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Por Jaime Vásquez Gómez, Académico Pedagogía en Educación Física Universidad San Sebastián.
El año pasado se realizó la cuarta aplicación del SIMCE de educación física. Esta batería de pruebas ha sido cuestionada por los profesionales de área pues al parecer no mide los aprendizajes, más bien se limita a medir el desempeño físico de los alumnos.
Por un lado parece ser que estas mediciones se relacionan con el alto sedentarismo y exceso de peso que hay en el país (Encuesta Nacional de Salud, 2003; 2010). Por otro lado, tal vez las competencias que entrega la educación física aún no están definidas, ya sea en lo cognitivo, social, físico, afectivo, volitivo, etc. Se cree que la prueba SIMCE ha medido la expresión más “clásica” de la educación física: el rendimiento físico.
El ejercicio físico y aptitud física es una unidad entre otras que trata el área de la educación física por lo que podríamos preguntar por qué no se evalúan contenidos cognitivos ¿Es exclusivo de otras áreas SIMCE solamente? Por qué no se evalúan otras unidades como las actividades de expresión motriz, actividades de campamento o deportes. Y si vamos más allá, por qué no se pone en medición contenidos transversales, implícitos o explícitos, como el fomento de conductas pro-sociales, el liderazgo, el trabajo en equipo, la superación personal, autoestima, etc. que se propician a través de la educación física. En las demás áreas de SIMCE en ninguna de ellas se pensaría en evaluar estos contenidos ¿Por qué la educación física tendría que hacerse cargo de estas habilidades?
Las pruebas físicas que conforman la batería SIMCE han sido perfectibles desde su primera aplicación el 2010. En principio los test físicos requerían el máximo esfuerzo de los alumnos en cada una de las pruebas, pero al paso del tiempo estas fueron tomando otras características, en este caso el esfuerzo se redujo a intensidades moderadas asociándose más a la salud. Por ejemplo la prueba de abdominales se realiza al ritmo de una señal acústica que marca una intensidad moderada con un número de repeticiones establecido, ya no se exige el máximo en 1 minuto. También se ha incluido una prueba de caminata de esfuerzo moderado (CAFRA) que de alguna manera es preventiva ya que se aplica como antecesor a la prueba de Course Navette de esfuerzo máximo.
Más allá de los cuestionamientos a la prueba SIMCE de educación física creo que es un avance el que se haya incluido en el sistema de medición nacional y también que se vaya perfeccionando con el pasar del tiempo. Creo que si se definen claramente cuáles son las habilidades que forman las competencias que entrega la educación física podremos decir alguna que vez las evaluaciones son idóneas a nuestro quehacer pedagógico.
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