Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaCon cariño revive sus momentos del colegio la destacada académica e investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP) Sylvia Eyzaguirre. Está casada con Fulvio Rossi y tiene una pequeña hija que –dice– le ha cambiado de forma radical su vida. “Ahora trato de llevarla a los juegos en la plaza o jugar con ella en la casa”.
Ingresó como investigadora en el Centro de Estudios Públicos entre 2010 y 2011, y al año siguiente se incorporó como asesora del ministro de Educación, en lo que permaneció hasta 2014, cuando volvió al CEP.
Sylvia Eyzaguirre, además, ha dictado cursos de filosofía en la Universidad Andrés Bello, Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile. Sin embargo, uno de los trabajos que más la han marcado fue haber sido profesora de Filosofía en el colegio San Joaquín de la Fundación Astoreca, en Renca. “Hice clases de Filosofía a tercero y cuarto medio, y fue uno de los trabajos más difíciles y demandantes que he tenido”, cuenta Eyzaguirre.
—¿Qué memorias se te vienen a la cabeza de la época escolar?
—Tengo un muy buen recuerdo de la época escolar, a pesar de que mi conducta era bien mala. Me gustaba mucho quedarme a las actividades extraprogramáticas, participaba de todos los deportes: vóleibol, hockey, atletismo, gimnasia olímpica, y también me gustaba el teatro. Tuvimos la oportunidad de ir de gira al Reino Unido con cuatro obras de teatro, que fueron representadas en teatros de verdad. Una gran experiencia.
—Tenías algún profesor al que admirabas…
—Mi profesora jefa de cuarto básico, Pilar Junco, fue fundamental para mí en el apoyo socioemocional, la recuerdo con mucho cariño.
Después, en los últimos dos años de colegio, tuve el privilegio de tener clases con Nick Connolly, un profesor irlandés de Literatura y Teatro, él incentivaba a los estudiantes a leer y estudiar más allá de las obligaciones escolares, con preguntas y reflexiones nos invitaba a pensar, a ejercer espíritu crítico, trabajar en equipo. Fue sin duda un profesor excepcional que me marcó mucho.
—Entremedio de tus actividades académicas y el tiempo que dedicas a tu familia, ¿recuerdas el último libro que leíste?
—Hace poco terminé “El desierto de los tártaros” de Dino Buzzati. Es una obra interesante, sobre el sentido o, más bien, sinsentido de la vida, muy en la línea de “Esperando a Godot” de Beckett. Puede ser tediosa a ratos, pues en realidad en la novela no pasa nada, pero ese es el punto.
—Vas al cine, ¿qué película viste recientemente?
—Hace tiempo que no voy al cine, la última película que vi fue “Silencio” de Scorsese, que se estrenó hace ya varios meses. Es una película bien pretenciosa, pero bien lograda. El tema tiene que ver con la arrogancia y la redención.
—¿Qué haces en tu tiempo libre?
—Me gusta mucho ir a ver obras de teatro, exposiciones de arte, conciertos de música, por lo general de música clásica, el buen cine. También me gusta hacer ballet y subir cerros. Pero, la verdad es que desde que tuve a mi hija (hace dos años) he cambiado de forma radical el uso de mi tiempo libre. Ahora trato de llevarla a los juegos en la plaza o jugar con ella en la casa.
En pocas palabras…
|
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.