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Regístrate y accede a la revistaEsta herramienta busca mejorar la comunicación y participación al interior de las comunidades escolares, de manera de construir un entorno colaborativo y sano para el aprendizaje, y detectar a tiempo los casos de violencia escolar.
Brave UP es un programa que tiene dos focos, el primero es educar y prevenir para fomentar una sana convivencia y el segundo es la detección y acompañamiento de casos de acoso escolar, donde integran una app que es usada por alumnos, profesores y apoderados.
En esta entrevista, Álvaro Carrasco, fundador y Director Ejecutivo de Brave Up, cuenta que esta innovadora propuesta nace en 2015 en un proceso de creación en SociaLab, apoyados por el Banco Interamericano de Desarrollo y hasta la fecha, la aplicación ha sido usada en 18 colegios con más de 15.000 alumnos y sus familias. Hoy están trabajando en Colombia, Ecuador, Costa Rica y España, realizando pruebas, reuniones y primeros pilotos para la internacionalización del programa.
—¿Cómo funciona la aplicación?
—La aplicación es gratuita y se descarga directamente desde App Store para iPhone y Google Play para dispositivos Android. Al descargarla, te pide un nombre de usuario y contraseña que el colegio les proporciona a sus alumnos, apoderados y profesores.
Tiene tres funciones, un diario mural online que busca potenciar las actividades positivas diarias del colegio para visibilizar el día a día de los docentes, mantener a las familias enteradas del proceso educativo y a los alumnos motivados con sus diferentes gustos y actividades. Estas noticias son publicadas a través de la aplicación o desde un panel de control para el computador.
La segunda función son mensajes ilimitados que envía el colegio a su comunidad escolar. Puede segmentar los destinatarios por curso y nivel, o enviar a todo el colegio si así se desea.
Y, por último, ofrece el Modo Brave UP, que es un espacio donde alumnos víctimas o testigos de bullying pueden escribir de manera anónima y confidencial para que así desde donde quieran, en el momento que quieran y sin que nadie se entere, puedan contar lo que estén viendo o viviendo en el colegio. Con este espacio buscamos romper el círculo de la violencia, empoderando al alumno testigo para transformarlo en un agente de cambio dentro del colegio.
—¿Qué resultados han obtenido?
—Tenemos ya más de 500 mensajes recibidos en el Modo Brave UP, se han publicado más de 1.200 noticias en el diario mural y se han enviado más de 800 notificaciones.
Hemos logrado detectar casos de bullying y ciberbullying de manera confidencial, sin que se exponga a quien lo ha escrito y a quienes han participado de los casos de violencia y casos que han estado por meses en el colegio y que nadie sabía que existían.
Aunque sabemos que no podemos darnos el crédito absoluto porque el trabajo que hacemos es en conjunto con toda la comunidad escolar, los colegios con los que trabajamos han logrado subir entre 2 y 4 puntos los índices de clima de convivencia escolar, autoestima académica y motivación escolar, lo que nos muestra que al instalar nuestro programa la percepción de seguridad, tranquilidad y un mejor trabajo en cuanto a la convivencia escolar aumenta.
—El programa también promueve el uso responsable de redes sociales, ¿cómo lo hace?
—Contamos con charlas y talleres enfocados en el uso responsable de las redes sociales para padres, alumnos y profesores, donde tocamos temas como la evolución de las redes sociales en nuestra sociedad, el uso responsable de ellas, ciberbullying y grooming.
Son charlas de 45 minutos que buscan educar y prevenir los distintos casos de violencia online, donde construimos un espacio de confianza junto a los alumnos. Al finalizar la charla nos cuentan sus experiencias en redes sociales, lo que ven y están viviendo en el colegio y donde comenzamos a detectar situaciones que no se sabían.
El protocolo de trabajo es contar en las charlas con el profesor jefe y alguien del equipo de convivencia escolar para que vean las reacciones, miradas e interacciones entre los alumnos mientras damos la charla, y están apoyados por nuestro psicólogo, quien también observa las reacciones de los estudiantes y luego entrega sus observaciones para que la charla se cierre con un conversatorio entre los alumnos y su profesor jefe.
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