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A cargo de un establecimiento superior que imparte 51 carreras de pregrado y 63 programas de magíster, y tiene cerca de 18 mil alumnos, Rubén Covarrubias confiesa ser un amante de la lectura, una de las maneras que tiene de enfrentar el estrés.
¿Qué existe detrás del proyecto de gratuidad?
—La propuesta se funda en un mal diagnóstico basal según el cual se necesita efectuar una reforma a la educación superior. En consecuencia, la gratuidad es uno de los elementos que se enmarcan dentro de la reforma, pero verdaderamente lo que está en peligro es la autonomía de las instituciones de educación superior del país. Ese es el gran riesgo que existe y lo que debemos defender a plenitud.
¿Qué ocurre entonces?
Sucede que cuando el Estado de Chile señala que es necesario realizar un cambio tan trascendente como lo es cambiar el subsidio a la demanda por el de la oferta, lo que hace es establecer presupuestos institucionales, pensados probablemente para instituciones que están en estado de régimen y en el plató de su desarrollo, que son dos o tres. Entonces, no mira la realidad del sistema en su conjunto, donde todas, incluyendo a gran parte de las universidades regionales, requieren un desarrollo gigantesco. En consecuencia, al modificar el subsidio a la oferta, el Estado restringe la autonomía de las instituciones de educación superior.
Se ha señalado que los recursos no alcanzarán para implementar las nuevas políticas educacionales...
—La situación estará cada vez más convulsionada. Existe una baja disponibilidad de recursos, y una reforma tributaria que no va a recaudar ni el 75% de los recursos que se pensaba. El país está más polarizado y eso me preocupa. No es sano lo que está sucediendo en Chile. Se debe reasumir el liderazgo gubernamental, para tomar conciencia de que Chile necesita reformas, pero paso a paso y no con refundación.
El lado b del rector
¿Qué libro está leyendo? “Detrás del Muro”, de Roberto Ampuero, y otro que vamos a presentar pronto: “Comunicación, redes y poder”.
¿El profesor que más recuerda? “Mi vieja profesora de educación básica, la señora Julia Quintana, que en paz descanse. La recuerdo porque era una persona que me ayudó mucho, era un encanto y me marcó durante toda mi vida”.
¿Qué haría si fuera ministro de Educación? “Por favor, eso no… Reforzaría la educación primaria en forma muy potente: las salas cuna, parvularia y el primer ciclo de educación básica; algo que siempre debiésemos haber realizado. También, reforzaría la educación pública, dejando con mayor libertad a los colegios particulares subvencionados, reforzaría los proyectos educativos y daría plena autonomía a los liderazgos educacionales.
En pocas palabras…
Educación superior: “Allí se forman los liderazgos para el futuro de Chile”.
Profesores: “Son el alma de la educación”.
Gratuidad en educación: “Una equivocación gigantesca”.
Universidades privadas: “Gran aporte al desarrollo nacional. Les han entregado cobertura y posibilidades para que los más vulnerables puedan cumplir con su sueño de poder formarse”.
Alumnos vulnerables: “Una necesidad del país ante la cual debemos buscar las políticas públicas para que tengan acceso en todos los niveles de la educación”.
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