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Dic 2024 - Edición 289

Familia y colegio unidos en el aprendizaje

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Gestión escolar exitosa en contexto de vulnerabilidad

Estar a la cabeza de un proyecto educacional no es tarea fácil y menos si es en un contexto vulnerable. Pero nada es imposible, el esfuerzo debe ser mayor y las estrategias las adecuadas para cautivar a niños y jóvenes, asegura Claudia Álvarez, Directora del Área Educación de la Fundación Cerro Navia Joven. “Nosotros competimos con la calle y la calle es bien fuerte y atractiva”, dice.

Por: Angélica Cabezas Torres
Gestión escolar exitosa en contexto de vulnerabilidad

Claudia Álvarez habla con propiedad, como solo lo podría hacer una educadora que toda su vida se ha desempeñado en sectores vulnerables. Antes de asumir su actual cargo, fue la directora por cinco años del Colegio Técnico Profesional Don Enrique Alvear, perteneciente a la misma fundación. Acá la realidad es dura, el nivel de vulnerabilidad escolar es del 90%, y no es fácil cambiar las proyecciones de vida de estudiantes que día a día conviven con una realidad que golpea fuerte y que muchas veces los atrapa.

En este contexto, ¿cuáles son las claves para una gestión exitosa?

Yo partiría desde la comprensión de lo que llamamos exitoso. A nuestro juicio, lo exitoso es lo que permite crecer integralmente a los estudiantes, valorando y respetando su contexto con procesos inclusivos y participativos. A mi juicio, el éxito va mucho más allá de buenos resultados académicos, particularmente en el contexto en el que nosotros trabajamos que es de alta vulnerabilidad.

Un punto de partida es reconocer el contexto desde donde estás trabajando. Nosotros tenemos una máxima como fundación que es que el contexto manda. Muchas veces las cosas no funcionan porque intentas imponer modelos que están probados pero en otros contextos. Para nosotros es muy importante este diálogo con el contexto y no como un escenario que determina o que condena, buscamos ser una respuesta real a lo que los chiquillos van necesitando.

Y para una gestión exitosa se necesita estar presente, que todos puedan acceder a ti, ya sea en el patio, en la sala de clases, en las reflexiones informales, porque es ahí donde uno va alimentándose, vas realizando lecturas actualizadas de lo que va pasando. Y junto con eso también es fundamental creer en las personas en general, profesores y alumnos, ojalá no pongas techo.

¿Qué es lo más complejo de estar a cargo de un proyecto educativo?

Lo más demandante es que finalmente trabajamos con personas, y eso es todos los días y todo el tiempo. Tienes que tener una gran capacidad de diálogo, de escucha, pero en esto no estás solo.

Como fundación, creemos que los liderazgos tienen que ser compartidos, distribuidos. Dejarse acompañar, aconsejar y confiar. En muchas ocasiones hay otras personas de la comunidad escolar que pueden acompañarte, en general no tomar decisiones solo, sobre todo las más delicadas. Está claro que finalmente todas las decisiones las tienes que asumir como director, eres tú la última persona responsable, pero cuando llega el momento de decidir has recorrido un camino con otros.

También es vital cuidar el clima escolar y la comunicación. Toda la comunidad escolar debe estar informada y debe existir el acceso permanente al diálogo. Esto es lo que permite que una comunidad escolar funcione.

Si bien para ustedes el éxito no está dado por los resultados académicos, ¿cómo miden los avances del colegio?

Para nada tenemos todo resuelto, pero sí hemos asumido que es necesario tener un punto de partida, porque nos tenemos que comparar con nosotros mismos. Además, tenemos que ir desarrollando procesos de aprendizaje y tenemos que tener claridad en la intencionalidad de estos.

Por otra parte, somos un colegio técnico profesional, por lo tanto también nuestras expectativas están en formar buenos profesionales y vincularlos de la mejor manera con el mundo laboral, empresarial. En la gestión es importante atreverse a abrir el colegio, nosotros nos hemos atrevido a trabajar con empresas grandes, como Deloitte, Banco Itaú y Telefónica.

Nuestros estudiantes van a estas empresas para tener experiencias pre-laborales. Es posible que tengamos alumnos que están en una pandilla, pero nos atrevemos y apostamos por ellos igual, que vayan a las empresas y que se vayan identificando con un proyecto de vida distinto.

Si tú no ofreces esa posibilidad y los encierras en un mundo que es más de lo mismo, es muy difícil que los jóvenes tengan otras expectativas de vida. Nosotros competimos con la calle y la calle es bien fuerte y atractiva, y es bien “perno” estudiar. Darles la oportunidad de ser estudiantes es un desafío también.

En el contexto en que ustedes trabajan, ¿cómo se puede mantener un equipo motivado de profesores?

Primero, tienes que creer en ellos. Puedes caer en que andas buscando al profesor perfecto y la verdad es que acá a Cerro Navia no siempre llegan los mejores egresados de Pedagogía. Tienes cierto perfil de profesor que sí quiere trabajar acá y que, a lo mejor, no tiene la mejor preparación académica, pero nosotros priorizamos que tenga una buena vocación o decisión de estar acá.

Nuestra tarea será acompañarlos. Creemos que a los docentes hay que formarlos. Además, nadie sale de la universidad totalmente formado, los profesores debiéramos tener una actitud de permanente crecimiento y asumir que estás constantemente aprendiendo. Un profesor que cree que se las sabe todas, no nos sirve. Hacemos un proceso de acompañamiento porque sabemos que para educar en pobreza hay que tener cierto nivel de especialización que no te lo da la universidad.

Además, tenemos un proyecto educativo claro, invitamos a los docentes a ser parte de algo bastante definido. Hacemos jornadas y otro tipo de trabajo, para que ellos vayan desarrollándose también en el ámbito espiritual.

Asimismo, tratamos de que sean profesores de la comuna, porque estamos convencidos que el aporte local es súper valioso y creemos que la comunidad es la que puede resolver mejor sus propios problemas.

¿Es el director el responsable de los éxitos y fracasos de un colegio?

Sí, creo que tiene una tremenda incidencia. Y eso lo he ido asumiendo y he aprendido incluso más, después que dejé de ser directora en el colegio. El director es quien arma el engranaje.

Es bien determinante la figura del director para los profesores y para las familias y los estudiantes también. Las familias en lugares como Cerro Navia te eligen porque confían, no optan por un establecimiento por los resultados en el Simce. Buscan que sus hijos estén protegidos, sean bien tratados y que los profesores se la jueguen por ellos y la figura del director o directora representa esa confianza.

Respecto de las funciones y atribuciones de los profesores, ¿dónde cree que es necesario avanzar?

Los directores tienen que tener atribuciones de toma de decisiones respecto de lo que ocurre en su comunidad escolar y la posibilidad de determinar cuándo y de qué manera se implementan ciertas cosas, decidir el tema de los recursos.

A mí me ayudaba mucho contar con el apoyo y asesoría de otras personas. Cuando te imponen cosas y estas no tienen sentido para la comunidad escolar, simplemente no van a funcionar, por muy valiosas que sean. A veces se pierden recursos y oportunidades, simplemente porque algo viene impuesto o porque no es el momento adecuado, y eso un director lo puede prever.

Para el tema de educadores y personal, el director también debe tener atribuciones, debe poder decidir quién va a conformar su equipo. Para ejercer el accountability, tienes que tener posibilidades de tomar decisiones y de hacerte responsable de esa toma de decisiones y obviamente se requiere cierta autonomía.

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