Para que las grandes ideas se transformen en grandes políticas debemos analizar la realidad a la luz de lo cotidiano. En educación esto implica focalizar la atención en sus protagonistas: estudiantes, familias, profesores y directivos, los artífices de la experiencia escolar. Por eso son fundamentales los procesos de gestión que ocurren en los establecimientos, porque se trata de interacciones y relaciones relevantes para sostener las trayectorias de mejora.

Es así que después de avanzar en entregas de resultados educativos que hoy incluyen estándares de aprendizaje, reportes por eje del currículo, ejemplos de preguntas y errores frecuentes -además de los Indicadores de Desarrollo Personal y Social-, desde este año la Agencia de Calidad entrega información oficial acerca de  los procesos de gestión escolar, aquellos que repercuten todos los días en las salas de clases de nuestro país

Las Visitas de Orientación y Evaluación del Desempeño que realizamos son un registro in situ, sustancial, de lo que sucede en los establecimientos, el lugar donde se manifiestan los procesos de enseñanza, aprendizaje y convivencia entre los distintos actores. A partir de estos registros construimos el libro Panorama de la gestión escolar, documento que busca responder una interrogante fundamental de nuestro sistema educativo: ¿Cómo avanzamos en calidad en las escuelas que más lo requieren?

En el marco del trabajo del Sistema de Aseguramiento de la Calidad, apostamos a que la respuesta se sustente en un trabajo de orientación y apoyo basado en la confianza y en la profesionalización de las escuelas. Esto, junto con el refuerzo de las expectativas de docentes y de los propios estudiantes, son las que permiten innovar y generar más y mejores oportunidades de aprendizajes para todas nuestras niñas, niños y jóvenes.

Así lo hemos visto en las Visitas de Aprendizaje, las que tienen como propósito recoger experiencias en escuelas de alto desempeño, que sirvan como evidencia de que “es posible” avanzar hacia una educación de calidad, aun cuando el contexto genere mayores dificultades.

Pero no se trata de dar recetas. Sabemos que la calidad no mejora por arte de magia o apretando tres botones. Se trata entonces de tener un propósito que oriente el trabajo de toda la comunidad escolar, y que ponga como foco principal del quehacer aquello que ocurre al interior de las salas de clases, y que asegura que todos los estudiantes alcancen aprendizajes significativos.

Como institución buscamos incentivar una cultura del mejoramiento, donde cada decisión se funde en información relevante y se sostenga en experiencias exitosas y redes de apoyo que acompañen cada esfuerzo realizado por la escuela. Hacemos un llamado especial a las comunidades a no aflojar y continuar con su esfuerzo por consolidar y mejorar la calidad escolar que entregan, para juntos dar un salto en calidad con equidad en nuestro país.

Carlos Henríquez, Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación.