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Regístrate y accede a la revistaEn 2016 los liceos técnicos deberán actualizar su oferta de carreras y podrán contar con horas de libre disposición para la enseñanza de asignaturas como Matemática y Lenguaje. Sin embargo, persisten las críticas respecto a lo poco ambicioso del ajuste y la falta de una propuesta de perfiles de egreso que articule de mejor forma la educación técnica secundaria con la superior. En esta crónica se evalúa también la inversión estatal de 24.400 millones de pesos prometida para este año en equipamiento de liceos municipales, y la baja de un 4,4% este año de las becas Nuevo Milenio para los estudiantes más vulnerables que asisten a carreras técnico-profesionales.
Se esperaba con ansias este anuncio. Fueron cerca de dos años, hasta que finalmente llegó el día en que se presentaron al Consejo Nacional de Educación las nuevas bases, planes y programas para las especialidades de educación media técnica profesional.
Cuenta el presidente del Consejo Nacional de Educación, Pedro Montt, que “el plan de estudios aprobado pasa de tener 14 horas de formación general, 26 horas de técnica profesional y 2 de libre disposición a 14 horas de formación general, 22 horas de técnica profesional y 6 de libre disposición”.
Relata que la evidencia indicaría “que los estudiantes de educación técnico-profesional (TP) pertenecen a grupos de nivel socioeconómico medio y bajo, y exhiben un rendimiento significativamente más bajo en evaluaciones estandarizadas como el Simce de 2° medio y la PSU, en comparación a estudiantes de la enseñanza científico-humanista. Además, los egresados de la educación media técnica profesional (EMTP) prosiguen estudios superiores en centros de formación técnica (CFT) e institutos profesionales (IP) en una gran proporción, lo que es indicativo de que la EMTP ya no constituye un destino educativo terminal”.
En este sentido, explica Pedro Montt, el hecho de que los establecimientos que cuentan con formación diferenciada técnico-profesional aumenten horas de matemática y lenguaje tendría que ver “con un fortalecimiento de la preparación para ese destino, como es rendir PSU y proseguir estudios superiores”.
Asimismo, se tomó la decisión de retirar algunas especialidades, como es el caso de Secretariado, en tanto se consideró que sus destrezas resultan transversales a diversas áreas productivas (la sistematización de información, generación de registros, entre otros aspectos), y por ende, se distribuyeron dichos conocimientos y habilidades a través de varias de las distintas especialidades mantenidas.
Se trata, explica Marcela Arellano, secretaria ejecutiva de Educación Técnica Profesional del Ministerio de Educación, una normativa del plan de estudios que responde al mandato de la Ley General de Educación (LGE) de incluir al menos un 15% de horas de libre disposición en los planes de estudio de Mineduc. “Pero que a la vez se articula con la modificación de los programas de estudio de cada especialidad para fortalecer la coherencia del currículum. En este sentido, los programas de estudio reformulados consideran la inclusión explícita de los objetivos de aprendizaje transversales en cada módulo de formación diferenciada, a través de los respectivos aprendizajes esperados, y asociando a ello actividades de enseñanza y de evaluación sugeridas”.
Pese a lo esperado del anuncio, para Alejandro Weinstein, gerente de la Corporación Educacional de Asimet y ex secretario ejecutivo de Educación Técnica Profesional del Ministerio de Educación, “resulta penoso que se haya detenido la actualización de las mallas curriculares en dos años. La educación técnica necesita una permanente actualización y por eso, ojalá los currículos técnicos se actualizaran cada 2, 3 o 4 años, pero no más. No es necesario hacerlos todos juntos y al mismo tiempo, debería haber una permanente evolución”.
A su juicio, los currículos debieron implementarse el año 2014 y el actual gobierno debió avanzar en la siguiente iteración para 2017 o 2018. “Definitivamente, la propuesta no era perfecta, pero por lo mismo debería estar permanentemente mejorándose. La educación técnica por su naturaleza está permanentemente cambiando en su tecnología, metodología y requerimientos”.
Sucede que según cuenta la investigadora y experta en educación técnica, Paola Sevilla, “en general, la EMTP es vista como una opción formativa de menor intensidad académica que la EMCH porque debe destinar un alto porcentaje de horas al desarrollo de competencias técnicas asociadas a un campo ocupacional específico. De hecho, los sistemas escolares han tratado de disminuir este déficit, retrasando el inicio de la formación diferenciada y/o mejorando el balance entre educación técnica y general durante el periodo en el que esta formación se realiza”.
Según Paola Sevilla, el incremento de horas de matemática y lenguaje previsto en los nuevos planes de estudio de la EMTP va en esta línea. “Sin embargo, para que esta medida tenga efecto, ella debe ir acompañada también del fortalecimiento de las capacidades pedagógicas de los docentes de aula. Si no, se corre el riesgo de incurrir en mayores costos que beneficios para los estudiantes, dado que el aumento de horas de formación general se realiza a costa de menos horas para los módulos de especialidad”.
Uno de los caminos para fortalecer la formación general de los estudiantes de programas técnicos sin acortar la extensión y profundidad de sus planes de estudios, es la integración curricular. “Esta estrategia formativa, impulsada en Estados Unidos en la década pasada, consiste en una serie de acciones conscientes e informadas que conectan los contenidos técnicos y académicos de modo que una educación se convierte en la plataforma de instrucción de la otra por un periodo extenso de tiempo”.
Actualización de las especialidades
Explica Marcela Arellano que la esperada actualización de las especialidades se centra en dos objetivos principales: “Fortalecer el desarrollo de competencias transversales dentro de cada sector productivo, de modo de ampliar las posibilidades de empleo y aprendizaje futuro de los estudiantes; y mejorar la pertinencia de las especialidades existentes respecto al desarrollo del sector laboral y productivo”.
Cuenta Pedro Montt que este ajuste fue realizado luego de un estudio realizado por Mineduc, “en el cual se consideraron aspectos como demanda por la especialidad, empleabilidad, entre otros, con el fin de mejorar las oportunidades laborales de los estudiantes, además de ofrecer a los egresados mayores posibilidades de continuidad de estudios”.
Lo anterior implicó actualizar todas las especialidades para hacerlas más pertinentes al mercado laboral y sus demandas actuales. En concreto se crearon dos nuevas (Programación, y Conectividad y Redes), se fusionaron algunas de las especialidades anteriores y se reordenaron, mediante la creación de menciones que constituyen alternativas más necesarias dentro del mismo sector productivo.
Detalla Marcela Arellano que el proceso se llevó a cabo mediante dos mecanismos principales: “Se incorporan menciones que permiten que, tras un ciclo de formación amplia en torno a la especialidad en tercero medio, se desarrollen competencias específicas de un área dentro de ella en cuarto medio. Y se agrupan especialidades afines pertenecientes al mismo sector productivo en una sola, diferenciándolas a través de las menciones. Ello permite abordar de manera más amplia los conocimientos y competencias asociados a un sector productivo sin perder la especificidad de las especialidades existentes”.
En la adecuación se incluyeron nuevas especialidades y menciones asociadas a áreas de desarrollo económico que cobran relevancia para el país, a la vez que aquellas cuya empleabilidad ha bajado de manera importante son eliminadas del currículum. “De esta manera, se espera que la oferta revisada permita mejorar la empleabilidad de los estudiantes de educación media técnico profesional al alinearse de mejor manera con el desarrollo productivo del país”, dice Arellano.
Sin embargo, respecto a ese punto, Paola Sevilla es crítica. Señala que la EMTP requiere de un ajuste que vaya más allá del reordenamiento de su oferta de especialidades. “Las nuevas bases curriculares, si bien potencian sectores con mejores proyecciones para los estudiantes, como el de Tecnología y Comunicaciones, se limitan a reducir del listado ofertas formativas cuya baja de matrícula, naturalmente las estaba o había llevado a la extinción, como es el caso de textil o secretariado (para algunas localidades geográficas)”.
“A mi juicio, este ajuste debió haber sido más ambicioso y, por ejemplo, realizar una propuesta de perfiles de egreso que articulen la educación técnica secundaria con la educación superior. Los liceos de la EMTP implementan el primer tramo con la salida de técnico de nivel medio y se ponen los incentivos necesarios para que las instituciones de educación superior impartan la segunda parte que se construye en base a los aprendizajes previos, sin fisuras ni repeticiones de contenidos”.
¿Más recursos?
Controversia también ha generado la promesa del Gobierno de destinar 24 mil millones para el equipamiento de los liceos técnicos municipales, para uso educacional. La duda está, sin embargo, en que el proyecto de carrera docente —que se tramita en el Congreso— no se observa con claridad cómo se va a potenciar la formación pedagógica de estos docentes. ¿Qué sucederá, entonces? Según Alejandro Weinstein, “ojalá se ejecuten efectivamente esos $24 mil millones, porque para el año pasado estaba presupuestada la misma cifra pero se gastó una ínfima fracción”.
A su juicio, “no solo no se observa cómo lo van a potenciar, sino que se dan señales en la línea contraria. Aunque parece una buena idea, eliminar la posibilidad que quienes no tienen título pedagógico hagan clases tendrá un efecto lamentable en la práctica en la educación técnica. Esta ley se hace pensando en los liceos científico humanistas y no en los técnicos porque ¿quién mejor que un mecánico automotriz (del Duoc, Inacap, Aiep u otros) para hacer clases de mecánica automotriz?, acaso ¿habrán pensado que un profesor de educación media en física lo haría mejor? Deberíamos tener más y mejores técnicos como docentes en los liceos, pero deberíamos entregarles una preparación complementaria en temas pedagógicos con un diplomado o un postítulo.
A lo que Marcela Arellano responde: “Contar con equipamiento e insumos que permitan desarrollar un aprendizaje práctico, basado en el logro de competencias, es indispensable para el mejoramiento de la educación técnico-profesional. Durante el año 2015 se continúa con la implementación del Plan de Equipamiento 3.0, adjudicado mediante concurso público a establecimientos de educación media técnica profesional el 2014, proceso que será fortalecido en las instancias de entrega de equipamiento venidero”.
Explica Arellano que se desarrollarán estándares de equipamiento e infraestructura para las especialidades de EMTP poniendo énfasis en su aporte al proceso de aprendizaje, que permitan que el fortalecimiento del equipo disponible en los liceos posea un fuerte componente pedagógico. De la misma manera, el equipamiento será asignado a los establecimientos en función de las brechas que existan entre el equipamiento del que disponen y los estándares de los que deben dar cuenta.
“Junto a ello, se crearán Centros Tecnológicos de Aprendizaje, espacios que fortalecerán la educación media técnica profesional a través del trabajo con docentes y estudiantes utilizando tecnología de punta relacionada a especialidades relevantes para el desarrollo de cada región. Estos Centros Tecnológicos de Aprendizaje se constituirán, en la práctica, en polos de innovación pedagógica para la educación técnica”, cuenta la secretaria ejecutiva de Educación Técnica Profesional del Mineduc.
La urgencia de capacitar a los docentes técnicos
Es un hecho que el 48% de los docentes de educación media técnica profesional no cuenta con formación pedagógica, y por ello, la propuesta del Gobierno incluye que 1.000 profesores y directivos se van a capacitar hasta el 2017.|
Pedro Montt explica que durante el proceso de revisión y aprobación de la propuesta de Bases Curriculares y Programas de Estudio para la Formación Diferenciada para Enseñanza Media Técnico Profesional (años 2013-2014), “más de la mitad de los docentes de EMTP no cuenta con cursos de postítulo o postgrado (un 56,2%), lo cual podría deberse, entre otras causas, a que muchos de ellos no provienen del ámbito de la pedagogía, dado lo cual podrían tener mayores barreras de acceso y de interés. Asimismo, respecto a las posibilidades de los establecimientos para ofrecer capacitación a sus docentes, solo un tercio de los establecimientos entrega una adecuada oferta de capacitación para sus docentes”.
Durante agosto de 2014, el ministro de Educación anunció que se presentará una Nueva Política Nacional de Formación Técnico Profesional, la que contemplará el diseño de un sistema articulado de formación TP, a través de un Marco Nacional de Cualificaciones (MNC). En cuanto al desarrollo de un MNC, “si antes las credenciales educativas eran validadas de acuerdo a la profesión que correspondían y las instituciones que las emitían, lo que ahora impera es un modelo basado en resultados, en el cual se requieren descriptores para validar las competencias que una credencial engloba. Contar con los mencionados descriptores resulta de particular relieve, si se quiere fortalecer la articulación y el tránsito de la EMTP a la educación superior, validando los aprendizajes consolidados en los distintos niveles educativos”, dice Pedro Montt.
Agrega Pedro Montt que “de acuerdo a lo anunciado, la Nueva Política Nacional de Formación Técnico Profesional contempla, entre 2015 y 2017, la realización de programas anuales de formación para profesores y directivos de establecimientos EMTP de modo de fortalecer sus capacidades y competencias; y la conformación de una red entre universidades estatales, CFT y liceos EMTP, que irá de la mano de la creación de 15 CFT estatales, uno para cada región del país”.
“Es urgente que el proyecto de carrera docente aborde de manera específica la educación TP, o al menos resguarde cómo las diferentes aristas del proyecto inciden de manera significativa en esta modalidad educativa. Por ejemplo, la prohibición de que profesionales sin título en pedagogía puedan ejercer la docencia podría dejar a las especialidades TP sin docentes, en tanto la gran mayoría de ellos solo son especialistas técnicos y sin formación pedagógica. Sin duda que dicha falta de formación se debe subsanar, pero dejar a la modalidad TP sin profesores que la puedan impartir, por lo que en lo inmediato no resulta plausible ni implementable”, dice Pedro Montt.
“Si bien la educación técnica profesional requiere que el docente posea competencias específicas de la especialidad que aborda, es también necesario que desarrolle competencias pedagógicas que le permitan apoyar el proceso de aprendizaje de sus estudiantes. En este sentido, los docentes de educación técnica profesional deben ser apoyados en el desarrollo de estas competencias, no solo a través de capacitaciones sino también a través de programas de más largo aliento”, explica Arellano.
Becas para alumnos técnicos
En cuanto a las becas al extranjero, las señales son mixtas y muy confusas. Según explica Alejandro Weinstein, “el actual gobierno se encargó de desmantelar BecasChile como institución. La buena noticia, en cambio, es que ahora los docentes de los liceos de educación media técnica podrán postular a becas para perfeccionarse en el exterior para actualizar los conocimientos y metodologías que entreguen a sus alumnos”.
En cuanto a las becas locales como la Bicentenario, explica el ex secretario ejecutivo de Educación Técnica Profesional del Ministerio de Educación, “lo que contempla la Ley de Presupuestos 2015 (glosa 04 de la partida 09, capítulo 1) respecto de la disminución de 4,4% de las becas Nuevo Milenio para los estudiantes más vulnerables que asisten a carreras técnico-profesionales disminuyeron un 4,4%, revela una realidad: aunque sea difícil de creer y entender. El hecho que todos los últimos años ha sobrado plata de las becas porque no postulan suficientes alumnos”.
Sin embargo, a su juicio, “se podrían haber aumentado los montos de las becas (de $600 a $800 mil por ejemplo) y con la misma cantidad de alumnos se le habría achicado la mochila de deuda a cada uno de ellos (al bajar su copago). Cuesta entender esta discriminación en el presupuesto cuando la Presidenta ha planteado la necesidad de darle más oportunidades a quienes menos tienen”.
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