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Regístrate y accede a la revistaEn las artes visuales entendemos como claroscuro el contraste que se produce entre las sombras y la luz en una obra; esto, con el fin de resaltar ciertos elementos plásticos del cuadro, y desarrollar efectos de modelado y relieve en él. El claroscuro fue desarrollado en un primer momento por los pintores flamencos e italianos del Cinquecento, pero la técnica alcanzó su madurez en la época barroca, dando paso al estilo tenebrista. Esta tendencia pictórica desarrolló una aplicación radical del claroscuro, donde las figuras principales destacan iluminadas sobre un fondo generalmente negro, provocando en el espectador una sensación de dramatismo y teatralidad. Este es el caso de uno de los maestros de la técnica, Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669), pintor y grabador neerlandés, considerado uno de los artistas más importantes de los Países Bajos. Rembrandt utilizó la luz y la sombra para generar una atmósfera en donde pudiese poner en tensión ciertas acciones o figuras en sus cuadros. Esto lo podemos ver representado en su obra “Autorretrato a la edad de 63 años”, ejecutada en el año 1669, poco antes de su muerte. En esta pintura, distinta de otros autorretratos, el artista prefirió su representación sin mayores artificios, privilegiando la austeridad de la composición, ayudándose solamente de los efectos de luz y sombra. Su ropaje no está detallado minuciosamente, y esto, más la oscuridad como telón de fondo, permite que toda la atención se centre en el rostro, que está siendo iluminado por una fuente de luz. Además, sus manos entrelazadas y recogidas, se retraen a un segundo plano, aportando el efecto dramático que el artista quiso dar a su autorretrato. Rembrandt nos observa pensativo, con mirada penetrante y sincera.
Más de 300 años después, el artista estadounidense Dan Witz (1957) actualiza la técnica del claroscuro para llevarla a sus retratos hiperrealistas. Witz revive el dramatismo exacerbado que provoca visualmente el contraste entre zonas de oscuridad y de luz en un cuadro, y donde, apropiándose de la artificialidad lumínica que proporcionan las pantallas de aparatos tecnológicos, realiza una crítica indirecta al uso de estos. “May” es una pintura que corresponde a una serie de retratos realizados por el artista entre los años 2007 y 2010, con los cuales, bajo los mismos aspectos formales que los artistas barrocos y tenebristas, Dan Witz provoca un espacio íntimo, reflexivo y con tintes dramáticos. “May” es la representación de una chica de nuestra época, quien como muchos de nosotros se mantiene absorta frente a la pantalla de su teléfono celular.
Actividad
(RECOMENDADA PARA PRIMER CICLO BÁSICO)
Para comenzar, se sugiere presentar a los estudiantes algunas obras de artistas barrocos y tenebristas (Rembrandt, Caravaggio, Zurbarán, De Ribera) donde se ponga en evidencia el uso del claroscuro. Luego, el docente y sus alumnos reflexionan en torno a los aspectos formales de la obra, colocando especial atención en los lugares de luz y oscuridad en la imagen. También se sugiere atender a la intencionalidad del artista sobre el cuerpo del representado, y cuál fue el lugar que quiso resaltar el artista.
El ejercicio práctico consiste en la realización de un retrato al estilo tenebrista. Para ello se sugiere el trabajo en duplas, para que un estudiante sea modelo de otro. La base para ello es un papel negro (cartulina), el alumno deberá captar las zonas de mayor intensidad de la luz proyectada en el rostro de su compañero, e ir iluminando con tiza o lápiz pastel.
Para finalizar, cada alumno debe presentar su trabajo y comentar su creación propiciando la reflexión crítica entre los compañeros.
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