordinadora general del programa.

Por: Marcela Paz Muñoz Illanes
¿Cómo trabajar una sana educación socioemocional en los alumnos?

“La psicología positiva define la fortaleza del carácter como una manera habitual de pensar, sentir y actuar que resulta positiva para la persona y también para el mundo. De hecho, el programa Soy Astoreca es una iniciativa de la Fundación Astoreca que propone una estrategia para gestionar activamente los elementos de la cultura escolar para promover nueve fortalezas del carácter: soy respetuoso, soy amable, soy correcto, tengo propósito, soy responsable, tengo afán de superación, soy entusiasta, soy constructivo y hago las cosas bien”, cuenta Trinidad Montes, asesora académica de Fundación Astoreca y coordinadora general de Soy Astoreca.

Sucede que la formación del carácter en los alumnos promueve las buenas relaciones interpersonales, la sana convivencia y la adecuada resolución de conflictos. “Al explicitar qué fortalezas del carácter se quieren desarrollar, se establece claramente qué conductas y actitudes serán promovidas en la institución y cuáles no serán aceptadas. Por ejemplo, nuestro programa propone ser amable, ser respetuoso y ser correcto, tres fortalezas que impactan directamente en nuestra manera de relacionarnos con los demás. Incluso, fortalezas como ser entusiasta o ser constructivo ayudan a promover una sana convivencia”.

Asegura Trinidad Montes que “incidir en la cultura escolar es un trabajo de mediano plazo y todavía nos queda mucho por aprender para ser más efectivos e impactar profundamente en la formación del carácter de nuestros alumnos”.


Lo que han desarrollado en Astoreca es un marco normativo para la vida en común, un lenguaje compartido y un sello identitario en torno a las personas que buscan formar. “Creemos que las fortalezas del carácter seleccionadas y la metodología que proponemos pueden ser aplicables a cualquier establecimiento educacional cuyo proyecto educativo busque formar a la persona de manera integral”, señala Trinidad Montes.

—¿Por qué trabajar el carácter de los alumnos afecta positivamente su aprendizaje?
—Existe evidencia consistente de que las fortalezas del carácter tienen un impacto relevante en la capacidad de los estudiantes para alcanzar su bienestar personal, cumplir sus sueños y contribuir a la sociedad. Dicho de otra manera: educar el carácter afecta positivamente el aprendizaje con mayúscula.

En todo caso, educar el carácter no es algo nuevo. La formación en valores y virtudes ha estado históricamente en el corazón de los proyectos educativos de muchos colegios; por ejemplo, de los colegios confesionales. Sin embargo, en el último tiempo este tema ha tomado más fuerza gracias a la evidencia que han aportado economistas como James Heckman, quienes han demostrado la importancia de las habilidades “blandas” en el desarrollo de las personas y de sus comunidades. Por ejemplo, en el informe “Habilidades para el progreso social” de la OCDE, se presentan estudios que confirman el efecto positivo de este tipo de habilidades en la vida laboral, las relaciones interpersonales, la disminución de las conductas de riesgo y antisociales, en la participación ciudadana, entre otras. Por otro lado, la psicología positiva ha recogido la evidencia acerca de las características que tienen las personas bien adaptadas a la sociedad. El trabajo de Martin Seligman en torno a las virtudes y las fortalezas del carácter, de Carol Dweck en torno a la mentalidad de crecimiento o de Angela Duckworth con la idea de grit (una mezcla de persevancia y pasión) también han aportado evidencia de los beneficios de desarrollar el carácter. Por último, la importancia de educar el carácter también ha sido confirmada por nuestros profesores, quienes nos han transmitido la necesidad de apuntalar el trabajo que hacemos a nivel académico, desarrollando en los niños las fortalezas que les permitirán convertirse en mejores personas y mejores estudiantes.

—¿Qué resultados han observado en la implementación de este programa?
—Hemos visto que de a poco se ha ido instalando el lenguaje de las fortalezas en los colegios. Es bien alentador ver cuando los profesores, niños y jóvenes empiezan a usar este lenguaje y las distinciones referidas a las fortalezas al mirarse a sí mismos y a sus compañeros. Por otro lado, el programa ha permitido ordenar los esfuerzos que siempre han existido en nuestros colegios por educar el carácter. De alguna manera, lo que se ha logrado es dotar de sentido y aprovechar mejor muchas actividades que se venían realizando de antes (ritos, celebraciones, campañas, reglas y procedimientos), pero que ahora tienen una intencionalidad distinta, ya que buscan promover las fortalezas. El trabajo específico que se ha hecho en torno a la amabilidad, por ejemplo, está impulsando mejores relaciones entre los estudiantes y creemos que es un aporte a la convivencia. En todo caso, sabemos que incidir en la cultura escolar es un trabajo de mediano plazo y todavía nos queda mucho por aprender para ser más efectivos e impactar profundamente en la formación del carácter de nuestros alumnos.

—¿Cómo podemos implementar este programa en los distintos establecimientos educacionales?
—Soy Astoreca ha puesto un énfasis especial en fortalecer la cultura escolar para construir un entorno potente que eduque en las fortalezas. De esta manera, proponemos gestionar activamente el lenguaje, los relatos institucionales, la organización del ambiente, los ritos y las celebraciones, la presentación de modelos, las reglas y sanciones, para que envíen los mensajes correctos acerca de las conductas que se esperan de los alumnos y aquellas que se quieren evitar.

Los 5 criterios para determinar las fortalezas

  1. Que sean universalmente valoradas, esto es, que estén presentes en distintas culturas y códigos morales.
  2. Que sean actuales ya que responden a aspectos que se requiere reforzar en la formación de los alumnos en el siglo XXI.
  3. Que sean intuitivas y de fácil comprensión ya que plantean conceptos significativos para la mayoría de las personas.
  4. Que sean aplicables a toda la comunidad educativa, tanto niños y jóvenes como adultos.
  5. Que estén alineadas con el proyecto educativo de la Fundación Astoreca.

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