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Regístrate y accede a la revistaConversamos con los directores de cuatro organizaciones diferentes –Formando Chile, Aula Cívica, Panal y Grupo Platón–, quienes a través de diferentes modalidades buscan colaborar en la formación de alumnos “más comprometidos”, “empoderados”, “que sean agentes de cambio”, “con mente abierta y capaces de reflexionar”; en definitiva, alumnos preparados para el mundo que viene. Foto: Simón Pinto, Aula Cívica.
Benjamín Rodríguez es el director ejecutivo de Formando Chile, una corporación de educación que, como él señala, “busca desarrollar habilidades en estudiantes de 3° y 4° medio de las comunas más vulnerables de Chile, para que puedan ingresar y mantenerse en la educación superior, basándose en el acompañamiento integral y el rigor académico”. Esto lo realizan a través de dos programas diferentes donde voluntarios trabajan con más de 200 estudiantes provenientes de las comunas con población de menores recursos de Santiago.
Esos programas cuentan con un bloque de “Gestión Personal”: “Trabajamos junto a los estudiantes, diferentes habilidades socioemocionales. Los talleres cuentan con dinámicas grupales e individuales y son dirigidos por tutores con experiencia en el área”, cuenta Benjamín. El desafío, además de que continúen en la educación superior, es entregarles herramientas necesarias para su futuro: “Creemos que un estudiante del siglo XXI tiene que ser enérgico e innovador para motivar a otros, flexible para adaptarse a los cambios, comprometido y perseverante para superar las barreras que se van presentando, y empoderado, seguro de lo que dice y hace, ya que actualmente juegan un rol fundamental en nuestra sociedad”.
En Aula Cívica, liderada por Simón Pinto, el foco es la formación ciudadana de los escolares. “En los últimos años, no tan solo los colegios han notado la carencia de la educación ciudadana en los niños, sino que las autoridades, la ciudadanía y la sociedad civil también. Nuestro objetivo se centra en revalorizar el sentido de ser un ciudadano, de los derechos y deberes que tenemos con nosotros mismos, nuestras comunidades y país. Nos gusta ser ambiciosos y que un ciudadano no se quede ahí, sino que también busque aportar y ser parte de los desafíos locales y nacionales. Ser un agente de cambio y de transformación”, enfatiza Simón.
El trabajo de Aula Cívica consiste en “apoyar a las escuelas en la formación de los futuros ciudadanos del país, pero que hoy son ciudadanos en sus comunidades escolares. Nuestro trabajo lo hacemos vinculando jóvenes voluntarios con colegios de entornos vulnerables. Jóvenes universitarios con sentido por lo común, la ciudadanía y la educación. Y colegios abiertos y dispuestos a recibir ayuda para trabajar juntos, abrir sus puertas y recibir a la sociedad civil que quiere ser parte de su tremendo trabajo, la educación”, señala Simón.
Luis Mejías es el director ejecutivo de Panal, una organización que “promueve el empoderamiento de jóvenes para que confíen en que pueden desarrollar sus capacidades y ser agentes de cambio de su propia comunidad escolar, haciéndose cargo de problemáticas o desafíos que ellos mismos identifican”.
En concreto, realizan siete sesiones donde, a partir del reconocimiento y trabajo de ciertas habilidades para la vida, como el autoconocimiento, la empatía, la reflexión y la comunicación, y también desde la comprensión y práctica de una noción implícita como lo es la teoría de la mentalidad de crecimiento, se realiza una acción de cambio en la comunidad escolar; es decir, señala Luis, “se idea y ejecuta alguna acción que se identifique como necesaria para que su comunidad resuelva un problema y sea más feliz”.
“Creemos en jóvenes estudiantes cuyas decisiones no son determinadas por sus notas, puntaje SIMCE o PSU, sino que son capaces de generar un propósito y moverse en pos de él. Creemos en jóvenes con desarrollo integral, lo que significa que el potenciar en ellos habilidades para la vida –también llamadas habilidades del siglo XXI– debe ser fundamental. Más específicamente, consideramos que los jóvenes deben ser capaces no solo de pensar en su futuro y desarrollo profesional, sino también de empatizar con su entorno, reflexionar críticamente sobre él, identificar problemas y hacerse cargo de estos, trabajando de forma cooperativa, en pro de una comunidad más feliz”, concluye Luis.
Denis Echegaray y Sergio Yáñez son los fundadores de Grupo Platón, el cual tiene como objetivo “brindar una herramienta de gestión educacional transversal y de calidad, que ayude a los centros educativos a formar personas íntegras. Nuestra meta es ser un complemento de la educación actual y lograr generar un cambio en el paradigma de la educación”.
En concreto, a través de un programa de 50 minutos semanales, para alumnos de primero básico a cuarto medio, Grupo Platónbusca dejar de enseñar académicamente las habilidades sociales: “Nos alejamos del juicio constante de los docentes en las calificaciones, que por una hora a la semana dejen de enjuiciar lo que alguien les dice que es y no es. Ya con este ‘no límite’ definido, hemos desafiado a los alumnos a desarrollar actividades dejando el miedo a errar a un lado y a los docentes a ‘simplemente’ observar comportamientos. El rol de Platón en lo anterior es generar la instancia para que ocurran las cosas. Este modelo de desarrollo del programa se basa en cinco indicadores que se miden a lo largo del tiempo, en donde semana a semana se realizan actividades en las cuales el docente guía y los alumnos accionan”, cuentan Denis y Sergio.
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