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Regístrate y accede a la revista“Los municipios no estábamos preparados para ejecutar la tarea educativa”, sostiene el alcalde de Pudahuel, Johnny Carrasco (PS), sobre los inicios de la educación municipal. Hoy tampoco lo están.
En pleno paro de profesores, Johnny Carrasco nos recibe amablemente en su oficina en la Municipalidad de Pudahuel y, de entrada, nos anuncia su retiro, ya han pasado más de 20 años desde que en 1992 asumiera la alcaldía por primera vez. “Hay que dar paso a nuevas generaciones”, dice sonriendo. También nos cuenta que es profesor, pero nunca ha ejercido, no se siente capacitado para estar en una sala de clases, se necesita más que un título para formar personas. “Yo regularicé mis estudios con las carreras marmicoc ( preparación extraordinaria que se hizo durante el gobierno de Frei Montalva para aumentar la dotación de profesores y poder así cumplir un compromiso de campaña. Patricio Rojas habla de ese tema en «Tiempos difíciles»)”, revela.
Asegura que su experiencia le ha confirmado que los municipios no son el ente idóneo para gestionar la educación, por eso promueve la desmunicipalización. “Si a mí me preguntan: ‘Johnny ¿quieres partir tú desmunicipalizando la educación?’, yo digo inmediatamente que sí”, cuenta. “Creo que debe existir una instancia que sea 100% encargada de la educación y no esté dedicada a otras cosas. Yo, como alcalde, tengo que ver la poda de un árbol, el plan regulador, los cementerios… por más que tenga profesionales a cargo, no estoy totalmente ocupado de la educación”.
Pero la desmunicipalización aún es un proyecto y por ahora hay que seguir haciéndose cargo de la educación, y el tema de los recursos es el fantasma que agobia a Johnny Carrasco. “El déficit que estamos teniendo los municipios por la educación es tremendo. Pudahuel deja de recibir 28 millones de pesos diarios por el paro de profesores. Si no nos pasan esa plata, no vamos a tener para pagar los sueldos y los paros van a seguir a nivel comunal”, enfatiza preocupado el edil.
Mientras tanto, ¿en qué aspectos se ha focalizado su gestión para avanzar en calidad? Conversando con la autoridad comunal podemos identificar cuatro factores importantes:
Apoderados y familias
“Pudahuel fue una de las comunas que partió con la Unión de Centros de Padres y Apoderados, hace unos 15 años”, recuerda Johnny Carrasco. “Algunos alcaldes me decían que esto era un bumerán, que era comprarse un problema. Tuvimos algunas dificultades, porque con esto algunos apoderados pensaron que tenían injerencia en las decisiones en el aula; sin embargo, se lograron superar”.
“Pudahuel tiene el triste récord de ser la comuna con más violencia hacia los niños, por eso trabajar con las familias es elemental”, revela. En esta línea, “comenzamos a ir a las casas a ver la situación psicosocial que se estaba viviendo en las familias y los resultados que estaban obteniendo los alumnos”.
De esta manera, los apoderados se han involucrado en la formación de sus hijos y los resultados han mejorado.
Profesores
La calidad de los docentes es un factor gravitante en la educación municipal; no obstante, según el alcalde, existe una gran valla que impide avanzar: el estatuto docente.
“Es difícil tener una política para captar docentes de calidad, porque hay una plantilla de profesores histórica, hay un estatuto docente que los protege aun siendo malos. Yo creo que no es irse en contra de los profesores declarar que algunos no reúnen las 7 notas para la guitarra, y que están en el sistema porque el estatuto los ampara”.
Para esto, la gran solución ha sido capacitar a los docentes e instarlos por ser mejores cada día. No es una tarea fácil, algunos se resisten, “pero hay una gran mayoría que cree que es necesario capacitarse y lo reclama para sí. Nosotros hemos hecho una buena inversión en esta área”.
A la hora de elegir directores y profesores, Carrasco cuenta que el currículo debe pesar por sobre todo, la política y los favores deben quedar fuera. “El enemigo número uno que atenta a mejorar la calidad de la educación es el pituteo político. Quizás en mi primer periodo pequé de eso, honestamente lo digo, y los resultados fueron paupérrimos porque cuando quería exigir iban donde el padrino que había logrado que se metiera y empezaban las peleas políticas”.
Dignidad docente
Johnny Carrasco empatiza con los profesores, cree que es lógico que algunos esperen un par de años más para salir del sistema si eso significa conseguir más recursos financieros. Le conmueve profundamente la poca valoración que hay hacia los maestros.
“Cuando yo estaba presidiendo la comisión de educación, hablaba con los ministros Lavín y Bulnes y detectábamos que había 13 mil profesores que tenían que salir del sistema, pero si salían ¿qué hacían? Sin menospreciar ningún trabajo porque todos son dignos, pero cuando veías después al profesor en el persa con un puesto o manejando un taxi, porque la jubilación no le alcanza… ¡hay una tremenda desvalorización del maestro!”.
Infraestructura
La infraestructura, si bien no es el primer factor, no es menos influyente, asegura Johnny. Dice que han sido años de trabajo para construir en lugares donde antes la tarea educativa era indigna.
“Algunos creen que la calidad de la educación no tiene que ver con esto y te sacan ejemplos, que en algunos colegios de norte o sur de Chile, en condiciones muy precarias logran altos resultados, es aplaudible; sin embargo, yo creo que si a esos niños les das la dignidad que muchas veces ni en sus hogares tienen, van a tener mejores resultados”, dice. “La calidad de la educación va acompañada por que el docente, el alumno y el apoderado lleguen a un lugar agradable y ahí en Pudahuel hemos invertido muchísimo dinero”. Un buen líder educacional es quien es capaz de declarar con ambición, cuál es el escenario deseado para su organización. Qué es lo que quiere lograr, con sus alumnos, profesores, equipo administrativo, padres y apoderados. Cuál es su sueño; o el sueño implícito en el proyecto educativo de la escuela.
Un director sin un sueño, no será jamás capaz de convocar, de entusiasmar, de congregar, de suscitar adherencia. Jamás podrá invitar a soportar los “sacrificios” del camino, pues no tendrá “un norte” que dé sentido a ese esfuerzo. Un director sin “un sueño educativo”, se transformará irremediablemente en un funcionario. Una persona que cumple horario y realiza todas las tareas que le exige el reglamento, pero no será capaz de conducir cambio. Solo administrará.
Además del sueño, un líder tiene que saber escuchar. Escuchar: a su entorno, el medio en el cual la escuela está inserta, a todos sus alumnos, no solo al salir de octavo básico o cuarto medio, sino lo que ellos expresen como necesidad en su vida en la escuela en cualquier nivel y lo que estas personas requieran en 10 o 20 años, después de haber salido del sistema escolar.
Un buen líder es capaz de formar y conducir equipos humanos diversos, distintos a él. Grupos que se conforman con personas que no piensan como él, que no tienen la misma visión de las cosas. Profesores que poseen experiencias distintas; que “miran” la vida de otra manera. Si se abre a esta posibilidad, enriquecerá la perspectiva y se verá en el desafío de caminar alcanzando consensos y acuerdos.
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