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Regístrate y accede a la revistaLa Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que en su próxima edición de Clasificación Internacional de Enfermedades, que no se actualiza desde 1990, incluirá por primera vez, el trastorno por videojuegos como enfermedad mental.
La OMS al incluir la patología por videojuegos como enfermedad mental, da por cerrado, de alguna manera, la discusión sobre la necesidad de agregar la adicción a videojuegos como una nueva patología.
Pero no hay que desconocer que hoy en día es muy común que adolescentes principalmente, aunque no se excluyen adultos y niños, jueguen algún tipo de videojuegos, ya sea con consolas o en computadores y hasta teléfonos celulares o tablets.
La posibilidad de jugar está siempre, y con dispositivos móviles, es aún más fácil que chicos jueguen en el colegio, en el dormitorio, en el transporte al colegio, saliendo así del control de los padres.
Y es que este trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego continuo o recurrente y, aunque todavía no se ha cerrado la definición, la OMS lo vincula a tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los juegos digitales.
En primer lugar, por no controlar la conducta de juego en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega. Segundo, al aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias. Y tercero, al mantenerse la conducta o darse una escalada, a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas.
Para el doctor psiquiatra Sergio Canals, los riesgos de caer en una adicción patológica a videojuegos están generalmente asociados a dificultades sociales, de identidad, impulsividad, trastornos depresivos, sensación de soledad y desamor.
“Además los juegos virtuales, agregan una hiper estimulación directa asociada a una realidad virtual aumentada, llena de colores y movimientos. Estímulos por los que el cerebro mente siente un «apetito natural», amplificados por la presión del contexto sociocultural que impulsa su consumo” señala.
El doctor Canals agrega que “se sabe que el Circuito Placer Recompensa, se estimula frente a realidad placentera de los juegos, especialmente los extremos. En cualquiera adicción, finalmente es el mismo circuito el que se perturba, perdiéndose la capacidad reguladora de control de la conducta, alterándose finalmente la vida cotidiana del joven (común entre los 12 y 20 años), de mantener una vida normal educativa, familiar y social”.
Sergio Canals señala que los padres deben estar atentos a los síntomas de obsesión por el juego incontrolable, aumentando cada vez más el tiempo dedicado, sin poder disminuirlo. “Un síntoma de gravedad extrema es pasar toda la noche jugando. Además podrían aparecer síntomas de abstinencia cuando pasa tiempo sin jugar”. Perder el interés por otras áreas vitales de la vida y no poder controlarlo a pesar de darse cuenta del daño que produce, es una característica de lo que sería trastorno por videojuego.
El tratamiento, si están los signos de adicción, es consultar a especialistas y ver cómo se tratan primero los factores de riesgo; si no hay adicción, ver posibilidad de regular el uso, o pedir que suspenda el juego mínimo por tres meses, si no puede, o aparecen síntomas como la ansiedad y/o irritabilidad, debe consultar a un especialista señala el doctor Sergio Canals.
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