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Ingeniero Civil UC, Master en Administración Pública y Desarrollo Internacional en Harvard y apasionado por la Educación. Este entusiasmo, lo lleva en 2008 a cofundar Enseña Chile. Una iniciativa que convoca a profesionales de excelencia de diferentes ámbitos para que, por dos años, vivan la experiencia de ser profesores en los lugares más necesitados.
Por Angélica Cabezas T.
¿Qué hace un ingeniero trabajando por la educación de Chile?
Yo nunca quise trabajar en educación, pero me fue imposible no hacerlo después de visitar por cuatro años y medio, los colegios públicos del sector sur de Santiago. Fue ahí donde me convencí, me conmoví y decidí que esto es urgente, pero muy posible. El potencial que tienen nuestros estudiantes es tremendo y lo estamos desaprovechando. De igual manera, me di cuenta que el problema de la educación tiene muchas aristas, y por ende necesitamos agentes de cambio de todas las disciplinas en distintos ámbitos de la sociedad.
¿Cuál es tu mayor sueño para la educación del país?
Que un día todos los niños puedan acceder a educación de calidad.
Lo mejor y lo peor de la educación chilena
Lo mejor es el potencial y ganas que tienen nuestros estudiantes. Lo peor es que los adultos no hemos sido capaces de que ellos saboreen lo que es el aprendizaje y crean en sí mismos. Por ello, se frustran y creen que son tontos. Esta mentira hay que romperla urgentemente con evidencias.
¿Característica indispensable en un buen profesor?
Darle sentido a TODO lo que hace, conectar los detalles de cada clase con el futuro del estudiante. Hemos perdido el propósito de lo que hacemos en el aula, esto es el fundamento de cualquier aprendizaje. ¿Qué destacarías de los docentes? Admiro enormemente a los profesores que no se rinden, van más allá y que, a pesar de las condiciones de trabajo que tienen, logran que sus estudiantes aprendan. Hoy la culpa no la tienen los profesores.
Si pudieras realizar tres cambios en el sistema educacional. ¿Cuáles serían?
Necesitamos cambiar muchas cosas, partiendo por nuestras creencias. Tenemos que tratar a todos los estudiantes de la misma manera que a nuestro hijo. Somos todos iguales. Esa es la clave. Asimismo, debemos tener altas expectativas y respeto, hacernos cargo más que culpar al del lado, trabajar en conjunto, tener actitud de aprendiz y no de sabelotodo.
Segundo, requerimos mejorar la formación y la carrera docente, siendo muy exigentes en la entrada y dándole una formación que le permita al profesor ejercer en distintos ámbitos de la educación nacional, ya que pasar toda una vida en la sala de clases puede ser muy desgastador. De esta manera, podremos atraer a los mejores al desafío más grande. En esta línea, estudiar docencia debiera ser un postgrado y no un pregrado.
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