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Dic 2024 - Edición 289

Familia y colegio unidos en el aprendizaje

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Finalista Global Teacher Prize, “Debemos creer en nuestros estudiantes, ellos son capaces de lograr cualquier sueño”

Mario Santibáñez (1986), nacido y criado en Valdivia, donde estudió Biología, fue elegido este año como uno de los 50 mejores profesores del mundo, como finalista del Global Teacher Prize, que entrega anualmente un millón de dólares a través de la Fundación Varkey GEMS, en Dubái.

Por: Marcela Muñoz
Finalista Global Teacher Prize, “Debemos creer en nuestros estudiantes, ellos son capaces de lograr cualquier sueño”

Al contrario de lo que pudiera creerse, los inspiradores del profesor recién galardonado Mario Santibáñez no son Finlandia o Singapur, sino Gabriela Mistral y la educación rural. “Ella para mí es un referente. Fue reconocida mucho más en el extranjero que en Chile. Se le negó mucho tiempo el título de profesora, a una mujer que ejercía la docencia con buenos resultados, mucho compromiso, una tremenda calidad literaria”, dice.

Este profesor de Biología cuenta que durante los últimos cuatro años hasta abril se desempeñó como docente de ciencias en el Liceo Instituto Tecnológico y Comercial de Recoleta, un colegio gratuito técnico profesional, administrado por la Cámara de Comercio a través de la Fundación Comeduc, donde el 90% de los alumnos proviene de hogares vulnerables y muchos son de origen migrante, y que estuvo a punto de cerrar. De hecho, fue uno de sus alumnos, Javier Camaño, quien lo postuló al galardón. 

Al momento de preguntarle por su reconocimiento, Mario se emociona: “Fue uno de los instantes más increíbles y emotivos de mi vida. Cuando me anunciaron que fui seleccionado como uno de los cinco mejores profesores de Chile, para mí ese fue un tremendo premio. El recibir el cariño y reconocimiento de mi comunidad escolar”.  

Ya es reconocido a nivel mundial por sus pares e incluso trabajará en cooperación con colegas de otros países. Fue así como, durante el primer semestre de este año, EducAfrica lo invitó para ser conferencista en una actividad donde había personas del mundo escolar de Sudáfrica y de Chile. “Al compartir mi experiencia, muchos se sintieron identificados y muchos otros quisieron saber cómo lo hice. Mi respuesta fue siempre: ‘Creyendo que se puede’ ”. 

con los estudiantes

—¿Cómo es la metodología de su trabajo y planificación de clases?

 —Al principio, el desafío para mí fue mayor, al provenir de la academia universitaria. Mi concepción del aprendizaje de las ciencias tenía algunos estándares mínimos para realizarse que, al llegar me encontré con que no existían. El laboratorio de ciencias que recibí en el colegio estaba completamente en desuso y sin equipamiento, sucio y descuidado. Fue ese mi primer objetivo: lograr recuperar, implementar y utilizar el laboratorio. Con un grupo de estudiantes formamos un taller de ciencias, “Green Dream”, siendo nuestra primera actividad la recuperación de las áreas verdes que se encuentran en nuestro establecimiento, realizándose el día del aniversario del colegio. Esto provocó gran impacto en la participación de los estudiantes en las actividades propuestas y fue la semilla de lo que estaba por venir.

 —¿Qué ocurrió con los alumnos?

—Gracias al trabajo en nuestras áreas verdes, los estudiantes generaron un proyecto de investigación utilizando distintos sembradíos de trébol. Con ese proyecto nuestro establecimiento participó por primera vez en una feria científica, la Feria de Sustentabilidad de la Región Metropolitana, obteniendo mención honrosa; eso provocó que, unos meses después, fuésemos invitados a la Feria del Medio Ambiente en Espacio Riesco, ocasión en que el Ministerio del Medio Ambiente dispuso buses para el traslado de nuestros estudiantes. Después de aquello vinieron nuevos proyectos, desafíos, y también nuevos reconocimientos. 

—¿Cómo incorpora herramientas innovadoras y prácticas que motiven la participación y creatividad de los alumnos?

—Exploré diversas actividades: individuales, en parejas, en grupo, tanto en aula como en laboratorio, patios y áreas verdes. Utilicé diversos recursos, imágenes, lecturas, maquetas, dibujos, guías, música y videos. Fui construyendo mi propio esquema metodológico, principalmente porque en el contexto en que estoy, soy yo el responsable de buscar las mejores estrategias y no habría nadie con la respuesta adecuada para mis estudiantes sin conocer ese contexto en el cual nos encontramos.

Todos los alumnos pueden 

—¿Cuál cree que ha sido su aporte?

—Aumentar su autoestima, ya que han sido convencidos de su escaso potencial, yo me esmero en generarles altas expectativas, lo cual se refleja en las palabras del director del establecimiento. Eso es una muestra del impacto que busco crear en mis estudiantes, al demostrarles que son capaces de cumplir los objetivos o metas que se planteen en cualquier ámbito.

Cuenta Mario Santibáñez que su aula es diversa, con un gran número de alumnos inmigrantes. “Por ello, mis metodologías y didácticas deben incluir a todas las personas, sin importar su nacionalidad, y siento que ese trabajo se realiza”.

 

 

5 aspectos clave para un buen docente

  1. La colaboración es la clave, sobre todo en aula diversa.
  2. La computación también es fundamental en mi aula, los estudiantes exploran entornos virtuales donde ellos mismos son los mecanismos de defensa o los generadores de energía dentro de una célula. Utilizando el juego virtual Kokori, lo logran y aprenden de una forma que tenían casi olvidada en el aula: jugando.
  3. Cada oportunidad de capacitarme es una oportunidad para que mis estudiantes crezcan, así que siento la obligación de tomarlas cada vez que es posible.
  4. Las visitas pedagógicas han sido una constante en mis asignaturas.
  5. Debemos creer siempre en nuestros estudiantes, yo sé que son capaces de lograr cualquier sueño. Mi labor es que ellos también lo sepan, solo deben creer en ellos mismos y mi tarea es que vean reflejado en mí todo su potencial.

 

El valor de la educación TP 

Actualmente, trabaja en el Departamento de Educación de Recoleta, como jefe de didáctica de Ciencias en el municipio y está a cargo del ramo en 19 colegios de la comuna. 

«A la educación técnico-profesional le otorgo una enorme importancia ya que entrega a los estudiantes herramientas para que se puedan desenvolver en el mundo actual. Creo que tenemos una gran deuda con ellos al entregar un programa de estudios tan distinto del de los liceos científico-humanistas. 

Estos últimos están enfocados en preparar para la universidad; por ello, nuestros estudiantes de liceos Técnicos Profesionales deben esforzarse mucho más para acceder a la educación universitaria».

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