En la Escuela municipal Diego Portales Palazuelos, D-538, de Concepción, decidieron potenciar una exigencia de las bases curriculares de educación parvularia, que tiene relación con la articulación entre niveles, y la han convertido en una ventaja competitiva.

Luzmira Gómez, directora de la Escuela Diego Portales Palazuelos, de Concepción, nos cuenta sobre la articulación educativa que se da en su colegio entre los niveles prebásico y básico. Esta iniciativa contempla que los docentes se reúnan para compartir los avances de sus alumnos y juntos diseñar las metodologías adecuadas para enseñarles. Por este trabajo, en junio pasado fueron destacados por la Red de Escuelas Líderes, de la cual la escuela forma parte.

—¿En qué consiste el trabajo colaborativo que ustedes realizan?

—Este trabajo se trata de articulación educativa entre prekínder, kínder, y primero y segundo año básico. Es una instancia educativa enriquecedora y novedosa en la que trabajamos como equipo para que haya una coherencia curricular y estrategias comunes en el proceso de enseñanza-aprendizaje de estos cursos, así se forma un “puente conocido” para acceder al curso siguiente, provocando menos ansiedad en los niños.

Es un proceso donde todos participan, equipo de docentes de los respectivos cursos, equipo directivo y de gestión, asistentes y apoderados. Diseñamos y planificamos juntos una actividad. Por ejemplo, realizamos “Cocinarte”, en el cual los niños aprendieron a realizar diversas recetas y compartieron con la comunidad. Son alumnos activos y actores principales de sus propios conocimientos.

—¿Qué pasos siguieron para llegar a implementar esta forma de trabajo?

—Primero, se realizó un diagnóstico y nos percatamos de que nuestra debilidad era la educación parvularia. Los niños se iban a colegios particulares subvencionados, generando un déficit de matrícula a nivel de escuela.

Una vez detectada la debilidad, realizamos todos los pasos de planificación estratégica y pedimos colaboración activa de nuestros apoderados que tenían diversas habilidades. Una muestra de los resultados es, por ejemplo, el 2° lugar comunal que obtuvimos el año pasado con nuestro proyecto de articulación denominado “Leer para crecer”.

¿Qué dificultades han tenido que sortear?

Las propias de un establecimiento que trabaja en contexto de pobreza, la falta de recursos. No obstante, tengo que destacar que los apoderados fueron la fuente proveedora de los recursos en 2016. Este año lo incluimos en el Plan de Mejoramiento Educativo (PME) y contamos con recursos SEP.

En esta innovación pedagógica, ¿cuál ha sido su rol como directora?

Participar activamente en todo este proceso, garantizando las condiciones óptimas para que se produzcan los aprendizajes, impulsar y valorar el trabajo colectivo, la creatividad y la innovación, generar entusiasmo, democratizar y pluralizar las prácticas pedagógicas.

Fuente: Revista Educar – agosto 2017