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Regístrate y accede a la revistaHasta ahora no forma parte de la enseñanza obligatoria, pero los expertos advierten sobre los potenciales beneficios de trabajar el teatro en el aula, particularmente cuando se trata de formar estudiantes integrales. El desafío, dicen, es alto.
“La práctica del teatro en el contexto escolar apoya el desarrollo del lenguaje, las habilidades para la vida, el acervo cultural, el conocimiento mediante las artes, entre muchos otros aportes relevantes para el desarrollo integral de un estudiante”, asegura muy convencido Alfonso Arenas, jefe de Educación y Comunidad de Fundación Teatro a Mil.
Desde hace años han venido observando a través del programa “Teatro en la Educación” –que desarrollan actualmente en cuatro comunas de la Región Metropolitana–, “cómo los alumnos que participan van creciendo más felices y con más capacidades para reconocerse en los otros, con más empatía y respeto, porque el teatro es un ejercicio colectivo donde siempre tenemos que trabajar con otros y otras. Esa posibilidad no siempre se da orgánicamente en la educación formal, y si incorporamos el teatro dentro del currículo, todos podrán tener esa oportunidad”.
Sucede que, dice M. Elisa Rodríguez, psicóloga educacional y académica de la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes, “incluir actividades de expresión teatral de calidad en la formación de los alumnos permite acercarlos de una manera experiencial a distintos textos para conocer diversas perspectivas y aspectos del ser humano (problemas, sentimientos y situaciones), además de ofrecerles una forma de expresión creativa. Por otra parte, la exposición a obras de teatro ayudará a apreciar críticamente las formas de expresión y los efectos que tienen en la audiencia. De esta manera, facilita el desarrollo de habilidades de pensamiento de orden superior relacionadas con el análisis, la evaluación y la creatividad”.
Alfonso Arenas cuenta que la experiencia del teatro es clave en el desarrollo humano desde la primera infancia, porque amplía la observación y la escucha del otro, de sí mismo y del grupo al que se pertenece. “Las artes escénicas buscan ser un espejo de la realidad y dar cuenta de lo que ocurre en el mundo, y desde sus orígenes han buscado enseñar de manera lúdica y participativa a las comunidades, a encontrarse y a reconocerse. En el aula, todas estas características son esenciales para el desarrollo integral de los estudiantes, y el teatro reúne todas las condiciones para ir trabajando con ese horizonte”.
El problema es que actualmente solo artes visuales y música son parte del currículo obligatorio. “El teatro no ha sido parte del currículo hasta el momento porque, en parte, el currículo ha sufrido transformaciones que tienen más que ver con responder a la lógica de los resultados estandarizados. Incluso, las artes visuales y la música han ido perdiendo espacio dentro de las escuelas. Pero ¿qué pasa con la formación de un sujeto integral? Acá todavía el desafío es enorme, y el teatro puede ser una herramienta muy poderosa para trabajar en esta línea. Hoy en día existen variadas iniciativas que trabajan el teatro dentro de la escuela y pueden ser miradas como casos exitosos para implementarlo a nivel más macro”.
Explica la académica de la Uandes que “el teatro como forma de dialogar con los textos y como forma de expresión creativa está considerado en las bases curriculares, tanto de educación básica como de educación media. Los establecimientos educacionales tienen la libertad de dedicar mayor o menor número de horas al desarrollo de actividades relacionadas con el teatro según las necesidades de su proyecto educativo, su realidad educativa y el énfasis que quieran dar al desarrollo de distintas habilidades.
—¿Qué beneficios significa el teatro en los alumnos, respecto de la inteligencia emocional?
(AA) La práctica del teatro en el contexto escolar apoya el desarrollo del lenguaje, las habilidades para la vida, el acervo cultural, el conocimiento mediante las artes, entre muchos otros aportes relevantes para el desarrollo integral de un estudiante.
(ER) Un buen programa de teatro tiene la potencialidad de ser un fuerte apoyo al desarrollo de habilidades interpersonales e intrapersonales de los niños. El ejercicio de actuar como otro y en circunstancias propias de otro ayuda al niño a desarrollar importantes habilidades interpersonales (de relación con los demás) porque le permite empatizar con su personaje y con los otros personajes. Por otro lado, distintos argumentos o historias pueden ser excelentes oportunidades para que el niño ensaye modos de resolver conflictos y sus consecuencias. Asimismo, cuando los niños participan activamente en ejercicios de actuación y de desarrollo de roles, mejoran sus habilidades intrapersonales (de relación con nosotros mismos) en la medida en que se conocen mejor. Para ponerse en el lugar del personaje, los niños explorarán sus propias emociones y cómo se expresan las distintas emociones en distintos momentos.
—¿Qué otros aspectos permite el teatro trabajar en los alumnos?
(AA) El teatro activa la comunidad, genera un espacio privilegiado para que la sociedad represente y enfrente sus diferencias, de condiciones para explorar en la subjetividad de cada uno y construye imaginario colectivo y de identidad, factores trascendentales para la sociabilización, proceso complejo y desafiante, sobre todo en el segundo ciclo básico, donde estamos trabajando actualmente.
(ER) Las investigaciones nos han mostrado que programas de teatro de calidad ayudan a los alumnos a desarrollar el pensamiento crítico y la resolución de problemas en la medida en que se ponen en distintas situaciones y pueden comprender las consecuencias de distintas acciones (efectos de las decisiones y conductas) desde puntos de vista diversos (los distintos personajes).
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