Está claro que la educación de hoy necesita de líderes que dirijan con vocación de servicio, directores capaces de gestionar el día a día de su escuela, sabiendo que esta, está compuesta por distintos actores, quienes conforman la comunidad educativa.

Señala Emma Tinoco, del TEC de Monterrey, que “los líderes que buscamos para estar al frente de nuestras escuelas, deben ser verdaderos diseñadores sociales, capaces de visualizar y construir espacios…”

Cada vez es más recurrente que padres y apoderados necesiten orientaciones concretas, profesores que requieren de luces claras que den respuesta a su desarrollo e ilusión profesional y alumnos a quienes hay que ayudar a que aprendan, a que desarrollen al máximo su libertad; que sean, en definitiva, personas de bien.

Carmen Pellicer, pedagoga Valenciana, comentará que el liderazgo “entendido como una fuerza compartida que transforma todo el centro, es donde los profesores que son más fuertes son capaces de ayudar a sus compañeros a crecer como equipo”.

Revisaremos algunos criterios y visiones respecto al liderazgo, pero, sobre todo; nos detendremos en las buenas prácticas, en particular el caso de la escuela Juan Pablo II de alto Hospicio, en donde su director, César Gavilán; con conciencia clara de su quehacer profesional, va paso a paso ilusionando e inculcando cambios estratégicos que harán de su escuela, en sólo en cinco años; la mejor de la región.

Liderar un establecimiento escolar, una familia, una sala de clases, un alumno; no es más ni menos que encontrar y poner en práctica principios sólidos y coherente; que permitan  guiar con acierto la gestión educativa.

Alfredo Zelaya E. - Director Ejecutivo Grupo Educar