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Regístrate y accede a la revistaEl año 2018 conversamos con el entonces subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, hoy Ministro de Educación, sobre su lado B. Sus recuerdos por los profesores que lo cuidaban en la hora del recreo o del “patio” y la amistad que se forjó en esos años y que mantiene hasta el día de hoy.
No es nuevo en educación. Durante el gobierno pasado, fue el director ejecutivo de Acción Educar y cuando se trataba de debatir temas de educación en el Congreso, era uno de los principales invitados por los parlamentarios al hemiciclo. Raúl Figueroa, es abogado de la Universidad Católica y máster en Derecho de la Empresa de la Universidad de los Andes, y conoce de cerca el tema educativo.
Entre 2010 y 2014 fue jefe de la División Jurídica y jefe de Asesores del Ministerio de Educación. En 2014 fundó Acción Educar, centro de estudios que busca aportar al debate de las políticas públicas en el ámbito de la educación, donde se desempeñó hasta este año como director ejecutivo.
—¿Cuál es su mejor recuerdo de la época escolar?
—La amistad que se forja en el colegio es el principal recuerdo que tengo de esos años, con quienes mantengo lazos hasta el día de hoy. Por un período, lamentablemente breve, formé parte del equipo de atletismo del colegio. Uno de los buenos recuerdos fue haber podido representar a mi colegio en las competencias interescolares.
—¿Cómo definiría su conducta en el colegio?
—Mi curso era bastante inquieto y existía una natural tendencia al desorden, pero que siempre se canalizaba adecuadamente. No todo se puede contar… pero puedo decir que muchas veces fui asiduo al castigo de las “17:00 horas”.
—¿Recuerda a algún profesor en particular?
—Tengo recuerdos muy buenos de mis profesores. Especialmente, de aquellos que sabían combinar el rigor con la simpatía. Los que más me marcaron fueron los profesores “del patio”, como Ulpiano Baranda y Edgardo “el perro” Vidal. Ellos lograban combinar la disciplina con el buen humor, lo que llevaba a tenerles mucho respeto y cariño.
Recuerdo también a Alberto Larraguibel, “el Larry”, profesor de Historia de Chile, que era muy alto y se paraba arriba de una silla durante las pruebas, desde donde, con precisión milimétrica, mandaba un tizazo al que osara copiar.
—Actualmente, ¿a qué dedica su tiempo libre?
—Este trabajo deja poco tiempo libre. Trato de llegar a comer con mi señora y mis niños durante la semana. Los fines de semana me gusta pasarlos con mi familia, idealmente con la parrilla prendida. Siempre fui deportista, pero lamentablemente el físico ya no acompaña como antes, lo que estoy tratando de recuperar con la bicicleta y algo de tenis cuando el tiempo lo permite.
—¿Se considera un buen lector?, ¿qué libro está leyendo ahora?
—La última novela que me leí completa fue “Jazz” de Tony Morrison y hoy día lo que tengo en el velador son los “Cuentos de Canterbury”.
EDUCACIÓN CHILENA:
Una puerta de acceso a nuevas oportunidades.
PROFESORES:
El motor de la educación.
BUROCRACIA EN EDUCACIÓN:
Un obstáculo que debe ser erradicado.
GRATUIDAD EN EDUCACIÓN:
Un beneficio que implica una gran responsabilidad.
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