Por Tomás Despouy, Director Ejecutivo de Fundación Panal.

En tiempos de reformas educacionales y después de 8 años marchando, pareciera ser que la sociedad ha tomado conciencia del real valor de invertir en educación en Chile, ¿podría estar faltando algo en la reflexión?

Después de haber realizado clases por dos años en un colegio de alta vulnerabilidad, con unos amigos nos dimos cuenta que la discusión nacional de una mejor educación no estaba llegando a los estudiantes que, desmotivados y casi sin sentido, asistían a clases por obligación. Toda la energía estaba concentrada en ese futuro promisorio, sin embargo, seguíamos teniendo estudiantes que perdían oportunidades en su presente. Estudiantes que marchaban por una mejor educación, llegaban al día siguiente a clases a dormir. 

Y mientras veía eso en los 40 estudiantes de mi curso, el Segundo Medio B, sentí que dentro de la sala, era yo quien motivaba y ellos solo esperaban mi motivación. Estudiantes pasivos no cambiarán con ninguna reforma educacional, y si ellos no cambian, ¿qué educación de calidad esperamos tener si son ellos el resultado de todos nuestros esfuerzos?

Necesitamos formar estudiantes que dejen de esperar que las cosas sucedan, estudiantes que se hagan cargo de su presente y comenzando desde la sala de clases, que es ahí donde se juegan su futuro. Estudiantes que asuman un rol activo y positivo en sus colegios, generando más soluciones que problemas.

En la Fundación Panal, hemos trabajado el último año en programas de liderazgo para empoderar al estudiante dentro de su colegio, y hemos evidenciado cómo han cambiado positivamente en la sala de clases y a la vez, impactando a otros a través de proyectos que ellos lideran. Por ejemplo, realizan actividades para integrar compañeros de distintos cursos, una campaña sala a sala para notificar sobre becas y acceso a la educación superior,  embellecimiento de las áreas verdes, entre otros.

Pequeñas iniciativas como excusa para despertar el tremendo potencial que tienen, y que a su vez, puedan despertar a otros, y sepan que la educación de calidad también se trata de estudiantes comprometidos.