Nueva Orleans elevó su nivel educativo tras Katrina. Chile puede seguir el ejemplo.  

Los efectos del terremoto han sido devastadores. Más de 300 escuelas han quedado derrumbadas o con daños severos, afectando a más de 165 mil alumnos. La tarea de reconstrucción será difícil, pero tal como ha señalado el Presidente, deberíamos tomar el terremoto como una oportunidad no sólo para reconstruir, sino para levantar mejores escuelas. Lo anterior es muy importante, considerando que muchos de estos establecimientos atienden a alumnos vulnerables y obtienen resultados académicos mediocres.

Las escuelas de buenos resultados que se vieron afectadas deben recibir el apoyo necesario para volver a funcionar lo antes posible. En el caso de las con resultados deficientes, es necesario analizar las causas de su bajo desempeño. Tal diagnóstico permitirá no replicar un modelo educacional que ha sido poco efectivo en mejorar los aprendizajes.

Con el objetivo de mejorar los resultados en dichas escuelas, hemos propuesto una serie de ideas innovadoras basadas en asociaciones público-privadas, que incluyen la administración privada de escuelas municipales y la disponibilidad de docentes de excelencia con vocación y directores líderes (ver el informe completo en www.cpce.cl).

Si bien es cierto que no existe una receta que nos permita construir escuelas de calidad de la noche a la mañana, es necesario explorar soluciones alternativas. Recientemente, el ministro de Educación de Obama, Arne Duncan, ha señalado que el huracán Katrina fue "lo mejor que le pudo haber sucedido al sistema educativo de Nueva Orleans", porque le dio la oportunidad de reconstruir y mejorar uno de los peores sistemas públicos de EE.UU. Esperemos que en Chile podamos decir, una vez superada la emergencia, que el terremoto nos dio la oportunidad de mejorar nuestras escuelas.